El único testigo presencial del crimen de Lucas Espina, un joven que salió ileso del ataque con una ametralladora, declaró ayer en Tribunales y se desdijo de su versión original, donde había señalado a los hermanos José y Milton Damario como los autores del ataque fatal. El declarante, tras sostener que no recordaba casi nada del episodio y que no vio a los acusados en el hecho, afirmó que inicialmente sindicó a los Damario por pedido de Norma Bustos, madre de Espina, una quiosquera que luchó por lograr justicia en la causa de su hijo hasta que fue asesinada por la espalda en el interior del local que atendía en el frente de su casa de barrio Tablada, en un hecho que no tiene imputados.
Lucas Espina fue asesinado el 27 de enero de 2013 en Pavón y Santa Rosa de Lima. Eran cerca de la una, cuando la víctima se encontraba en la esquina de dicha intersección junto con otros tres amigos. Al lugar llegó un auto con al menos cuatro personas del que descendieron dos y abrieron fuego contra el grupo, según refirió la investigación. Los jóvenes intentaron protegerse de las balas pero dos de ellas ingresaron al cuerpo de Espina, más precisamente en la cabeza, causando su muerte, mientras que Gonzalo Andrés M. fue herido en el brazo, espalda y pierna y Omar Gabriel D. recibió balazos en la nalga y la espalda. Luego los agresores se subieron al vehículo y se dirigieron a una casa ubicada a media cuadra, donde nuevamente descendieron al grito de “démenlo a Joel” y nuevamente los tiros retumbaron, sostuvo el fallo donde Milton y José Damario fueron procesados.
El caso pasó a Sentencia 5ª, donde se tramita el juicio en contra de los hermanos y otro joven, en este caso por encubrimiento. Ayer el único integrante del grupo de víctimas que no resultó herido declaró por tercera vez en la causa. Las dos anteriores se produjeron durante la instrucción y en aquellas oportunidades había sostenido que estaba sentando de frente a la calle junto con Espina y los otros dos jóvenes cuando vio por Pavón un auto gris con vidrios polarizados detenerse en la ochava, bajar los vidrios y luego descender a los Damario armados, quienes gritaban “entreguenmeló a Joel” (al parecer por un amigo de Espina). Afirmó que corrió para Santa Rosa de Lima y se escondió entre los autos. Así fue que vio cómo lo agresores se subían al auto y e iban hacia la zona donde se encontraba. Al bajar de nuevo del rodado, vio a los hermanos Damario, refirió entonces.
La rectificación
Ayer, cambió radicalmente su versión. El testigo, que fue aportado por la defensa, refirió que era amigo de Espina, que estuvo en el hecho pero que recuerda muy poco, sólo ver el auto y la balacera. El declarante afirmó que luego del asesinato de Espina, su madre Norma Bustos le dijo que acusara a Milton Damario. “Yo no recuerdo haberlo visto”, afirmó. “Pero la madre de la víctima me seguía y tuve que irme a Paraguay con mi familia”, refirió. El hombre sostuvo que, cuando regresó, la mujer volvió a la carga para que acusara a Damario y, si bien reconoció que todo lo que contó y dijo que vio sobre el hecho era verdad, incluso las armas que portaban, recalcó que no observó a los Damario en la escena del hecho.
El testigo respondió que conocía el dato de que Norma Bustos fue asesinada el 21 de noviembre de 2014 en el quiosco que atendía en el frente de su casa. Al local llegaron dos hombres y le pidieron una gaseosa: cuando Norma les dio la espalda para buscar la mercadería, fue baleada mortalmente. La mujer había denunciado bandas narco en Tablada y vinculó a los Damario con la muerte de su único hijo, dato que había recopilado en el barrio por testigos que prefirieron callar ante el miedo, sostenía la mujer. Desde el crimen, Norma no descansó en búsqueda de justicia y en ese trajinar encontró la muerte sin conocer el destino final de la causa que investiga la muerte de su hijo. El caso que investiga el crimen de la mujer no tiene acusados.
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