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¿Prenda de equilibrio?

Rousseff designó a “Manos de Tijera” Levy en Economía

Un liberal ligado a los mercados conducirá la cartera de Hacienda, pero se mantendrá al mismo jefe del Banco Central.


La presidenta brasileña Dilma Rousseff oficializó ayer un nuevo equipo económico para su segundo mandato que se iniciará el 1º de enero próximo, con la designación del liberal Joaquim Levy al frente del Ministerio de Hacienda. Se trata de un hombre cercano a los mercados, ya conocido en los pasillos de la presidencia como “Manos de Tijera” durante su paso como secretario del Tesoro en el primer gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010). En tanto, Nelson Barbosa será el nuevo ministro de Planificación, y se mantendrá a Alexandre Tombini al frente del Banco Central.

El gobierno de Brasilia adelantó ayer los tres primeros nombramientos de Rousseff para su nueva gestión.

Los nuevos ministros asumirán sus cargos oficialmente en enero de 2015, pero ya comenzaron a trabajar desde ayer y cohabitarán con sus antecesores, el actual ministro de Hacienda, Guido Mantega, y la de Planificación, Miriam Belchior, según publicó la agencia de noticias EFE.

Por su parte, Rousseff agradeció a Mantega su “dedicación” y destacó que ha sido el ministro “más longevo” de la época democrática, al mantenerse doce años consecutivos en el cargo.

“En sus doce años de gobierno, Mantega tuvo un papel fundamental en el abordaje de la crisis económica internacional, dando prioridad a la generación de empleos y a la mejoría de la renta de la población”, afirmó Rousseff en un comunicado.

Su reemplazante será Levy, de 53 años, ex secretario del Tesoro durante el primer mandato Lula y actualmente director de la división de gestión de fondos de inversión del banco Bradesco, la segunda entidad crediticia privada del país.

Levy se formó en ingeniería naval en Brasil y se doctoró en economía en la Universidad de Chicago. Ocupó diversos cargos en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en 2006 fue vicepresidente de Finanzas y Administración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Por su lado, Barbosa fue viceministro de Hacienda entre 2011 y 2013 y ahora asume la cartera de Planificación, que se encarga de elaborar los presupuestos generales y también de ejecutar el principal programa de obras públicas del gobierno.

En tanto, Tombini, quien preside el Banco Central desde el inicio del primer mandato de Rousseff, en 2011, permanecerá en el cargo que tiene rango de ministro.

El mercado reclamaba insistentemente un cambio en el liderazgo económico del país, menos injerencia gubernamental en empresas y bancos estatales y más austeridad.

“(Levy) es un excelente nombre. Considerado austero, riguroso. Esto nos puede dar una señal de que se vienen ajustes fiscales”, dijo a la AFP el economista de TAG Investimentos, André Leite.

El diario Folha de Sao Paulo lo describió como “adicto al trabajo, franco en el límite de lo maleducado” y “tan terco como Dilma” Rousseff.

Buena parte del ala izquierda del Partido de los Trabajadores (PT), en el poder desde 2003, no ocultó su desilusión con la designación de Levy.

Por otro lado, pese a un nuevo equipo económico por el que pulseó, la Bolsa de San Pablo cerró a la baja.

Dijo que su prioridad será cumplir con las metas de superávit fiscal

El futuro ministro de Hacienda Joaquim Levy subrayó ayer en su primera conferencia de prensa luego de conocerse su designación que entre sus prioridades está cumplir con metas fiscales. Levy planteó que el Ejecutivo fijará una meta de superávit fiscal primario (ahorro para el pago de intereses de la deuda pública) de 1,2 por ciento del PIB para 2015 y “no menor al 2 por ciento” para 2016-2017. “Alcanzar esa meta (de superávit fiscal) será fundamental para el aumento de la confianza en la economía brasileña”, sostuvo.

La meta, que era de 3,1 por ciento del PIB, disminuyó a 1,9 en 2013 y se esperaba una cifra similar para el 2014. Sin embargo, hasta septiembre, el gobierno sólo ha conseguido ahorrar el equivalente al 0,61 por ciento del PIB.

El Congreso debate ahora un proyecto de ley para poder reducir la meta de este año, fijada en el presupuesto, y descontar de ese ahorro la totalidad de lo que el gobierno gasta en su Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) así como exoneraciones tributarias.

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