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Opinión

Rosúa y Toniolli analizaron el impacto local del “cambio”

Los dirigentes rosarinos advirtieron un deterioro económico de la ciudad durante el primer año del gobierno de Macri.


El año 2016 marcó un quiebre en la política nacional, lo que tuvo su correlato en Rosario. La llegada a la Casa Rosada de Mauricio Macri tras doce años del Frente para la Victoria en el gobierno provocó un cambio económico que según los referentes del Movimiento Evita Fernando Rosúa y Eduardo Toniolli impactó negativamente en la ciudad.

Por otra parte, en diálogo con El Ciudadano, reconocieron “una mejora” en el segundo mandato de la intendenta Mónica Fein, aunque aclararon que “no alcanza para resolver los problemas”, ejemplificando con los últimos anegamientos que sufrió la ciudad, a su entender “por falta de una infraestructura adecuada”.

Rosúa será candidato a concejal en las elecciones legislativas de este año. El Chino consideró que el impacto de las políticas macroeconómicas nacionales sobre la gestión de Fein son insoslayables. “Cualquier intendencia será más difícil en este escenario. Evidentemente, es un modelo que impacta negativamente en Rosario, que si bien tiene un componente económico diverso, es una ciudad que tiene un gran desarrollo de la industria vinculada al mercado interno”, expresó Rosúa.

Por su parte, el concejal Toniolli coincidió en el diagnóstico de su compañero y agregó que “el impacto que estas políticas tienen sobre el empleo formal se trasladan al empleo informal”.

“Desaparece la changa. El trabajador formal, que tiene la capacidad de subcontratar, por ejemplo, a un plomero, un pintor o un jardinero, ya no lo hace. Lamentablemente nos encontramos con familias que intentan sobrevivir con la Asignación Universal por Hijo, que hasta ahora había sido una ayuda extra para trabajadores informales”, analizó el edil peronista.

La gestión municipal

Por otra parte, los referentes del Movimiento Evita se refirieron al primer año del segundo mandato de Fein como intendenta. Rosúa reconoció que hubo un aprendizaje por parte de la mandataria municipal y “algo se mejoró”. Sin embargo, expresó que “aprender siendo gobierno es costoso” y “la mejora no alcanza para resolver los problemas estructurales que tiene la ciudad”.

“El dinero que se gasta en el centro es el que falta en otros sectores y por eso tenemos problemas como las inundaciones en los barrios, donde falta la infraestructura adecuada”, manifestó.

A su turno, Toniolli fue más crítico de la gestión del socialismo, tanto en la ciudad como en la provincia. “Un estudio del Conicet marcó que los dos distritos con mayor inversión en Rosario son los habitados por los sectores económicos en mejores condiciones: el centro y el noroeste. Eso marca una prioridad a la hora de gestionar, pero también hay cierta displicencia y falta de gestión”, dijo.

A la gran masa del pueblo

Tanto Rosúa como Toniolli manifestaron su voluntad de “armar un frente amplio” en el que estén incluidos todos los sectores afectados por las políticas del gobierno de Cambiemos.

Respecto a la posición del justicialismo, Rosúa consideró que “el peronismo es crítico de este modelo y abiertamente opositor, pero cada uno tiene su estilo para plantear esas diferencias”.

“Hay que ampliar para construir una nueva mayoría, porque Cristina (Kirchner) es necesaria pero no suficiente. Creemos que la victoria tiene que ser en el 2017, porque si Macri gana las legislativas va a profundizar este ajuste”, afirmó Rosúa.

En el mismo sentido, Toniolli advirtió: “Un triunfo electoral del macrismo sería una derrota muy profunda para el peronismo, porque la sociedad estaría aceptando todo esto que están tratando de instalar desde los medios de comunicación. Macri en 2015 ganó mintiendo, pero si triunfa este año, estará ganando una batalla cultural”.

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