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Audiencia

Smud: acusaron al detenido por crimen

El taxista fue imputado de matar al comerciante de un golpe en la cabeza.


El hombre de 54 años detenido el viernes pasado por el crimen del comerciante Néstor Smud, cuyo cuerpo descuartizado fue hallado el último domingo a la vera de la autopista Brigadier López, fue acusado ayer de homicidio simple y tenencia de arma de fuego. La Fiscalía lo acusó de haber provocado la muerte de la víctima con un golpe en la cabeza y el sospechoso se abstuvo de declarar.

El fiscal Guillermo Apanowicz inició su acusación contra Eduardo Rubén R. –cuyo último trabajo fue como taxista– con un relato de los elementos probatorios a través de los cuales llegaron al imputado. La víctima salió de su casa de Salta y Dorrego el 7 de julio –dato confirmado por un vecino–; a las 17.31 recibió un llamado de su nieta, y 3 minutos más tarde efectuó una última comunicación a un celular, que según la pesquisa pertenece al acusado. Como la víctima no habló esa tarde con su esposa, la mujer lo llamó a su celular. Atendió una voz masculina que le dijo que Smud estaba bien, que se había tomado “el taxi equivocado” y que preparara 20 mil pesos que iban a volver a comunicarse. A las 21.37 sonó otra vez el teléfono, esta vez el fijo de la casa familiar, donde una voz reiteró el pedido de dinero y dijo que al día siguiente se comunicarían, pero el llamado nunca se concretó.

A partir de los registros del celular de Smud, la Fiscalía determinó un cruce de mensajes de texto con el número al que llamó la víctima por última vez y a través de intervenciones telefónicas dio con el acusado. Un testigo de identidad reservada sostuvo que Smud le dijo la mañana de su desaparición que la semana anterior había conocido a un hombre con el que volvería a encontrarse esa tarde, sostuvo el fiscal. El 25 de julio se allanó el domicilio del acusado, en Salta 2313 Planta Baja “C”, donde se secuestraron dos armas de fuego, dos celulares y libretas donde figuraban teléfonos de la víctima. Eduardo R. fue derivado a la comisaría 17ª y dos días después, cuando personal policial se presentó para trasladarlo a Tribunales, se descubrió que el sospechoso se había autolesionado con un hierro en el pecho. Fue trasladado al hospital Alberdi y en esa circunstancia le dijo a un efectivo: “Es que me quiero morir porque soy un asesino: yo lo maté en mi casa, lo tuve tres días en el baño y lo descuarticé, lo metí en bolsas y lo llevé en mi auto a un lugar por autopista a Santa Fe”, refirió el policía. El fiscal lo acusó de homicidio simple y tenencia de arma de fuego de uso civil y de guerra.

A su turno, el fiscal Florentino Malaponte pidió prisión preventiva sin plazo en base al testimonio del policía que escuchó la presunta confesión del sospechoso, lo que reforzó con la ubicación de cuerpo y el modo en el que fue hallado. A ello sumó el cruce telefónico, el hallazgo de una sierra –pudo haber sido utilizada para cortar el cadáver– y signos de sangre en el departamento tras una prueba de luminol y señales de presencia de la víctima en la casa allanada que encontraron los bomberos a través de perros rastreadores. El planteo fue desechado por la defensa oficial del acusado a cargo de Gonzalo Armas. No obstante la jueza Roxana Bernardelli resolvió apoyar el pedido de prisión preventiva. A la vez, accedió a un pedido de la defensa y convocó a una junta médica para examinar al acusado.

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