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Esmeralda e Ituzaingó

Tiro en la nuca en un búnker de la Sexta

Un joven de 29 años fue encontrado ayer a la mañana sin vida, con dos disparos, dentro de su casa de Ituzaingó y Esmeralda, en el barrio República de la Sexta.


Un joven de 29 años fue encontrado ayer a la mañana sin vida, con dos disparos, dentro de su casa de Ituzaingó y Esmeralda, en el barrio República de la Sexta. Según voceros judiciales, los uniformados de la Policía de Acción Táctica (PAT) encontraron junto a su cuerpo tres bochas de cocaína, lo que llevó al fiscal de Homicidios en turno, Florentino Malaponte, a dar intervención a la Justicia Federal. De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, el muchacho regenteaba un búnker de drogas en el mismo lugar donde fue ultimado y donde vivía desde hacía tres años. Además, en diciembre pasado debía presentarse en los Tribunales federales para ser sometido a una audiencia preliminar en un juicio por una causa vinculada a la venta de estupefacientes.

A Claudio Pablo Germán Lucero le decían Pablito, tenía 29 años y vivía en el barrio República de la Sexta desde hacía tres. Su cuerpo fue encontrado ayer a la mañana en una casa en Ituzaingó y Esmeralda, cuando, alrededor de las ocho, los vecinos de la zona vieron la puerta abierta y, al entrar, encontraron al muchacho con un disparo en la nuca y otro en el hombro.

Horas antes, varias personas habían escuchado tiros, pero nadie se atrevió a salir a la calle o alertar a la Policía. El llamado al 911 llegó recién cinco horas después, junto con la evidencia del crimen.

Así, en la primera mañana llegaron a la cuadra los uniformados de la PAT y constataron que el joven estaba muerto. Después fue el turno del gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones. Según los pesquisas, el joven fue ejecutado de un disparo en la nuca, aunque también presentaba otra herida de arma de fuego en el hombro. Al lado de su cuerpo, los policías encontraron tres bochas de cocaína y tres vainas servidas calibre nueve milímetros.

Según fuentes de la investigación, varios testigos señalaron a Claudio Lucero como un chico que se dedicaba a vender drogas en la zona, aunque “era un comerciante menor, no un narco”. Su casa era también su negocio y, siempre según las fuentes, era un lugar que todos conocían en el barrio.

Sin embargo, desde la comisaría 4°, ubicada a menos de diez cuadras y con jurisdicción en la zona, dijeron desconocer la existencia de lo que fue señalado como un búnker. Incluso dijeron que no sabían quién era el chico, ni si era de República de la Sexta. Igualmente, sostuvieron que a la zona llegaron los familiares de la víctima, quienes no eran del barrio. En este sentido, algunos testimonios señalaron que Claudio Lucero provenía de los Fonavi de Grandoli y Gutiérrez.

De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, Lucero tenía un antecedente en la Justicia Federal por una causa vinculada a la venta de drogas. Por este caso, en diciembre fue citado en los Tribunales de Entre Ríos al 700 por el juez Mario Gambacorta, donde debía ser sometido a una audiencia preliminar a juicio. Este proceso judicial lo transitó en libertad, lo que hace suponer que estaba imputado por un delito calificado con pocos años de cárcel.

Según las fuentes, hasta ayer se desconocían a los posibles autores así como la motivación del crimen. Igualmente, las principales líneas investigativas apuntan a la venta de estupefacientes y a una disputa por su control territorial como el principal móvil del homicidio.

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