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Panorama Político

Toda la carne a la parrilla

La reunión del miércoles entre los partidos radical y socialista de Santa Fe fue como la de esos matrimonios que un día se sientan y sinceran las cosas. Alguien propuso explorar un poco más la posibilidad de listas de unidad, pero le dijeron que ya era tarde.


La reunión del miércoles entre los partidos radical y socialista de Santa Fe fue como la de esos matrimonios que un día se sientan y sinceran las cosas. Alguien propuso explorar un poco más la posibilidad de listas de unidad, pero le dijeron que ya era tarde.

“La unidad era un agosto, septiembre, y entonces recorríamos juntos la provincia. Ahora estamos a dos meses del cierre, tenemos dos precandidaturas (por Lifschitz y Barletta) en la calle y tendríamos que desarmar todo para volver a armar en cada rincón de la provincia”, le respondieron.

Dado ese paso, Barletta, el socialista disidente Rubén Giustiniani, el intendente de Santa Fe José Corral y el candidato a intendente de Rosario Pablo Javkin (CC-ARI) lanzaron “una propuesta alternativa en el Frente”. Lifschitz, el candidato de la Casa Gris, se presenta oficialmente mañana, junto con la intendenta Mónica Fein, que va por la reelección.

Pero la verdadera novedad en todo esto es la decisión del gobernador Antonio Bonfatti de ser primer diputado provincial en la lista de Lifschitz. Es un dato potente, que obliga a recalcular estrategia electoral dentro y fuera del Frente Progresista.

Ahora se acabaron las especulaciones dentro del Frente Progresista. Bonfatti se pone la campaña al hombro: no sólo paseará a Lifschitz por toda la provincia como en 2011 Hermes Binner hizo con él; además someterá su gestión al plebiscito de las urnas.

Mucho que ganar, mucho que perder. Toda la carne está sobre la parrilla.

Tiempo de definiciones

Definiciones esperadas durante meses en el Frente Progresista se precipitaron como un dominó en cuestión de horas.

La razón es simple: acaba de iniciarse la cuenta regresiva del 13 de febrero, día del cierre de inscripción de las precandidaturas. Si bien están esbozados los dos grandes espacios y sus referentes, falta alinear un inmenso abanico de sectores partidarios, senadores departamentales y jefes comunales que son motivo de disputa. La candidatura de Bonfatti mete en un brete a jefes comunales, en particular radicales que van a pensar dos veces antes de alistarse en la vereda de enfrente del gobernador. A todos les queda un año de gestión.

Al apostar al propio Bonfatti, la Casa Gris contiene a los demás partidos del Frente que aspiraban a colocar diputados y en especial a los sectores de la UCR que no se alinean con el Grupo Escarapela de Barletta y sus aliados de la UNR. Entre ellos el Movimiento de Acción Radical (el segundo de más peso en el partido y que tiene conversaciones muy avanzadas con el PS), los senadores y jefes comunales de los departamentos San Cristóbal, San Justo y General Obligado, y Cauce Progresista.

Cauce tiene su particularidad: el espacio del vicegobernador Jorge Henn proclama alternancia y la necesidad de un candidato a gobernador de la UCR, pero omite pronunciarse por Mario Barletta. Quizás porque vio esa grieta, el ministro Rubén Galassi lanzó una primera señal: “Jorge (Henn) acompañó muy bien a Bonfatti durante este tiempo. Nosotros creemos que es un dirigente muy valioso que debería continuar en el espacio del gobernador y que sería buen candidato para secundarlo en la lista de diputados provinciales”.

También se menciona al ministro de la Producción Carlos Fascendini como posible compañero de fórmula de Lifschitz. De Esperanza, fue senador por Las Colonias varios períodos. En 2007 estuvo cerca de ser vice de Binner, pero éste impuso a Griselda Tessio. En 2015 podría tener revancha.

La confirmación de que nombre y foto del gobernador van a estar al tope de la lista obliga al otro espacio interno a un análisis muy fino de la estrategia a seguir. En términos de un partido de truco, antes de empezar saben que enfrente tienen el ancho de espadas. El detalle es que en la versión electoral del truco no existe la posibilidad de irse al mazo y esperar mejores cartas en la próxima jugada. Sería un suicidio político.

