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Rosario evocó a San Cayetano con miles de fieles

Como todos los 7 de agosto, los creyentes se reunieron desde la madrugada frente a la iglesia de Buenos Aires al 2100 para pedir o para agradecer al patrono del pan y del trabajo. El arzobispo Eduardo Martín ofició su primera misa por el santo.


Como todos los años, miles de fieles se concentraron ayer en Buenos Aires al 2100, frente a la iglesia de San Cayetano, para pedir o para agradecer al patrono del pan y del trabajo. Pero además, este 7 de agosto fue la primera ocasión en la que el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, encabezó la misa por el además santo de la divina providencia, ya que el prelado venadense había asumido el 24 de agosto del año pasado, casi tres semanas después de la anterior conmemoración.

Martín encabezó la misa en la plaza de la Libertad, hacia donde marchó al frente de una procesión de fieles que llevaba la efigie del patrono de la espiga. Un operativo municipal despejó el paso de la procesión hasta llegar al espacio de Mitre y Pasco, aunque los desvíos habían comenzado ya en la madrugada frente al templo de Buenos Aires 2150, donde se concentraron todos los fieles y también los clásicos puesto de ventas de velas, estampitas, rosarios y abalorios.

“Vine a pedir y agradecer, a pedir por los que no tienen y a agradecer por el trabajo que nos dio, es un apoyo espiritual, a agradecer a tocarlo, y a trabajar”, dijo a LT8, temprano por la mañana, un hombre que hacía la fila para venerar a San Cayetano.

La escena se repitió durante todo el día hasta las 15, cuando comenzó la procesión hacia la plaza Libertad, para la misa del arzobispo Martín.

En la homilía, el titular de la Iglesia rosarina evocó al papa Francisco y su tarea social, y dedicó un párrafo de su oratoria a las víctimas de la tragedia de Salta 2141, de la que anteayer se cumplió el segundo aniversario.

Y, claro está, resaltó la figura de Cayetano (Gaetano) de Thiene, cuya vida transcurrió en Italia entre los siglos XV y XVI (nació el 1º de octubre de 1480 y murió en 1547, precisamente el 7 de agosto) y su obra, dedicada a los pobres, castigados y enfermos. Cayetano fundó en Venecia, a 60 kilómetros de su Vicenza natal, un hospital para enfermos incurables en 1522, y dos años después la orden de los Teatinos, que tenían como regla no poseer bienes y vivir de las limosnas de los fieles, que tampoco pedían, sino que recibían lo que les ofrecieran voluntariamente. Y en la década de 1530 fundó también el Monte di Pietá –Monte de la Piedad– que con el paso de los años se transformaría en el Banco de Nápoles: nació como una organización de beneficencia destinada a los campesinos y artesanos pobres, que por entonces sólo podían acudir a  usureros para préstamos.

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