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Reflexiones

Se extiende la era del crudo barato

El crudo barato llegó para quedarse o al menos ese es el consenso creciente entre los inversores, que hizo caer la cotización en Estados Unidos por debajo de 40 dólares el barril, un nivel que no se veía desde el pico de la crisis financiera internacional.


El crudo barato llegó para quedarse o al menos ese es el consenso creciente entre los inversores, que hizo caer la cotización en Estados Unidos por debajo de 40 dólares el barril, un nivel que no se veía desde el pico de la crisis financiera internacional.

El diario The Wall Street Journal señaló que, a pesar de que los expertos del sector señalaban que era probable una recuperación de los precios en la segunda mitad de este año, ahora señalan que esa suba podría registrarse recién hacia fines de 2016 o en 2017.

En la base de esta situación está el contexto de los productores norteamericanos, que siguen extrayendo crudo a niveles récord, en parte en virtud de nuevas tecnologías en el sector.

El sitio web Market Watch enumeró otra serie de conceptos que están detrás de esta nueva era del crudo barato.

Por un lado está la esperada decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos de subir próximamente las tasas de interés. Un dólar más fuerte está claramente asociado en los mercados con un petróleo más barato.

Y además de la robustez que muestran las tecnologías del fracking en los Estados Unidos está otra movida en la que el gran país del norte tuvo algo que ver: el acuerdo nuclear con Irán.

Según se prevé, cuando se ponga en marcha ese pacto, Irán volvería a exportar petróleo a niveles si no iguales a lo que ocurría antes de recibir sanciones económicas, al menos de manera creciente.

A esto hay que sumar la “guerra de precios” de la Opep (exportadores): si Arabia Saudita, el principal jugador de ese club, decidiera reducir en algo su producción, otra sería la mirada de los inversores, pero aquella decisión parece inamovible.

Del otro lado, también aparece la situación de los mercados emergentes, sobre todo China, como demandante de crudo.

Y ya no es un secreto que la economía del gigante asiático atraviesa una zona de ajustes y reajustes que también implican menor crecimiento –siempre en niveles más altos que el promedio mundial– y por lo tanto menor necesidad de petróleo.

Toda esta situación genera corridas e histerias en todos los mercados de materias primas, de las que los países productores suele ser tomadores de precios, sin capacidad de fijarlos.

Como muestra, el valor de la leche en polvo que exporta la Argentina, que el año pasado se ubicaba en el doble que los niveles actuales, algo dice sobre qué ocurre con los commodities.

Demás está decir que este tipo de movimientos bruscos suelen tener impactos económicos, políticos y sociales a uno y otro lado del globo y que seguramente estemos viendo cómo se desarrollan en los próximos meses.

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