Espectáculos

Todo el mundo del arte en juego en una intensa semana

Finalizó la #11SAR. Otra vez la ciudad fue escenario de intervenciones, fotografía, pinturas, esculturas, performances y acciones multidisciplinarias. Como el agua que fluye, el arte inundó los rincones.


La Semana del Arte de Rosario celebró su 11º aniversario con una actividad intensa que giró en torno al tema “Agua que fluye” y que logró poner en evidencia, ante los ojos de todos, una escena poblada de artistas talentosos. Con el objetivo de sacar el arte de las “sacristías aristocráticas” -término que utilizó el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros cuando en 1933 estuvo en Rosario-, los gestores de la Semana del Arte decidieron entablar un diálogo muy abierto con la gente. Así, en las primeras ediciones difundieron masivamente el programa: “¿Tiene problemas con el arte contemporáneo? ¡Llame ya!” y “Arte en la puerta de su casa”. El resultado fue positivo: la gente llamaba y los directores y curadores de museos iban de casa en casa por la ciudad, con los cuadros al hombro y hablando de estética.

 

Rosario es tierra de artistas. Al genio de Fontana, Antonio Berni, Juan Grela y tantos otros le sucedió la generación que hace más de media centuria descubrió la teórica estadounidense Lucy Lippard, quien muestra su asombro por la vocación vanguardista en una crónica donde relata: “Viajé como jurado a la Argentina en 1968. Retorné tardíamente radicalizada por el contacto con artistas de allí, especialmente el Grupo de Rosario, cuya mezcla de arte conceptual e ideas políticas fue una revelación”. En la actualidad llegan desde el extranjero a buscar a los integrantes del grupo conceptualista, mientras los nuevos artistas demuestran que supieron mantener la capacidad creativa.

 

La Semana del Arte despliega la energía de una bienal. A través de diversas vertientes estéticas, acciones multidisciplinarias, pinturas, esculturas, performances, fotografías e intervenciones, los artistas dedicaron estos días a movilizar la sensibilidad de la gente. La llamativa acción de Pauline Fondevila, el acto de navegar el río Paraná con los alumnos de la escuela de velas, abrió la semana. Los navegantes inscribieron mensajes con tinta negra en las velas de los barquitos optimistas que se exhibieron después en el Centro de Expresiones Contemporáneas.

 

Entretanto, la feria Relámpago y subasta La Fugaz fue el momento más festivo de la Semana del Arte. Realizada este año en el Museo Castagnino, cuyo patrimonio va desde la Edad Media hasta los grandes maestros del arte argentino, La Fugaz contó con el aval de su directora, Marcela Romër, y el apoyo de los miembros de la Fundación del Museo, Carlos Siegrist, Carlos María Zampettini y José Castagnino, dispuestos a comprar y a poner en la vidriera a los nuevos artistas y también a los galeristas.

 

El formato especial de la subasta incluye a las galerías, y dejó de este modo al descubierto todo el campo del arte: la nutrida producción rosarina y además, los espacios y las galerías que surgieron en estos últimos años. A la tradicional Rivoire del Pasaje Pan le siguieron Darkhaus, Espiria, Diego Obligado, Embrujo, Espacio Richieri, Estudio G, NoBAR, Oficina 26, Tambor de Truenos y Palabichero. Allí estaban las obras de Mauro Guzmán, Adriana Tellería, Javier Carricajo, Gastón Herrera, Gisela Cortese, Laura Echenique, Alejandra Tavolini, Nicola Costantino, Hernán Camoletto, Maxi Masuelli, Maxi Rossini, Juan Manuel Hernández, Florencia Laorden, Juan Grela, Georgina Ricci y Virginia Negri, entre otros.

 

Por lo demás, la multiplicidad de gestiones que llevan adelante los artistas e intelectuales rosarinos irritaría sin duda a los fans del profesionalismo. Y los ejemplos abundan. Roberto Echen, coordinador del Equipo Curatorial de la Semana del Arte y del Departamento Artístico del Centro de Expresiones Contemporáneas es buen docente universitario y artista visual. Como curador presentó en el CEC las muestras que, inauguradas durante un recital, convocaron un público que no suele concurrir a las galerías o museos. Dominando una construcción industrial pegada al río estaba el video “Proyecto económico para una ecología más justa”, de Esteban Álvarez, y “Barro memorioso”, de Andrés Paredes, unas cúpulas de barro con ventanales y huecos en su base que dejan ver el interior. El espectador accede al barroquismo de unos paisajes primitivos: un osario con brillantes formaciones rocosas en el magma grisáceo del barro. Las alas de mariposas dispuestas en filas perfectas, como las cruces del cementerio, y las calaveras, remiten a las vanitas, recuerdan la fugacidad de la vida.

