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Saleh, autoamnistiado, dejó la presidencia de Yemen

Protestas contra la ley de inmunidad que lo exime de responder por crímenes en su largo gobierno.

El presidente saliente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, partió ayer rumbo a Estados Unidos tras pedir perdón a la población de su país por “cualquier defecto” cometido durante los 33 años de su régimen, informó la página web yemení Mareb Press. Según la fuente anónima citada, Saleh se marchó en una aeronave privada saudí pocas horas después que su familia.
En tanto, miles de personas salieron a las calles de la capital yemení, Sanaá, para protestar por la aprobación, el sábado, de la ley que otorgará inmunidad judicial total a Saleh, y para exigir que el presidente que intenta una retirada ordenada sea procesado por los crímenes cometidos durante el período que ejerció el poder.
La ley de inmunidad había sido solicitada por Saleh como condición para renunciar.
La marcha de ayer fue respaldada por los grupos de la oposición que no se sumaron al plan de paz del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), por el que Saleh abandonó el poder a cambio de su inmunidad y la de su familia.
“No estamos obligados por la ley de inmunidad porque sólo implica a la Unión de Partidos Reunidos y al gobernante Congreso General del Pueblo, no a nosotros”, explicó el responsable del consejo juvenil que lidera las protestas desde hace un año, Mani al Matari.
“Seguiremos protestando hasta que todas las demandas de la revolución sean satisfechas”, advirtió y agregó: “El Parlamento no tiene legitimidad, así que nos aferramos al derecho internacional”.
La ley de inmunidad, aprobada el sábado en el Parlamento, no protege a los subalternos de Saleh, ya que una enmienda de última hora permite su enjuiciamiento por “actos terroristas”, pero sí otorga la inmunidad por delitos “políticos” cometidos durante el cumplimiento de sus funciones.
La ley “es peor de lo que esperábamos”, dijo el director interino para Medio Oriente de Amnistía Internacional, Philip Luther, quien explicó que la misma “garantiza la inmunidad de Saleh en lo relativo a cualquiera de las violaciones de derechos humanos cometidas durante décadas”.
El Parlamento yemení respaldó asimismo la candidatura del vicepresidente Abd Rabbo Mansur Hadi a las elecciones presidenciales del 21 de febrero, fecha hasta la que Saleh tendrá el título de “presidente de honor”.
En tanto, en el sur del país, cuatro milicianos, incluido un dirigente de Al Qaeda en la Península Arábiga, y un militar murieron en enfrentamientos en Radda, a unos 170 kilómetros al sureste de Sanaá, localidad bajo control de las milicias islamistas desde hace una semana, informó la agencia de noticias Europa Press.
“Said Jarisan murió anoche durante los enfrentamientos con la 13ª Brigada en la carretera de Al Jadaan. Un soldado ha muerto y tres más están heridos”, informó un dirigente tribal de la región.
Ambas partes negociaban un alto el fuego, pero los contactos se interrumpieron después de que las autoridades se negaran a satisfacer la exigencia de los islamistas, que son la liberación de dieciséis miembros de Al Qaeda e implantación de la sharia (ley islámica) en la localidad.

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