Policiales

El gran escape

Un narco se fugó de la Alcaidía de Vera y a bordo de un remís

El hombre atravesó media provincia sin que ninguna dotación policial notase su presencia, según información oficial.


Un narcotraficante de nacionalidad paraguaya escapó este lunes por la tarde de la Alcaidía de Vera, en el norte santafesino. Después de apilar varias mesitas, saltar a un patio y ganar la calle, secuestró a un remisero al que obligó a manejar hasta Santo Tomé, a kilómetros de la capital provincial, para finalmente huir solo por la autopista a Rosario. En pleno Operativo Verano de la Policía de Santa Fe y de Gendarmería Nacional, el hombre atravesó media provincia sin que ninguna dotación policial notase su presencia, dijeron fuentes oficiales.

Se trata de Miguel Antonio Ferreira Vera, un paraguayo de 31 años que había sido detenido en el peaje de Reconquista el 20 de octubre del año pasado, cuando viajaba junto a su pareja Silvina Brítez P., de 25, y una beba de meses, en una camioneta VW Amarok. Los viajantes quedaron atrapados en un control de rutina del escuadrón de Seguridad Vial de Avellaneda de la Gendarmería Nacional, que detectó que el vehículo estaba cargado con marihuana. En total, ese día se secuestraron 204 kilos de la sustancia ilegal que estaba distribuida en 320 paquetes.

Luego de la detención, el hombre quedó alojado en la Alcaidía de Vera, mientras que su mujer recibió la prisión domiciliaria por tener una hija menor de edad. Ambas medidas fueron dictadas por el juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde, a cargo de la investigación.

La fuga de la Alcaidía se produjo en horas de la tarde de anteayer, cuando un temporal de agua y viento se abatía sobre las calles de la ciudad norteña. Ferreira Vera estaba en el patio del presidio, desde el cual trepó a una pared ayudado por dos mesas apiladas y sorteó una alambrado con púas para alcanzar los techos, dijeron voceros del caso. La cámara de seguridad del pabellón en el que estaba Ferreira Vera registró a las 18.30 la fuga. Quince minutos después, el prófugo tomó un remís en la estación de servicios Shell que está a una cuadra y media de la Jefatura y, amenazando con un cuchillo al chofer, continuó la huida hacia el sur.

Cuando la Policía advirtió la fuga, hubo comunicación con la remisería para preguntar por los viajes tomados en la zona. Media hora más tarde, el dueño de la empresa ya sabía que su empleado estaba llevando a un prófugo. A las 20.15 el chofer de apellido Capello reportó que estaba en Reconquista con un pasajero. Ese fue el último contacto y con el correr de las horas sus compañeros y patrón comenzaron a impacientarse. Finalmente, a seis horas del secuestro, desde el perfil de Facebook Remises Franco Vera confirmaron la aparición de su compañero sano y salvo: “Aparecioooooooo Capellooo!!!! Gracias Dios! Lo dejaron en la autopista Rosario-Santa Fe. En buen estado se encuentra él”. En comunicación con su patrón, el hombre explicó que estaba en las afueras de Santo Tomé y que fue obligado a conducir el Volkswagen Voyage color gris plomo y patente KGH-498, a punta de arma blanca en dirección sur por la ruta 11.

Lo cierto es que el narcotraficante y su secuestrado lograron atravesar media provincia de Santa Fe sin ser vistos por ningún control policial. Pasaron por pueblos y ciudades y puestos de control de Seguridad Vial sin ningún problema y en pleno Operativo Verano llevado adelante por la Policía provincia y Gendarmería Nacional.

El juez Alurralde apenas tomó conocimiento del hecho ofició de manera urgente a Migraciones y las fuerzas federales y provinciales de lo que estaba sucediendo en la región. Ayer por la mañana, el magistrado y el fiscal federal Bruno Ojeda hicieron una inspección ocular de las instalaciones de la Alcaidía y se entrevistaron con las autoridades del lugar para interiorizarse del hecho de primera mano.

En tal sentido, el fiscal Ojeda dijo: “Nos enteramos ayer por un periodista de Reconquista. Nunca nos avisaron nada, nos dijeron que nos mandaron un mail, pero eso fue a las 10.30 de la noche y el mail nunca llegó”, ni a la fiscalía ni al juzgado. Por su parte, el juez Alurralde se mostró igualmente molesto por la informalidad en el trato por parte de la Unidad Regional XIX. Si bien “en la Alcaidía de Vera es el primer preso federal que se escapa en 8 años de mi gestión al frente del juzgado”, Alurralde no descarta investigar el incumplimiento de deberes de funcionario público, ya sea por el facilitamiento o la omisión de controles que permitieron la fuga.

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