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Vida y Plenitud

Transmutar como transformar

Cambiar lo negativo en positivo, aceptar los desafíos que propone el Universo, dejar lo viejo y lo obsoleto, vaciar la mente de pensamientos rígidos, abrirse a nuevas ideas y liberar viejos hábitos. Esto y mucho más es la transmutación.


Una palabra clave en estos días es la transmutación, que es transformar lo negativo en positivo. Consiste en un proceso de cambio que sucede cuando aceptamos los desafíos que nos propone el Universo. Es un proceso misterioso que es posible de observar en la naturaleza; la oruga que se transforma en mariposa es convertir el plomo en oro.

Transmutar situaciones vividas en enseñanzas, en eso consiste este proceso; aprendemos a fluir con el cambio del universo, transmutando viejos patrones de pensamiento que ya no son útiles para el momento presente.

La transmutación es dejar ir lo viejo y obsoleto de nuestras vidas, al vaciar nuestra mente de pensamientos rígidos y abrirnos a nuevas ideas, permaneciendo flexibles ante los cambios aunque no sepamos concretamente hacia dónde nos llevarán; con confianza y con fe transformamos toda energía negativa en energía de paz, solidaridad, de amor hacia uno mismo y hacia los otros. Es animarnos a abrir nuestro corazón para recibir nuevas emociones como la compasión, decididos a llevar luz a zonas de oscuridad en nuestras vidas, disolviendo los miedos e  inseguridades que nos estancan. Con la Energía Universal transmutamos la oscuridad en claridad y armonía.

La transmutación es transformar el apego a lo material, a lo rígido, para volvernos más sutiles elevando nuestra conciencia, dejando ir viejos hábitos y creencias limitantes. Así, podemos centrarnos en nuestra respiración haciéndola de manera consciente, lenta y pausada, sintiendo nuestras sensaciones, el latido de nuestro corazón que se aquieta al igual que nuestra mente. Nos permitimos centrarnos en el Hoy, en Aquí y Ahora permaneciendo en contacto con nuestra verdadera Esencia. Es buscar a través de nuestra respiración de mantenernos en nuestro eje, con equilibrio y bienestar interior para luego realizar elecciones acordes a nuestros objetivos aunque manteniendo la perspectiva global.

Es necesario, en este proceso de transmutación, creer en nosotros mismos, en nuestras capacidades de superación, manteniendo la fe, la confianza, la fortaleza y la constancia para abrirnos a nuevas posibilidades que nos da la vida. Cuando atravesamos una situación difícil en la vida de nada sirve enredarnos en preguntas que nos invaden la mente y nos estancan, debemos ser cautos como un navegante que se mueve por aguas desconocidas; mantenernos en el presente hará que podamos permanecer en nuestra nave aunque haya situaciones que pongan en jaque nuestra armonía interior. Aquieta tu mente; ello evitará que malgastes tu energía. Conéctate con tu fe, tu fortaleza interior que puede servirte de faro en medio de un contexto incierto y cambiante.

Dispuestos a cambiar

La transmutación es transformarte a ti mismo: es resolver desde el presente aquello que más dificultad nos ocasiona en nuestras vidas, ya sea un proyecto en el plano laboral o en el plano de las relaciones con otros seres humanos, debemos estar dispuestos a cambiar aquello que nos bloquea en nuestra evolución. Muchas veces se trata de actitudes, viejos hábitos de comportamientos o viejas creencias que poseemos.

Todo ello nos obliga a ahondar en nuestro interior buscando la fuente de aquello que nos provoca un malestar, un desequilibrio energético. Es necesario en este proceso de transmutación, permanecer conectados con nuestra verdadera esencia, aquello que realmente somos, independientemente de nuestros nombres, trayectorias laborales o roles sociales desempeñados, e inclusive del aspecto exterior que cada ser humano posee.

La transmutación es permitirte ser tú mismo con tus aciertos y errores, aceptándote tal cual eres, sin depender de la valoración que proviene del exterior. Es amarnos como somos, sin juzgarnos, con nuestras luces y sombras, ya que ambas son las caras de una misma moneda. Reconocer ambas partes y aceptarlas es un camino necesario a emprender en nuestra transmutación.

La transmutación es un camino que emprendemos hacia nuestra evolución, es poder despegarnos de posibles resultados esperados en los proyectos o metas que tenemos, de las acciones y elecciones que tomamos en el día a día. Aquello que a primera vista pueda parecer un fracaso terrible, puede dejar de serlo si nos atrevemos a observar la situación desde otra óptica, contemplando toda la situación desde todos los ángulos posibles, dejando de lado lo que nuestro ego o yo limitado busca, que es la necesidad permanente de reconocimiento. Animarnos a ver este hecho teniendo en cuenta todo lo emprendido en nuestra vida, al hacerlo, podremos reconocer su valor en nuestro proceso de crecimiento personal.

La transmutación consiste en recordar quiénes somos; reclamar nuestro poder y fortaleza propia que cedemos muchas veces a otros es hacernos cargo de las decisiones tomadas; dejando de responsabilizar a otros por tu felicidad, sólo tú tienes la llave. Si la situación que vives no es de tu agrado trata de hacer lo posible por cambiarla, manteniendo la seguridad y confianza en ti mismo. Confía en ti y el universo traerá nuevas oportunidades a tu vida.

La respiración como aliado

La transmutación es un renacimiento, es un despertar de nuestros dones y capacidades, superando los desafíos que puedan presentarse a lo largo de nuestras vidas. Es una renovación de nuestra energía que nos purifica en cada momento

Desde el Reiki aprendemos que la respiración es nuestra gran aliada; a través de ella transmutamos nuestra energía para centrarnos en el presente, dejando el pasado ya vivido y el futuro incierto; cuando estamos completamente en este instante que vivimos, sentimos que nos invade una gran sensación de equilibrio y armonía interior. También, por ejemplo, para ayudarnos podemos visualizar colores: el color violeta es el color de la transformación; como ejercicio a realizar podemos, cuando inspiramos, visualizar una luz de este color que ingresa a nuestro cuerpo y cuando exhalamos dejamos ir toda la energía negativa acumulada en nuestro interior visualizándola cómo se aleja saliendo como una luz grisácea.

De este modo, cada inhalación que realizamos es una posibilidad de transmutar nuestra energía, de renovarnos por dentro, llevando esta energía a cada una de las células de nuestro cuerpo; esta renovación interior se trasladará hacia nuestro exterior, cambiará la forma de percibir el mundo exterior, permitiéndonos sentir integrados al universo. Asimismo, cambiará la forma en que los demás perciben nuestra energía; cuando estás en armonía y en paz contigo mismo, los demás pueden percibirlo.

Así como aprendemos con cada sesión de Reiki la transmutación es un proceso que lleva a cada ser humano a dar lo mejor de de sí mismo, sabiendo que de un modo u otro será retribuido.  Es un proceso que nos permite deshacernos de nuestras corazas para transformarnos; así como la oruga se transforma en mariposa, evolucionamos cambiando los desafíos en aprendizajes. Recordemos que de cada crisis surge una oportunidad para crecer, detrás de cada error se esconde una oportunidad valiosa de evolución, aprendiendo a mantener  una actitud optimista ante la vida.

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