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El Cholo en España

Simeone ya lleva más de mil días al frente del Atlético

El director técnico argentino edificó una era dorada en el Colchonero logrando cinco títulos en dos años y medio.


Ni el más hincha fanático de Atlético Madrid imaginó el viernes 23 de diciembre de 2011, momento de su confirmación oficial como entrenador, que sus próximos 1.000 días serían de los más gloriosos que viviría como seguidor de los colores rojiblancos de la institución afincada en la capital española.

Y de ello un argentino es el gran responsable. Diego Pablo Simeone regresó al equipo donde había sido ídolo en su etapa como jugador para ‘rescatarlo’ de una situación que parecía conducirlo inexorablemente a la segunda división.

Pero el Cholo imprimió su ADN a cada sector de la institución y le dio un giro tan impresionante que ayer al cumplir un millar de días ya festejó cinco campeonatos en siete finales.

“Siempre fue un objetivo poder volver al Atlético como entrenador. Llego con ilusión y con ganas de trabajar. No me asusta venir al Atlético ni la responsabilidad, es algo que me entusiasma”, afirmó el Cholo Simeone en un tramo de la primera conferencia de prensa que dio junto al presidente del club, Enrique Cerezo.

Esas ganas y entusiasmo se lo fue contagiando primero a sus jugadores, convenciéndolos de una idea y una forma de jugar al punto de hacerla propia y defenderla con uñas y dientes. O como le gusta decir al Cholo: “Con el cuchillo entre los dientes”.

Esa misma ilusión fue tomando cuerpo en los simpatizantes que se “entregaron” a su ídolo futbolístico como el “salvador” de un momento delicado.

Cuerpo técnico, jugadores, dirigentes e hinchas fueron amalgamándose de tal forma que la transformación fue total en el club. Por estos días las obligaciones e ilusiones son bien diferentes.

Los del Manzanares han logrado en este tiempo romper la bipolaridad que en la liga pertenecía a Real Madrid y a Barcelona. Por más que el Cholo se empeñe en decir que las diferencias con ellos son grandes, y que en muchos sentidos es así; con su trabajo y dedicación las ha acortado de tal forma al punto de ganarles en más de una ocasión y trasformar a la Liga Española en cosa de tres.

Luego de ser protagonista en la temporada 2012/13, la primera que condujo en su totalidad Simeone, en la campaña 2013/14 dio el golpe y se consagró campeón para romper una alternancia de merengues y blaugranas durante la última década.

Pero además, como si fuera poco, hizo que “su” Atlético Madrid volviera a quedarse con un clásico ante Real luego de 14 años y 25 partidos desde el último triunfo en 1996, curiosamente, con Simeone pero dentro del campo de juego como jugador.

No conforme, no lo hizo una vez ese 17 de mayo de 2013 para ganar la Copa del Rey, sino que repitió la dosis en el Bernabéu en el comienzo de la presente temporada.

Desde la llegada del Cholo, los colchoneros conquistaron 1 Copa Uefa (2011/12), 1 Copa del Rey (2012/13), 1 Liga Española (2013/14), 1 Supercopa de España (2014) y 1 Supercopa de Europa (2012). Además, contra todo pronóstico volvieron a una final de la Champions League después de 40 años.

Su filosofía de trabajo y dedicación va más allá de uno u otro nombre dentro del campo de juego. Está claro que hay jugadores que marcan diferencias y reemplazarlos no es tarea sencilla. Mucho menos para una institución que maneja números muy dispares a los de sus principales competidores. Pero con esfuerzo y convencimiento fue paleando cada ausencia y encontrándole la mejor solución posible.

Así, como casos emblemáticos de estos casi tres años se pueden mencionar que a la salida del delantero colombiano Radamel Falcao la suplantó con Diego Costa y ahora apuesta a Mandzukic, el nuevo héroe del Vicente Calderón. Ante la ida del arquero Courtois, un pilar fundamental de este ciclo de oro, el arco ahora parece encontrar en Moyá al mejor heredero.

Los jugadores van y vienen, pero en el Calderón todos están tranquilos porque confían plenamente y ciegamente en su guía y conductor: Diego Pablo Simeone. Ese que se hizo “dueño” de la entidad. Manda dentro y fuera del campo. Un auténtico líder que los rescató del ostracismo y los llevó a la cima.

En 1.000 días no sólo pasan cosas buenas, pero viendo todo esto, es muy difícil que lo malo sea capaz de hacerse hueco entre tanto triunfo, entre tanta ilusión, y sobre todo, entre tanto trabajo.

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