Barletta y Giustiniani están obligados a jugar fuerte en la categoría diputados provinciales.

Llevan las de perder, pero en la cantidad de bancas que logren alcanzar estará la medida de su peso en la política santafesina para los próximos cuatro años.

Ese escenario debe preocuparle en especial al intendente de la capital José Corral. Su proyección a la gobernación para 2019 empieza el próximo 10 de diciembre si, como todo indica, logra ser reelecto. A nadie se le escapa que la relación con el gobierno provincial cambiará si ganase Lifschitz: ya no más el noviazgo que en estos cuatro años le permitió contar con recursos y obras a granel. Por eso para Corral es determinante contar con un núcleo de poder en la Legislatura para fortalecerse a la hora de negociar con la provincia.

La vereda de enfrente

Barletta, Giustiniani y Javkin se presentaron como una propuesta alternativa en el Frente Progresista. Javkin hizo eje en un cambio de aire en la ciudad de Rosario. Barletta puso el acento en la seguridad pública con propuestas genéricas como “mucha firmeza para dar una durísima lucha contra el narcotráfico” con un “cuerpo de investigación especial” a crearse al “estilo de la película Los Intocables”, dijo.

Giustiniani postergó hasta enero definiciones sobre su lugar en la grilla de candidaturas.

Una posibilidad es vicegobernador; la otra, diputado provincial. El lanzamiento de Bonfatti influirá mucho a la hora de la decisión, sea cual fuere.

Reglas de juego

En cualquier caso no hay que esperar una guerra sin cuartel en las primarias del Frente.

La reunión del miércoles pasado, además de formalizar que no habrá lista de unidad, fijó reglas de juego. Entre los principales acuerdos se habló de preservar la gobernabilidad de la provincia a lo largo de 2015; no perder de vista que lo importante es que el Frente siga gobernando Santa Fe; cierta flexibilidad en los armados locales, lo cual implica contemplar que en algunos pueblos y ciudades la mejor estrategia sea fortalecer un candidato en particular; desvincular las elecciones provinciales de las nacionales.

La derecha

La candidatura de Bonfatti tiene otra arista que en parte explica por qué eligió tirar toda la carne a la parrilla.

Nadie en el Frente Progresista deja de mirar los números del PRO en las encuestas. “El Frente no tiene la reelección asegurada de antemano”, al decir de un dirigente radical.

Un funcionario socialista admite: “Hoy por hoy el PRO está alto”, aunque confía en que bajará cuando aparezcan los candidatos del justicialismo. “Esas encuestas reflejan un escenario polarizado y no de tres tercios como creemos que va a ocurrir cuando el peronismo lance a Omar Perotti y María Eugenia Bielsa si es que es precandidata, entre otros”, analizan.

Detalle extra: Mauricio Macri fijó las primarias en ciudad de Buenos Aires una semana después que en Santa Fe, y las generales con 15 días de diferencia. Buscada o no, la retroalimentación entre ambas campañas del PRO será inevitable.

Sin señales de vida

Mientras radicales, socialistas y el PRO se sumergen en la hiperactividad, el electroencefalograma electoral del justicialismo santafesino sigue dando plano. De nuevo reuniones partidarias suspendidas, silencios sepulcrales, visitas nacionales desaprovechadas por el peronismo local aunque no por el Frente Progresista. Apenas algo de afiches, algunos de mejor factura que otros, y poco más.

Todo lo que hay son movimientos comarcales. Por caso la del rossismo con el Partido del Progreso Social, que postula a Roberto Sukerman a la intendencia y casi seguro a Héctor Cavallero al frente de la lista de diputados provinciales; o el de Iniciativa Popular, escisión del PPS, y el Movimiento Evita que se reflejarán en el almuerzo popular organizado por el espacio del diputado provincial Oscar Urruty.

Otro tanto ocurre en el desamparo peronista de tantas localidades, donde fuera de colgar un afiche sin otra especificación que el nombre y el año 2015 pareciera no haber horizonte. Todos, aquí y en la Casa Rosada, esperan una señal de María Eugenia Bielsa.

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