Empezó el año y, con él, la presión por un aumento en la tarifa de taxis. Quién hizo punta fue el Sindicato de Peones (con el aval de los titulares), que ante la escalada de otros precios, como el combustible, salió a pedir una recomposición de ingresos. Según el secretario general del gremio, Horacio Boix, la tarifa está atrasada un 35 por ciento.
Boix sostuvo ayer que ya hay un acuerdo con las organizaciones que agrupan a los titulares de taxis para reclamar que el Concejo empiece a analizar un incremento en el mes febrero, cuando se retoman las reuniones de las comisiones de trabajo.
Según el dirigente gremial, la suba que propondrán a los ediles rondará “el 30 o 35 por ciento”. Igual, aclaró que el ajuste sería para todo el año y que la idea es que se aplique de forma escalonada.
Esa gradualidad tiene su explicación. Y es que todos los involucrados en el sector saben que un aumento abrupto y en un solo tramo suele generar una caída inmediata en el uso del servicio, que no conviene a nadie
En tanto, Boix recordó que el año pasado hubo una baja en la actividad que el propio gremialista estimó de entre el 25 y 30 por ciento en relación a 2015.
Además –agregó– se registró una preocupante pérdida de personal por la escasa rentabilidad que genera el trabajo a los choferes.
“Hay peones que se van a otro rubro porque este sector no tiene el ingreso necesario para mantener una familia”, sostuvo el dirigente, que también aseguró que hubo titulares de taxis decidieron vender su chapa para invertir el dinero en otro negocio.
Una brecha grande
Lo cierto es que esa brecha entre gastos e ingresos se viene ampliando y ya es insostenible.
“El incremento de la nafta de esta semana marca que en poco tiempo tendremos un aumento en el GNC”, aventuró Boix.
El gas natural comprimido subió 12% en junio y acumuló el año pasado un ajuste del 60 por ciento.
Vale recordar que en 2016 el sindicato decidió no insistir con un ajuste de la tarifa que quedó pendiente para septiembre debido a que eso “hubiese sido contraproducente” dado el incremento general de precios en toda la economía.
“La intención fue privilegiar el bolsillo del usuario. Pero ahora, viendo cómo se ajustó el costo de vida, ya la grieta con el último aumento de tarifa es muy grande. Y si seguimos esperando la situación va a ser cada vez peor”, insistió Boix.
La historia
El último incremento de taxis fue casi el 30 por ciento y se comenzó a aplicar en mayo del año pasado.
Por entonces, se llevó la bajada de bandera diurna a 22 pesos (estaba en 17) y la ficha quedó en 1,10 (antes era de 0,85).
Mientras que por la noche la bajada alcanzó los 25 pesos (previamente costaba 19,50) y la ficha 1,30, con 4 pesos extra por servicio de radiotaxi.
En el caso de los remises, la bajada de bandera subió de 26,70 a 29,50 pesos, un incremento apenas por encima del 10 por ciento, mientras que la ficha pasó de 1,05 peso a 1,35 y el minuto de espera sumó otros 2 pesos.
El ajuste se aprobó en el Concejo en la misma sesión en que los 14 concejales del Frente Progresista y el PRO, más el edil del bloque Peronismo Solidario, Carlos Cossia, avalaron la última suba del boleto de colectivo.
Algunos números
Un titular de licencia de taxi detalló a fines de diciembre a El Ciudadano todos los gastos fijos y eventuales aproximados que lleva el mantenimiento de un coche de alquiler. Y dejó al descubierto así lo que cuesta hacer rentable a la actividad.
Por ejemplo, mencionó que el cambio de filtro y aceite debe hacerse cada 7 mil kilómetros recorridos y cuesta 1.000 pesos; en caso de que el auto “camine” 250 kilómetros por día, ese mantenimiento debe hacerse una vez al mes.
A la par, dijo que el cambio de correa de distribución se hace cuando se recorrieron 50 mil kilómetros –aproximadamente cada seis meses en un auto que está 16 horas en la calle – y el valor es de 6 mil pesos.
“Cada cubierta vale 1.300 pesos y hay que tenerlas en condiciones cuando se va a hacer la inspección técnica”, agregó el taxista, quien también señaló que el titular de la licencia que tiene un chofer en regla tiene que pagar alrededor de 6 mil pesos.
Además, el seguro básico y obligatorio cuesta 2.500 pesos (aunque los hay más caros) y un litro de aceite vale 180 pesos.
“Desarmar la caja y cambiar un retén sale cerca de 4 mil pesos, el guardabarros 15 mil, y a todo eso hay que sumarle que cuando algo se rompe y el auto está parado en el taller por varios días perdés mucho más”, señaló luego.
Finalmente, el trabajador indicó que los talleres mecánicos más económicos cobran 800 pesos la hora, aunque los hay de hasta 2 mil pesos. “Hoy por hoy tener un taxi no es negocio como antes”, remató.
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