Ciudad

Mesa abierta

Todos para una, una para todos

La intendenta Mónica Fein recibió ayer por separado a tres candidatos que compitieron con ella. El encuentro fue en soledad con Alejandro Grandinetti y Roberto Sukerman, pero Anita Martínez prefirió no asistir sola y después fue la más crítica.


“Distendida”. “Amena”. “De buena fe”. “Con respeto y cordialidad”. “Con clima relajado”.

Esas fueron las evaluaciones de una jornada en la que la intendenta Mónica Fein abrió las puertas de su despacho para conversar, prácticamente sin tiempo y sin urgencias, con tres de los cuatro candidatos que se midieron con ella en los comicios del pasado domingo 14. Alejandro Grandinetti, quien llegó en el cuarto lugar por el Frente Renovador, fue el encargado de abrir el juego a las 8.30, y Anita Martínez, la postulante del PRO, que llegó segunda y a muy poca distancia de la reelecta Fein, lo cerró en una reunión que arrancó ya en la tarde, a las 14.30. En el medio, como en orden de votación, el invitado fue Roberto Sukerman, del Frente para la Victoria, tercero en las elecciones y ayer quien más puso en relieve el clima de un cónclave pensado –aunque en un caso falló– cara a cara y sin publicidad: “Fue el encuentro más distendido y placentero que tuve con ella como intendenta”, sintetizó.

A una semana de concluido el escrutinio definitivo y conocidos los resultados, la intendenta tendió un puente con sus rivales en un convite que pareció destinado a bajar los fuegos de campaña: “Me reconoció que había sacado más votos que Javkin”, reveló el periodista, con agrado. Y, en efecto, Pablo Javkin, rival de Fein en la interna del Frente Progresista, logró poco más de 69 mil votos, mientras que el primer invitado superó los 72 mil 500 en las generales.

No fue el único reconocimiento: Grandinetti, ahora candidato a diputado nacional, afirmó que la intendenta dio por seguro su salto al Congreso, y que parte de hora y media de diálogo incluyó temas urbanísticos claves para la zona sur de la ciudad. La reconversión excede el presupuesto municipal y su llave está en el financiamiento internacional; en eso, dijo Grandinetti, la intendenta le pidió interceder si llega a integrar la Cámara baja de la Nación. “No corresponde otra cosa que ayudar”, fue su respuesta.

Lo demás, en apretada síntesis, transitó por temas como seguridad, monitoreo y la “Policía Municipal” que propone el Frente Renovador, todo en “un marco de respeto y cordialidad”, rescató el periodista.

El siguiente en cruzar las puertas del despacho, también solo, fue Sukerman. “De buena fe, nos dimos consejos mutuos”, valoró el concejal kirchnerista. El diálogo entre ambos también se extendió por más de una hora y media y fue “sumamente saludable”, resumió.

“Espero que estos encuentros se den sobre problemáticas concretas. Será menos amigable, pero es parte de las responsabilidades institucionales”, marcó, para sostener: “Fein reconoce que mis críticas son constructivas”.

El ex candidato también dijo sentirse reconocido por la intendenta: “Me felicitó por el resultado, y por el surgimiento de una figura nueva dentro del peronismo”, graficó.

De los tres contertulios, acaso Sukerman es quien más conocía a Fein. Ambos estuvieron largo tiempo en Buenos Aires, “y en el mismo hotel”, cuando ella era diputada nacional y él asesor en la Cámara baja.

Si los dos encuentros anteriores fueron a solas, la ex candidata del PRO, que ahora vuelve a serlo como postulante a diputada nacional, prefirió llegar acompañada: la concejala Martínez llegó acompañada por su par y ahora diputado provincial electo Roy López Molina. Y también prefirió no mantener la privacidad del encuentro, sino que desde su fuerza política convocaron a radios y canales, con los que habló al salir. Y más tarde sentó posición a través de un comunicado de prensa yo título desentonó las anteriores impresiones: “No sirven las reuniones de cortesía si inmediatamente vuelve la descalificación a la oposición”, dijo el PRO.

“Valoramos el gesto de llamarnos a una reunión, pero lamentablemente el oficialismo del Frente Progresista siempre ha utilizado la misma metodología: una foto, una pose electoral y un minuto después vuelve el sectarismo y la descalificación del adversario”, cuestionó el macrismo.

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