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Roque Narvaja camina como un rosarino más

El cantante trabaja como piloto y entrenador de vuelo en el Aeropuerto Islas Malvinas. El líder de La Joven Guardia es aviador y vive en Fisherton desde hace seis años.


Cuando Roque Narvaja camina las calles del centro de la ciudad hay quienes lo reconocen, lo paran y piden sacarse una foto con él. Pero para otros, el ex el líder de La Joven Guardia, banda que causó furor en 1969 con hits como El extraño de pelo largo o La reina de la canción, pasa desapercibido, como si fuera un rosarino más. De hecho, algo de eso hay porque desde hace seis años vive en Fisherton y trabaja como piloto comercial y entrenador de vuelo en la escuela Flyng Time, en el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas.

“Es muy sencillo. Yo estoy acostumbrado a irme siempre. Aníbal Troilo decía que estaba siempre volviendo. Bueno, yo siempre me estoy yendo”, ironiza el cantante sobre su elección de radicarse en la ciudad. Aunque después confiesa que detrás de eso hay una historia de amor que empezó cuando conoció a una fan rosarina que actualmente es su esposa.

Para lograr que explique cómo es que vino a parar a la ciudad, y a pilotear aviones, el cantante asegura que tiene que empezar por el principio. Así, cuenta que nació en el seno de una familia tradicional de Córdoba y que cuando tenía un año y por razones políticas, su papá tuvo que mudarse a Buenos Aires.

Con apenas 16 años Narvaja empezó su carrera como músico. En la década del 60 las canciones de La Joven Guardia sonaban en todos los boliches y radios del país, pero en medio de sus éxitos un autoexilio lo confinó a vivir en España por dos décadas. “Yo había empezado a militar en la Juventud Trabajadora Peronista, aunque mi participación fue muy escueta y muy humilde”, dice.

Motivado por su compromiso político, en 1972 el compositor cambió el tenor de sus canciones y compuso temas más contestatarios y en abril del 76, durante la grabación de Amén, un disco que nunca llegó a editarse, el cantante fue prohibido. Roque recuerda que fue un teniente coronel, por entonces a cargo del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), quien lo invitó “gentilmente” a dejar el país. “No conforme con eso, también fue al sello EMI y les recordó que yo estaba prohibido. A los quince días me pude tomar un avión, salí por Ezeiza directamente”, evoca.

Roque asegura que en España le tocó vivir momentos muy duros en lo afectivo y económico hasta que grabó el tema Santa Lucía. “¿Suerte? ¿Destino? No sé”, se pregunta. “Los españoles no tenían rock y ellos veían en mí eso.  Así fue que grabé el disco más vendido de mi vida sin saberlo, que fue Un amante de cartón. Fue en 1980, el mismo día que mataron a John Lennon”.

A mediados de los 90 Narvaja volvió, hizo un curso de piloto de vuelo en Junín mientras seguía con sus recitales. Hace poco más de diez años vino a Rosario a tocar en el teatro Broadway y se enamoró de una fan que le mostró  una gran cantidad de fotos en las que estaban juntos. Y así siguen hasta ahora.

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