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Elina, madre de la chica detenida en la 7ma

“Tiene un garrotazo en la cabeza”

La madre de Elina, la chica de 27 años que fue internada en grave estado tras estar detenida en la comisaría 7ª, dijo que su hija era siempre hostigada por la Policía y que hay testigos que vieron cómo esa noche era golpeada por uniformados.


La salud de Elina, la joven de 27 años que hace 13 días fue a un recital en Pichincha y terminó en terapia intensiva tras ser detenida en la seccional 7ª, mostró una leve mejoría en las últimas horas que le permitió salir del coma farmacológico al que había sido inducida, abrir los ojos y respirar por sus propios medios. La Policía dijo que había encerrado a la chica porque provocaba “disturbios” en la vía pública y que se “autolesionó” en la celda donde fue aislada.  Para su familia es mentira. Aseguran que varios testigos vieron cuando cuatro policías le dieron una paliza antes de subirla al patrullero y además dijeron que “tiene un garrotazo en la cabeza, con siete puntos de sutura, que la dejó en coma”.

Elina Paola R. tiene 27 y es mamá de dos chicos de tres y cuatro años. La noche del viernes 12 salió de su casa de zona oeste rumbo al teatro Vorterix, ubicado en Salta y Cafferata, a ver un recital y le avisó a su mamá Claudia, quien vive en zona sur, que iba a ir a dormir a su casa. Pero esa madrugada a su domicilio llegó un patrullero para informarle que su hija “había sufrido un infarto” y se encontraba internada, recordó Claudia a El Ciudadano.

“Me pareció rara la amabilidad de la Policía en venir a mi casa a la madrugada para avisarme. Encontré a Elina en terapia intensiva del Heca, conectada a un respirador, con un corte en el parietal izquierdo con siete puntos de sutura que le provocó un derrame, un coágulo, un traumatismo de cráneo. Le dieron un garrotazo que la dejó en coma”, expresó Claudia, quien también observó que su hija tenía “el labio roto y escoriaciones en rodillas y codos”.

La desaparición de su ropa en la guardia del hospital Centenario –de allí fue derivada luego al Heca– es otro de los puntos oscuros que resaltó la familia a este diario. “En la comisaría recuperamos los zapatos llenos de sangre, pero el resto de la ropa está desaparecida, hasta la ropa interior. Están ocultando pruebas. Cuando la fuimos a buscar nos trataron muy mal en el Centenario; primero nos dijeron que no la encontraban y cuando volvimos, que la habían tirado porque pasaron muchos días y nos maltrataron”, contó Claudia.

Tanto su mamá como dos amigas que dialogaron con El Ciudadano dijeron que Elina hacía varios meses que sufría hostigamiento policial por parte de efectivos de la seccional 7ª, y que ya la habían llevado detenida y golpeado en varias oportunidades. “No hay registros de que venía siendo hostigada, pero una semana antes, el viernes 5 de mayo, la subieron al patrullero cerca del teatro Vorterix porque estaba orinando en la calle. La metieron al móvil con la ropa baja y los genitales al aire. Ese día la golpearon y después la dejaron ir. Eso era habitual porque ella bebía bastante y tenía la mala costumbre de enfrentarlos”, contó una allegada.

Según esa versión, ayer dos testigos que no se conocen entre sí declararon ante la fiscal de Violencia y Corrupción Institucional, Karina Bartocci, que vieron cuando cuatro uniformados, dos hombres y dos mujeres, subieron a un patrullero a Elina la noche del viernes 12, a quien acusaron de haberle robado la gorra a un cuidacoches en cercanías del teatro. Agregaron que, como la joven se resistió a ser detenida, los policías la patearon y le dieron varios golpes de puño delante de todos. “Cuando la gente la quiso levantar para que no se la llevaran, los policías dijeron que no se metieran porque se llevaban a todos adentro con ella”, explicitó.

“Lo que le hicieron no tiene nombre. Le empezaron a pegar en la calle. Es imposible que se haya autolesionado. Eso es mentira. Y tampoco se puede dejar a una persona sola en una celda cuando necesita asistencia”, concluyó.

Según la versión que dieron la Policía y la Fiscalía poco después del hecho, Elina fue detenida a las 22.30 del viernes 12 a media cuadra de la comisaría “en calidad de resguardo”, porque se encontraba en “aparente estado de ebriedad” y ocasionaba “disturbios en la vía pública”. Los uniformados dijeron que por eso la alojaron “en una habitación sola”, donde la muchacha “comenzó a autolesionarse golpeando la cabeza contra la pared”.

Esa misma noche, una ambulancia del Sies la trasladó desde la seccional al Centenario, donde le diagnosticaron “herida cortante en cuero cabelludo y deterioro sensorial” y por la gravedad fue derivada al Heca, donde la indujeron a un coma farmacológico.

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