Ciudad

Servicios sanitarios

Seis meses sin agua en el tanque

Unas 600 familias de Empalme Graneros denunciaron que padecieron ese tiempo con baja presión y que recién el fin de semana pasado una cuadrilla hizo la reparación, no sin inconvenientes. Assa dice que el servicio se regularizó.


Desde la vecinal Empalme Graneros denunciaron que hace seis meses que unas 600 familias padecen baja presión del servicio o directamente falta de agua de red.

Igualmente hicieron explícito su malestar por fallas en la recepción de sus reclamos telefónicos y aseguraron que algunos arreglos llevados a cabo por la empresa prestataria para revertir los problemas en las conexiones generaron hasta viviendas anegadas durante el fin de semana.

Autoridades de Aguas Santafesinas SA (Assa) informaron que desde el sábado el abastecimiento a la zona funciona con normalidad y buena presión, pero en diálogo con El Ciudadano el ex concejal del PJ y dirigente vecinalista, Osvaldo Ortolani, advirtió: “No somos una isla adentro de la ciudad. Lo que nos pasa a nosotros es una repetición de lo que ocurre en otros lugares” de Rosario.

Punto crítico

En diálogo con este medio, María Laura Villafañe, vecina de Olavarría y Pelayo, contó que hace cinco meses esa zona del barrio sufrió un descenso abrupto de la presión de agua.

En pocos días sólo gotas salían de la canilla alimentada por su tanque ubicado a seis metros de altura, adonde el agua no subía. En ese momento empezaron los reclamos telefónicos a Assa, desde donde les señalaron “que no tenían registro de ninguna denuncia anterior”.

“Desde abril que varios vecinos veníamos llamando y dejando sentado el reclamo. Y nos decían que no tenían registro de nada. Hasta en eso el servicio es deficiente”, señaló la mujer, que está al frente de una granja en la zona.

“Los clientes del barrio venían y me decían que me compraban el agua mineral o el pan. O una o la otra. Se vivieron momentos muy duros. No es igual a que te corten la luz. Te arreglás con una vela. Acá tenés la higiene de tu familia y la ropa. Mucha gente gastó mucha plata por no tener un servicio vital”, agregó Villafañe.

La semana pasada un grupo de vecinos de Empalme Graneros se reunió con autoridades de Assa, las que, según la mujer, ofrecieron respuestas pero a largo plazo: la construcción del acueducto en la zona del puente Rosario-Victoria, proyectado para 2015.

“¡Pero falta un año para eso!”, se indignó la comerciante. “Hay un problema estructural que con estos arreglos no creo que reviertan. En el medio, las cuadrillas que trabajan arreglan y a la vez rompen, ocasionando más problemas a los vecinos”, apuntó.

Según el testimonio de la mujer, días atrás, en French y Garzón, operarios de Assa estaban arreglando un caño maestro y en esa tarea rompieron una llave. El agua llegó, según contó Villafañe, hasta las casas de los vecinos y llevó horas taponar la pérdida.

“Te dan la solución pero a medias y muchos sectores siguen sin agua. En mi caso tengo agua pero con poca presión, lo que hace que no llegue al calefón”, explicó.

Catártico

A principio de semana Ortolani participó de la audiencia del Ente Regulador del Servicio Sanitario (Enress) por el próximo aumento del 42 por ciento de la tarifa del servicio. “El problema de nuestra zona va más allá de los números. Y tiene que ver con la desinversión que lleva adelante el gobierno, que por otro lado aumentó en cinco años un 600 por ciento la tarifa. Sentimos que nos llamaron (por la audiencia) para hacer catarsis sin que haya resoluciones vinculantes”, criticó el vecinalista.

Para Ortolani, el aumento propuesto –del 42 por ciento– es una falta de respeto, no sólo a la capacidad de pago de los usuarios sino porque no condice con un buen servicio.

“En Villa Gobernador Gálvez no tienen agua y les prometieron mandar una cuba. Estamos en 2014, no en la época del virreinato. ¿Y todavía hay gente que debe esperar el camión del agua con un balde en la mano?”, reflexionó el dirigente.

Las críticas surgieron en un marco de hartazgo del barrio ubicado en la zona norte de la ciudad donde, según Ortolani, hasta el último fin de semana, cuando llegaron a trabajar algunas cuadrillas de Assa, se habían generado 600 reclamos por falta de agua o de presión en la zona.

“Eran 600 familias que hacía seis meses estaban esperando una respuesta a una situación que todavía no está debidamente resuelta. Existe un tramo de villa de emergencia al que no le llega el agua y rompen los caños y la llevan con manguera. Lugares que tampoco tienen zanjeo, con pavimentos destrozados y donde la gente vive mal”, advirtió el vecinalista.

Ortolani asegura que similares situaciones se viven en otros puntos de la ciudad, tal como denunció en la audiencia de principios de semana.

“Rosario está plagada de corralitos y los meses pasan. Los Fonavi también tienen problemas. La gente de Assa dijo que «tenían problemas en la periferia», como si los barrios no fueran parte de la ciudad. Es un insulto”, fustigó.

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