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Se hace larga la carrera para que Rosario tenga Picódromo

La ordenanza que lo creó cumplió ya dos años, y pasó otro año desde que el Ejecutivo giró al Concejo las tres potenciales locaciones.


La construcción de un picódromo legal y habilitado en la ciudad aún está lejos de concretarse. Hace ya dos años que se aprobó la figura, y hace uno que el Departamento Ejecutivo envió al Concejo Municipal un informe con tres ubicaciones posibles para instalarlo. Sin embargo, los ediles no resolvieron todavía la locación. A la par, desde el Palacio Vasallo reprochan al Palacio de los Leones que aún no se reglamenten otros artículos de la ordenanza que creó la “pista para deportistas a amateurs” y que incluyen (entre otras cosas) las obras para garantizar la infraestructura y seguridad necesarias.

A mediados de 2013 se sancionó en el Palacio Vasallo la ordenanza 9.072 que creó la figura del “Picódromo” para hacerle lugar a las competencias amateur, pero más para evitar las carreras clandestinas en las calles de la ciudad, hecho que en más de una ocasión ha puesto en riesgo la vida de los propios conductores y los transeúntes.

Las picadas ilegales han sido denunciadas por vecinos de diferentes barrios y en muchas ocasiones. Eso se ha dado en particular de la zona norte, en el sector conocido como el “Serrucho” (en Colombres al 1300). Basta sólo transitar un fin de semana por allí para percibir las molestias que generan esas competencias en quienes no tienen interés en los motores y la velocidad. Y el peligro que generan.

En agosto de 2014 el Ejecutivo dio cumplimiento al primer artículo de la normativa enviando al Palacio Vasallo el informe sobre las posibles localizaciones para instalar la pista de velocidad para deportistas amateurs. Allí se divisaron tres “cuadrantes” posibles donde se podrían plasmar todas las condiciones de seguridad para quienes corren y quienes siguen el deporte. Nuevo Alberdi hacia el oeste, hasta el límite del municipio y al norte del Aeropuerto de Fisherton es una de las propuestas. Ovidio Lagos al 6000 hacia el límite oeste y al sur es la segunda gran área. También se apuntó a espacios no urbanizables que se ubican de la autopista Rosario-Córdoba hacia el sur, hasta bulevar Seguí o la continuación de 27 de Febrero.

Lo cierto es que ha pasado un año y el Concejo aún no determinó cuál o cuáles son los emplazamientos más convincentes.

El edil del PRO Roy López Molina, autor de la ordenanza 9.072, aseguró a El Ciudadano que el asunto estaba siendo abordado. “Ya lo trató la comisión de Planeamiento y ahora está en la de Gobierno. No es que no haya voluntad de decidir, sino que simplemente se fueron discutiendo otros temas”, señaló el concejal macrista.

De igual modo, el diputado provincial electo apuntó contra el Ejecutivo al señalar que a esta altura ya deberían estar reglamentados otros artículos de la normativa que él promovió. Eso incluye los requisitos para la habilitación de la o las pistas que se propongan, como el estudio de impacto ambiental. También la definición de “la cantidad de espectadores admitidos, distribución de gradas y servicios sanitarios adecuados”, y las “medidas y protocolos” para la práctica deportiva y la seguridad del lugar, como el “estado mecánico de los vehículos competidores y tratamiento de urgencias médicas derivadas de accidentes en el predio”.

“Estamos trabajando con plazos vencidos. Todo esto ya debería estar reglamentado”, insistió López Molina.

Ante la consulta de este diario, desde el Ejecutivo salieron al cruce del edil: “¿Cómo vamos a definir esas cuestiones si primero ellos (por los concejales) no deciden el lugar para el Picódromo?”, se preguntó el subsecretario de Planeamiento municipal, Eduardo González.

El funcionario aclaró, en ese marco, que ya se estuvieron viendo algunos lotes concretos –ya no zonas– que podrían reunir los requisitos. Claro está, la tarea no es sencilla. Entre otras cosas, tiene que existir una distancia mínima entre el Picódromo y terrenos de uso residencial de 400 metros; y de 500 metros de áreas de “equipamiento comunitario”, esto es escuelas, centros de salud, parques recreativos o deportivos, entre más. A la par, se debe contar con infraestructura básica de “accesibilidad” como ingreso pavimentado y con alumbrado público.

El final del proceso recién se dará (si es que se llega) con algún tipo de llamado a interesados en montar la pista, “que bien puede ser bajo el régimen de iniciativa privada, en asociación con el Estado o alguna entidad civil”, marcó González.

De igual modo, el vice de Planeamiento marcó que de las zonas estudiadas “prácticamente el 99 por ciento” son privadas, por lo que dependerá del interés que genere el negocio, tanto atrayendo a algún propietario de terrenos a asomarse al mundo de las picadas, como en particulares que ya están en el deporte automotor.

Fuera de control

El 24 de octubre de 2013 fue la fecha en que se produjo la última muerte por una picada clandestina en la ciudad. Aquella jornada un chico de 20 años falleció y otro de 21 terminó internado en el Heca con serias heridas en el marco de un fatal hecho ocurrido a la madrugada en Provincias Unidas y bulevar Seguí. Según los vecinos, los jóvenes estaban corriendo carreras y se “engancharon”, lo que llevó a que perdieran el control de sus motos.

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