 

Lila Siegrist presentó a sus artistas en la subasta, es escritora y tiene su propio espacio y editorial: Zona Liberada. Allí funciona Yo soy Gilda Editora y en la Semana inauguró la muestra “Afluente”, de Gabriel Baggio, que viajó en cofres para ser exhibida como una reliquia de oro puro.

 

Siegrist, junto a Eugenia Calvo, presentó la obra “Fuerza de la naturaleza”, en el Parque Nacional a la Bandera, un homenaje al malogrado primer monumento a la bandera diseñado por Nicolás Grondona, erigido en 1873 en la isla El Espinillo y arrasado por la creciente de 1878. Las artistas colocaron una placa cerca de la barranca y, para recordar el poder de las fuerzas de la naturaleza, reeditaron una obra gráfica. “Un bosquejo de ingeniería a mano alzada, como póster, es lo que queda”, concluyen. “Pasaron varios lustros hasta la construcción del Monumento a la Bandera de Ángel Guido que hoy engalana nuestra ciudad”, agregó Siegrist.

 

Pablo Montini es investigador del Museo Histórico y ha presentado muestras memorables que van desde el arte colonial al contemporáneo. A su labor docente suma numerosas publicaciones y sus curadurías en la casa de arte y diseño Darkhaus. En ese espacio realizó una charla con el ascendente diseñador industrial Cristian Mohaded y se exhibieron sus piezas. Luego, en el mismo encuentro, se abrió el espacio galería con una exhibición de artistas rosarinos como, entre otros, Max Cachimba, Paulina Scheitlin, Fabiana Ímola, Aurelio García, Hernán Camoletto y Georgina Ricci.

 

A pocos pasos del Museo Castagnino hay una casona con aires neocoloniales que, desde hace poco más de un año, alberga en su espléndida dimensión un restaurante gourmet junto al espacio Arte Contemporáneo Espiria dirigido por la artista Gab Gabelich. Hoy, el arte y la gastronomía se reparten democráticamente el espacio y también el protagonismo. Un mural de Inés Beninca recorre las paredes del primer piso. Pero se trata de un mural con un estilo muy personal, íntimo, con imágenes domésticas y delicadas que se alejan del estereotipo del muralismo social y político. Gabelich aclara: “Beninca fue seleccionada en ‘Espiria Convoca’, un llamado destinado a artistas santafesinos que nunca hubieran realizado una muestra individual”. Gabelich tiene claros sus objetivos: trabajar con los artistas en la etapa inicial de sus carreras, respaldar sus producciones con mirada atenta y acompañarlos en todo lo que implica pensar y materializar una muestra.

 

Diego Obligado es porteño y hace seis años decidió abrir una casa de diseño y galería de arte en el Boulevar Oroño. Allí trabaja con la ayuda del artista Leandro Comba y Adrián Bustamante, las obras de Anselmo Píccoli, Eduardo Serón, Román Vitali, Mariana De Matteis, Pauline Fondevila y Laura Glusman, quien supo ganar su fama como fotógrafa y acaba de montar una instalación. “Un lugar para mirar” se llama la construcción de una plataforma de casi dos metros de altura realizada con maderas gastadas que ya han cumplido su ciclo. Desde el mirador se divisan las casitas pobretonas de la Quebrada del Saladillo, un parque descuidado y una cascada.

 

El pintor Daniel García presentó en Embrujo una muestra antológica con obra de los últimos 30 años, además de su libro “Bandido” editado por Iván Rosado. En la Fundación OSDE, el diseñador de moda Pablo Ramírez y Vale Musso exhibieron “Magia negra”, con el color favorito de Ramírez.

 

Luego, la marea de actividades en las calles y al descampado, en plazas y museos, espacios públicos y privados, culminó con un día de pesca e invitados especiales, entre ellos, Norberto Puzzolo, Andrea Ostera y Rafael Cippolini. Por la noche, los rosarinos que tienen la fortuna de poseer desde el año 2003 el Museo de Arte Contemporáneo, MACRO, dueño de la colección de arte actual más completa del país que exhibe y legitima sus obras, cerraron la Semana con una fiesta, junto al Paraná.

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