Ciudad

contra los prejuicios y la ignorancia

Salen a la cancha dos equipos de rugby y diversidad sexual

Por primera vez dos planteles LGTBI se enfrentarán en Rosario: los bonaerenses Ciervos Pampas y los locales Lobitos de Río. El encuentro será a las 16 en el Parque del Mercado y a las 20 el tercer tiempo llegará a la Casa LGTBI.


Las medias de los Ciervos Pampas, el primer equipo de rugby argentino que lucha por la diversidad sexual en el deporte, tienen los colores de la bandera LGBT/Palermo, Ciudad de Buenos Aires/11 de octubre de 2016/Marisol Meza/ANCCOM

Hace cinco años un grupo de amigos que se juntaba en Buenos Aires a jugar al rugby de manera amateur se calzó unas medias con los colores del arco iris y salió a la cancha a ganar un partido contra la discriminación y la violencia hacia la comunidad LGTBI. De esa acción nacieron los Ciervos Pampas, el primer equipo de rugby de diversidad sexual de América Latina. Este sábado llegarán a Rosario para disputar un amistoso contra Los Lobitos de Río, el plantel rosarino que se inspiró en ellos y armó un plantel local bajo la misma bandera. A diferencia de sus pares del Río de la Plata, los rosarinos llevan los colores de la diversidad en la camiseta. En diálogo con El Ciudadano, un representante de cada equipo contó cómo construyeron un espacio en el cual la promoción de los derechos humanos y del deporte van de la mano.

El partido entre los Lobitos de Río y los Ciervos Pampas será hoy a las 16 en Parque del Mercado, en Cepeda y Gutiérrez. El tercer tiempo se trasladará hasta la Casa LGTBI, el espacio de diversidad sexual del gobierno provincial y de la Municipalidad de Rosario ubicado frente a la Terminal de Ómnibus. Para los locales será la segunda vez que se enfrentan a un equipo LGTBI. La primera fue en julio cuando debutaron ante los Huarpes en Mendoza. Para los Ciervos Pampas se tratará del primer partido contra un equipo de diversidad sexual.

Ciervos Pampas

Caio Varela es el director del equipo bonaerense. Habla con un acento portugués fuerte y pausado. Nació en Brasilia y desde hace algunos años vive en Buenos Aires, donde se acercó a la práctica de la pelota ovalada. “El rugby me gustó siempre, pero en Brasil no había mucha información ni acceso. Cuando llegué a Argentina le dije a un amigo que me lleve a un partido y fuimos a ver a los Ciervos Pampas”, recuerda. Cuando llegó pensó que con 40 años ya era demasiado tarde para empezar pero lo recibieron con los brazos abiertos: “Me quedé porque fue un espacio de contención y de convivencia. Hice amigos y me enamoré del deporte”.

Caio define a Los Ciervos Pampas como un equipo diferente. Desde las medias de arco iris hasta la participación en espacios deportivos y de derechos humanos, asegura que el equipo que ya se conformó como asociación civil llegó para representar la diversidad en el deporte. “Existimos como un espacio en el cual las personas pueden disfrutar del deporte sin tener que hacer ningún tipo de cambio o mentir sobre algo tan importante como la sexualidad y la afectividad en nuestras vidas”, explica.

Es que para él el deporte se rige bajo una lógica binaria masculina-femenina, con ventaja para los varones porque predominan en los deportes. “Dentro de ese esquema la orientación sexual y la diversidad de género de las personas pareciera no importar porque nos dicen que en la cancha todos somos iguales. Eso es una mentira y olvida que la diversidad existe. Lo que nosotros planteamos es que el deporte sea para todos y todas de verdad. Que haya espacios para chicos estereotipados como machos pero también para los estereotipados como afeminados”, argumenta.

Para el director de Los Ciervos Pampas la industria del deporte promueve estereotipos y el homosexual no vende como modelo de éxito. Por el contrario, es el modelo de discriminación y del chiste.

Para los Ciervos Pampas el objetivo es dar la discusión sobre cómo se piensa hoy al deporte. “Los clubes y los deportes determinan valores y forman a las personas. Cuando sos un enamorado de un club y ese club defiende una sociedad sin discriminación, donde la diversidad es vista como algo bueno y no como algo malo, se genera un cambio. Pero defender estas banderas es una elección, no una obligación, es elegir qué sociedad queremos”

Desde hace dos temporadas el equipo formado por jugadores con y sin experiencia previa compite en el torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires. En su debut jugaron contra el plantel del Sindicato de Camioneros, con quienes hoy están hermanados.

Lobitos de Río

Los Lobitos de Río se juntaron por primera vez a fines del año pasado inspirados en Los Ciervos Pampas y experiencias europeas de equipos de rugby de diversidad sexual. A diferencia de sus pares bonaerenses, la mayoría de los locales no tenía ningún conocimiento previo sobre rugby. Buscaban conformar un espacio deportivo inclusivo donde participan gays, lesbianas, heterosexuales y trans. “La propuesta fue empezar de cero y acercar la práctica a personas que tal vez tenían interés pero no se imaginaban jugando en un equipo de rugby de los clubes tradicionales”, cuenta a este diario Luís Gallardo, uno de los 30 jugadores y jugadoras de los Lobitos de Río.

Los Lobitos de Río son el primer equipo rosarino de diversidad sexual.

Los primeros entrenamientos fueron en la plaza del Patio de la Madera. Hoy practican en el Parque de la Bandera y esperan en un futuro tener cancha propia. Su debut fue en julio pasado en Mendoza contra Los Huarpes, el equipo cuyano de diversidad sexual.

Cuando Luis empezó a ir a los entrenamientos no sabía nada de rugby pero tenía la certeza de que quería aprender un deporte de equipo. Hasta ese momento todas sus incursiones habían sido en prácticas individuales. “Como gay nunca pensé que podía participar de un equipo. Al principio aprendí muchos valores de la práctica deportiva como el respeto, la solidaridad y el compañerismo. Y después me entusiasmé con el rugby. Aún estando cansando si me dicen de jugar, juego. Y veo que a todos y a todas nos pasa lo mismo. Queremos ser parte y jugar”.