No le alcanzó con el cambio de sistema y de formas. Ni con algunas pocas señales de recuperación después del duro golpe como significó perder el clásico. Tampoco con el empuje de los pibes ni con las ganas que puso Maxi Rodríguez. No tuvo la eficacia que ostentó su rival y lo condenó un error insólito de Orzán. Newell’s empató 2-2 con Godoy Cruz de local y aunque no profundizó la herida del último fin de semana, tampoco empezó a cicatrizarla.
Gustavo Raggio decidió cambiar. Por primera vez en años, la Lepra tuvo otro dibujo (arrancó con un 4-2-3-1) y resignó la posesión para jugarla con Fydrizsewski y aprovechar la segunda jugada. El equipo encontró otro ritmo en la recuperación con los debutantes Iván Silva y Facundo Bustamante, y con un Maxi metido como pocas veces en el torneo.
No superaba al Tomba, pero lo controlaba. Hasta que se escapó Ayoví y Aquino eludió la marca y puso el 1-0 con un remate cruzado. Le costó unos diez minutos recuperarse a Newell’s, que encontró el empate con un preciso cabezazo de Víctor López.
En el complemento, mostró un argumento más convincente y cercano a su ideología. El ingreso de Bernardi le dio juego y el aporte de Tevez fue trascendente en los últimos metros. Erró dos veces en el arranque (la Fiera estrelló un remate en el palo y Bustamante la tiró afuera en el rebote). Tuvo otra con un remate de Casco. Y Bustamante llegó en otra que empujó débil con la cabeza.
El Tomba, en cambio, volvió a ser efectivo. Y lo ayudó Orzán, que perdió una pelota increíble para que Leandro Fernández levantara la cabeza y la pusiera por encima de Ustari.
Newell’s insistió hasta el final. Y el empuje de Maxi Rodríguez tuvo su premio en la última bola. Un final más decoroso, pero que no fue suficiente para desterrar la bronca.
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