“Una industria cinematográfica más fuerte se arma con productores independientes, grandes y medianos. Es complejo, pero tiene que haber inversión y condiciones que incentiven a producir. Seguramente en el Incaa se deberán ordenar algunas cosas, eso es un debate que hay que tener, pero lo que no puede pasar es que se lo desfinancie sin dialogar. Llegar a un acuerdo entre todas las partes es fácil”, planteó Suar en conversación con la agencia de noticias Télam.
El productor se encuentra en plena promoción de Jaque Mate, el film que lo reunió con el director Jorge Nisco, con quien ya había hecho la recordada serie Poliladron (1995-1997) y el film Comodines (1997) y con el que apuesta nuevamente a la proyección en cines. Suar apunta que su participación en la película, tanto como actor como productor, no se condiciona a su estreno en pantalla grande, pero señaló que los productores terminan entendiendo que pasar por la sala fortalece a la cinta.
“A mí me gusta ir al cine a meter gente. Después hay algunos a los que les convendrá no pasar, pero no conozco productor que no quiera ir porque es muy lindo… el cine es hermoso. Para todos los que lo hacemos es hermoso. Yo creo que tanto la pantalla grande como las plataformas van a terminar conviviendo; de hecho, ya lo están empezando a hacer”, sostuvo.
Jaque Mate es producida por el popular actor, junto a Patagonik y Amazon Studios, la división cinematográfica del gigante tecnológico que confió en el regreso de Suar al cine de acción y que más adelante tendrá la película dentro de su plataforma de streaming Prime Video. Antes estará cinco o seis semanas exclusivamente en salas, siendo la primera producción argentina de ficción en proyectarse en 4D, una tecnología que combina movimientos y efectos especiales para crear una experiencia en la cual el viento, agua, vibración, impacto de aire y aromas se encuentran sincronizados con la acción de imagen y sonido.
La idea de Jaque Mate comenzó hace dos años y hace un año y medio que la empezaron a trabajar. Para ello, se reunió a un elenco internacional (la española Maggie Civantos, el mexicano José Eduardo Derbez y el israelí Tsahi Halevi) con la idea de que pueda viajar a otros territorios.
“Hay un lenguaje universal que es el de la actuación y la acción y, como es muy conocido, ellos se adaptaron rápidamente al tono de la película para que viaje. La idea de la historia fue que siempre tenía que ir al grano, con estas características. No bajar la tensión”, relató.
En concreto, Suar interpreta a Duque, un espía que se encuentra recluido y alejado en una isla del Delta desde que asesinaron a su hermano, tres años atrás. Una noche, su sobrina lo va a visitar y al otro día un grupo de sicarios lo ataca, en lo que culmina en una muy buena coreografía de artes marciales de seis minutos.
“Siempre soy yo, no hay doble. Fue un mes y medio de preparación ensayando la coreografía en la que peleo con varios. La escena dura mucho y me tuve que preparar. No sé artes marciales, así que ensayaba y copiaba los movimientos”, explicó sobre el inicio de una película que pareciera empezar con el primer y segundo acto al mismo tiempo: la acción no se hace esperar y es ese el ritmo que maneja hasta el final, sólo edulcorado por los momentos de humor de los protagonistas.
Luego del ataque sufrido en la cabaña, la sobrina de Duque es secuestrada y allí el ex espía decide reingresar al servicio, para lo cual convoca al equipo internacional con el que trabajaba. Un secreto de amor, otro filial y el tufillo a infiltrados son los condimentos que la historia tiene para engalanar la travesía de Duque hacia su redención.
La apuesta de Suar no sólo es por la proyección en salas, sino también por una industria que hoy vive zozobra debido a un proyecto de ley que si fuera sancionada como la propuso el Ejecutivo nacional, quitaría financiamiento al fomento del cine y que limita las producciones que se pueden realizar por año.
“Hay de todo en la industria del cine. Está el chico que cobra subsidio y que, produciendo así, hace que gire la rueda, y el grande. Tiene que haber equilibro y después la industria tomará la decisión. También tienen que haber cuatro o cinco películas fuertes por año porque si no, no se genera el ritual de ir al cine. Además, si no hay directores independientes que se fogueen con películas chicas, luego no hay directores para que filmen las grandes”, enfatizó Suar, quien aclaró que la cinematografía nacional debería tener lugar para lo popular, los diferentes géneros y lo que le da identidad al país.
“Tiene que pensarse en el apoyo con incentivos fiscales y qué significa esto, porque si no hacer una película lleva un costo tremendo que me obliga a meter 400 mil personas en el cine para poder salir empatado”, graficó.
El también gerente de programación de eltrece insistió en que “la cultura es un valor para un país” y que pensarla como un mercado que debe generar dinero le da “tristeza”. Suar habla con la autoridad de quien ha cosechado grandes éxitos cinematográficos que en más de una oportunidad han superado el millón de espectadores.
Sin embargo, ese suceso, que también se traslada a un sinnúmero de tiras para televisión, encontraron su límite este 2024, año en el que Pol-ka ha dejado de producir y cuyo horizonte no parece claro. Con cerca de 120 empleados, Suar no se anima a ponerle tiempos a la reestructuración que sufrirá su histórica compañía de tres décadas de vida, como tampoco a cómo se reinventará.
“Se esta haciendo una reestructuración, no sé quién se va a querer quedar, se está hablando persona por persona, empleado por empleado. Esto va a llevar un tiempo, pero no sé cuánto. Todos lo sentíamos desde hace un tiempo”, explicó sobre el cese de actividades de la productora de propiedad mayoritaria del Grupo Clarín, sin proyectos para este año y el próximo.
Warner, en Brasil, ha decidido hacer novelas más cortas y con ganchos de serie, como para aprovechar lo mejor de cada formato. Es una apuesta respecto de la cual, en relación con Pol-ka, el actor expresó finalmente: “Hay que ver qué costo tendría. Cuantos menos capítulos hacés, te sale más caro. Pensá que tenés que tener decorados, vestuarios, escenografías… todo puede ser. Puede que vuelvan los unitarios o las series de 30 capítulos. Estoy abierto a todo. Cuando los tiempos terminan, no se puede hacer nada. Cuando la industria se reconvierte, no podes seguir diciendo lo mismo”.
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