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Entrevista

Rosúa: “El sector público no debe tomarse como un medio de vida”

El edil radical presentó un proyecto para acotar a una sola reelección la permanencia de los concejales en el Palacio Vasallo. Postula que Rosario puede debatir este tema más allá de que la Constitución santafesina no reconozca la autonomía municipal


“El sector público tiene que ser un espacio donde uno viene a aportar lo que tiene en ese momento, y no un espacio que uno lo tome como un medio de vida o para permanecer para siempre”, indicó el edil radical Martín Rosúa sobre su proyecto para limitar las reelecciones de los concejales en el Palacio Vasallo. Esta medida generó polémica y falta de apoyo de sus colegas: algunos lo desestimaron por “argumentos técnicos” y otros por “intereses personales y corporativos de gente que quiere permanecer eternamente en un cargo porque se sienten cómodos”. La intención del dirigente de la UCR es lograr una mayor “alternancia” en el Concejo Municipal, para ello apunta a que los ediles sólo puedan participar de manera consecutiva por un período de ocho años, los primeros cuatro años de mandato y sólo una ampliación por cuatro años más, luego deberán “esperar” por lo menos un período para regresar.

En diálogo con El Ciudadano, el edil que pertenece al Frente Progresista explicó: “Este proyecto está dentro del marco de una serie de iniciativas que hemos presentado y otros que estamos por presentar, que tienden todos a una reforma política del sistema institucional, jurídico y político de Rosario. En ese marco, presentamos el formato de la iniciativa popular que se discutió y aprobó en el Concejo hace dos semanas. Presentamos también la revocatoria de mandatos y ahora este proyecto que tiene que ver con limitar la reelección de los concejales a un solo período. O sea, pueden estar continuadamente en el Concejo solamente por 8 años, después tienen que tener una alternancia, por un período no pueden estar y luego pueden volver. No es una prohibición, no es una proscripción, lo único que busca es generar alternancia y que eso permita una renovación progresiva y transparente de la gente que ocupa una banca en el Concejo”.

—En Rosario, el Ejecutivo y el ámbito legislativo local, ¿tienen potestad para tomar esta decisión? Justamente porque la autonomía no está consagrada en la Constitución de Santa Fe.

—Nosotros tenemos potestad de ejercer la autonomía municipal consagrada por la Constitución nacional de manera automática. Por un lado, instalar la discusión más política que tiene que ver con la reelección indefinida de los concejales y la necesidad de tener alternancia para generar más y mejor democracia. Pero por otro lado, el debate de la autonomía municipal. En 1994 se sancionó la reforma de la Constitución nacional donde se incorpora la autonomía municipal. Desde 1994 al 2014 pasaron 20 años donde nosotros tenemos un derecho otorgado que no lo estamos ejerciendo. El derecho otorgado por la Constitución nunca puede ser programático, el otorgamiento de un derecho siempre es directamente operativo. Si la Constitución provincial o la legislación interna de la provincia de Santa Fe no se adaptaron, la provincia está incurriendo en una inconstitucionalidad por omisión. Por esto podemos transformarla en una cláusula plenamente operativa y empezar a darnos nuestras propias normas de convivencia, de organización política, que es la base de la autonomía. Lo que planteamos justamente es: empecemos a ejercer la autonomía desde Rosario hasta que la provincia la reconozca.

—¿Cuál fue la reacción de los colegas en el Concejo?

—Por ahora fue bastante negativa. Algunos argumentan cuestiones de fondo que tienen que ver con la falta de necesidad de limitar los mandatos de los legislativos. Todos coincidimos en que los mandatos ejecutivos hay que limitarlos, nosotros consideramos además que los mismos problemas que genera la eternización en el cargo de los ejecutivos se trasladan, en menor grado, a los legislativos: corrupción, clientelismo, burocratización. Después hay algunos cuestionamientos de forma, que te diría que fueron muchos, que consideran que Rosario debería esperar a que la provincia reforme la ley orgánica de municipalidades. Ahí es donde nosotros tenemos que dar la discusión concreta, es decir concejales que están constantemente haciendo discursos a favor de la autonomía municipal y cuando la tienen que ejercer, se niegan.

—¿Se trata sólo de argumentos teóricos o buscan cuidar sus propios cargos?

—Los argumentos teóricos muchas veces implican análisis conceptuales válidos que uno puede compartir o no, pero muchas veces lo que hacen es estar escondiendo intereses personales y hasta corporativos, de gente que quiere permanecer eternamente en un cargo porque se sienten cómodos y lo han transformado en parte de su vida. Yo a la política la veo distinta, milito desde los 18 años y la primera vez que tuve un cargo público fue hace dos años cuando fui subsecretario de Producción municipal. Estoy seguro de que en algún momento volveré a mi profesión y después, en el momento en que lo considere necesario, volveré a aportar en el sector público. El sector público tiene que ser un espacio donde uno viene a aportar lo que tiene en ese momento y no un espacio que uno lo tome como un medio de vida o para permanecer para siempre.

—¿Cómo su tratamiento en el Concejo?

—Lo veo difícil. Sin embargo, instalamos la discusión. Aunque no creo que tengamos éxito en el corto plazo, lo vamos a seguir planteando.

 

“Tenemos que unificar al radicalismo en la provincia de Santa Fe y en Rosario”

—En el plano provincial en el sector al que adhiere, el MAR (Movimiento de Acción Radical), ¿qué estrategia están pensando para el año que viene? ¿Ir con un candidato a gobernador radical o integrar otras fórmulas?

—Te manifiesto una opinión personal sin involucrar por completo al grupo porque todavía nos faltan tomar algunas decisiones colectivas. Mi postura es que el radicalismo tiene y debe estar unificado en la provincia de Santa Fe y en Rosario. En ese sentido, la foto de nuestro candidato a gobernador, si es que lo tenemos, me la imagino con todos los senadores, con los diputados, con los presidentes comunales y los intendentes que gobiernan el 40 y pico por ciento de las localidades de la provincia. Ese desarrollo territorial es lo más importante, por lo tanto hay que unificarlo y una vez unificado analizar si estamos en condiciones de dar la pelea. Yo creo que sí. En ese caso, el radicalismo tendrá que designar el mejor candidato para que nos represente frente a la sociedad.

—A nivel nacional, apoya la candidatura presidencial de Ernesto Sanz ¿cómo ve estos acuerdos provinciales que tienen algunos dirigentes del radicalismo con dirigentes como Sergio Massa o Mauricio Macri? ¿Perjudican a los candidatos radicales?

—El radicalismo desde que yo milito no ha tenido un candidato a presidente que me genere tantas expectativas como me genera Ernesto Sanz. En ese marco, la UCR se enfrenta a dos situaciones distintas: la necesidad de constituirse dentro del FAU en una posibilidad electoral importante, no ir a una elección a título testimonial sino con posibilidades de ganar la interna; pero también nos enfrentamos con una realidad, que el radicalismo tiene 10 u 11 provincias donde viene peleando desde hace mucho tiempo para ganar las gobernaciones, sobre todo en lugares que son feudos de corrupción y de clientelismo político. En ese marco, el radicalismo va a tener que tener la inteligencia suficiente para encolumnarse detrás de un proyecto nacional y permitir algunas flexibilidades en los acuerdos provinciales para que estos gobernadores puedan triunfar.

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