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Panamericanos

Rumbo a Toronto: waterpolo con sello rosarino

Iván Carabantes, uno de los cinco jugadores de la ciudad en el seleccionado argentino, habló sobre la preparación.


Si bien la ceremonia inaugural de los Juegos Panamericanos será el próximo viernes, mañana el waterpolo pondrá en marcha las competencias de manera oficial. No será la única disciplina que verá acción antes de la apertura. También lo harán dos días después el nado sincronizado y el mismo 10 los clavados. Esto tiene una explicación. Sobre fin de mes se desarrollará en Kazan (Rusia) el Mundial de Deportes Acuáticos.

Esta competencia será especial para la selección nacional masculina de waterpolo. Por primera vez en la historia tomará parte de dicho certamen. Por eso para el conjunto conducido por el rosarino Nahuel Acosta estos Panamericanos de Toronto serán especiales.

“Va a ser un torneo muy especial para nosotros porque luego de estos Juegos por primera vez participaremos de un Mundial, algo máximo para nosotros. Es que pensar hoy en día en una clasificación olímpica (se participó en la década del 50) es muy difícil. La forma más sencilla de entrar sería saliendo campeón de los Panamericanos, puesto generalmente que lo ocupa Estados Unidos. El resto vamos a un preolímpico mundial cuyas plazas casi siempre quedan en poder de las selecciones europeas”, cuenta Iván Carabantes, uno de los rosarinos que integra el equipo nacional, en el comienzo de la charla con El Hincha.

Desde California, donde tuvieron una semana de preparación disputando amistosos ante universidades locales, y antes de partir a Toronto (llegaron el sábado) analizó el momento actual del waterpolo en Argentina: “El nuestro es uno de los países que lleva la punta en Sudamérica, un escalón por debajo de Brasil pero siendo protagonista en los torneos sudamericanos donde obtuvimos el oro en dos de las últimas tres competiciones. A nivel continental Estados Unidos y Canadá también están por encima, mientras que nosotros peleamos mano a mano con Cuba y Colombia. A nivel mundial son los europeos, sobre todo los del este, los que casi siempre dominan las competencias”.

Iván comenzó a jugar a los 7 años siguiendo los pasos de su hermano mayor Andrés, pero sobre todo influenciado por su padre, a quien le gustaban los deportes acuáticos y desde muy chico les hizo tener contacto con el agua. Así arrancó en la escuelita de natación de Gimnasia y Esgrima, su club de toda la vida y familia (su hermano menor Brian también practicó ambos deportes), pero no se divertía como quería y buscó en el waterpolo esa diversión que necesitaba.

Pero más allá de la especialidad, su fanatismo es por los deportes. A tal punto que confiesa: “Aún hoy fantaseo con empezar otros deportes. Soy un apasionado de todos y sobretodo los del movimiento olímpico”.

Si algo está claro en esta clase de deportistas es el amor por lo que hacen. En un deporte totalmente amateur si no se tiene pasión es prácticamente imposible practicarlo. “De lo que estoy seguro es que no fue el dinero lo que me hizo decantarme por el waterpolo (risas). Para mí siempre fue un hobby y una diversión, y sin darme cuenta llegó un momento que le estaba dedicando las mismas horas que a los estudios. Ahí me dí cuenta que era realmente un estilo de vida”, cuenta Iván sobre su elección por el deporte. Y agrega: “La realidad es que en nuestro país es un deporte totalmente amateur. Sólo los jugadores de la selección desde 2010 y luego de salir campeones Sudamericanos (logro que no se obtenía desde 1956) obtuvimos un apoyo económico que nos ayuda a poder seguir entrenando”.

En ese sentido destaca la participación del Enard: “Por suerte desde su creación es la entidad que financia toda la preparación de la selección para poder competir internacionalmente. Para nosotros fue un cambio rotundo y espero que siga por esta línea. Previo a esto, todo se hacía realmente cuesta arriba, y la posibilidad de tener partidos internacionales era casi nula”.

Su caso particular es similar al de muchos de sus compañeros de selección. El dinero recibido les permite solventar las horas que no le dedicamos a nuestras profesiones paralelas. “Soy ingeniero informático, algo que nada tiene que ver con el deporte, pero por suerte puedo compaginar los horarios para poder seguir entrenando. No es fácil, pero tampoco imposible. Estamos dispuestos a hacer esos sacrificios porque el orgullo de representar a nuestro país es enorme”.

Sacrificios que incluyen dos sesiones al día, una al mediodía en aspecto físico y otra por la noche con trabajos técnico-tácticos, más otras tres de gimnasio semanales. Incluso algunos fines de semana también realizan concentraciones con la selección en el Cenard, principalmente un tiempo antes de cada competencia que afrontan. “La verdad es que el día a día es sacrificado y por la carga horaria de entrenamientos uno tiene que postergar compromisos y eventos familiares o con amigos. Pero bueno, todo tiene un fin y realmente después todo el sacrificio hecho rinde sus frutos. Al fin y al cabo, estamos acá por que nos gusta y por que lo sentimos”, cuenta al respecto.

La clasificación a Toronto se alcanzó en el Sudamericano de Deportes Acuáticos de Mar del Plata en octubre pasado tras caer en la final ante Brasil y lograr una de las tres plazas. Logrado el objetivo, llegó la preparación la cual Carabantes repasa de la siguiente manera: “En general ha sido muy buena. Tuvimos algunos vaivenes por algunos problemas en disponibilidad de piletas pero bueno, por suerte salimos adelante. Gracias al Enard hemos tenido dos salidas internacionales para jugar torneos importantes: uno el clasificatorio para el Mundial de Kazan en Toronto (misma piscina para los juegos) y el otro un torneo intercontinental que se disputó en Estados Unidos en donde nos cruzamos con equipos de muy buen nivel internacional. Ahora previo a los Juegos estamos (NdR: la entrevista se realizó cuando se encontraban en California) en Estados Unidos disputando algunos partidos amistosos contra combinados y universidades lo cual es fundamental para garrar el timing de juego internacional y llegar de la mejor manera posible”.

Sobre el nivel de competencia y expectativas con las que esperan y llegan a Canadá, Iván analizó: “En la zona nos tocó Ecuador, Cuba y Estados Unidos. El objetivo sería ganar los dos primeros partidos y tratar de obtener el mejor resultado posible ante Estados Unidos. Si bien sabemos que llegar a la final es complicado para nosotros, las expectativas son las mejores y nuestro objetivo es entrar en semifinales para luchar por la medalla de bronce. Más allá de eso hacer un buen papel y representar a nuestro deporte en un evento de semejante magnitud es muy importante para nosotros”.

Para el final de la charla, queda el agradecimiento “a todo mi circulo cercano ya que es indispensable para que yo pueda seguir por este camino. Ellos son los verdaderos merecedores de nuestras victorias. A nosotros dentro del agua, sólo nos queda dar lo mejor de cada uno para que todas esas personas no lo hayan hecho en vano”.

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