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Delitos de uniforme

Relato fiscal de un modus operandi

Seis policías fueron imputados por extorsionar a un fugitivo, pero sólo uno sigue preso, al que le achacaron otros dos hechos de abuso policial, donde según la acusación mató al perro de un detenido. Autopsia del can puede comprometerlo.


Seis policías fueron imputados por intentar extorsionar a un prófugo. Se trata de Fernando “Andy” Caminos, sobrino del asesinado ex jefe de la barra de Newells, Pimpi, quien tiene varias cuentas pendientes con la Justicia, una de ellas por el homicidio de Carlos Juárez. Los uniformados fueron apuntados por detener al hombre y tras mantenerlo privado de su libertad en forma abusiva solicitar a su familia 400 mil pesos. Como esa cifra no fue reunida, Caminos marchó preso, luego de que lo mantuvieran cautivo en una arenera por media hora, según refirió la Fiscalía. Todos los imputados permanecen en libertad a excepción de uno, quien tuvo una participación activa en la negociación y además fue imputado por otros dos hechos, donde mató al perro de un detenido y golpeó a tres jóvenes en otra ocasión, por lo que, siempre según la acusación, fue sindicado como autor de apremios ilegales; en esta última causa también fue imputada una mujer policía.

La audiencia se llevó adelante en dos partes. En una primera etapa las fiscales Georgina Pairola y Karina Bartocci imputaron a seis policías del Comando Radioeléctrico, a quienes sindicó como autores de tentativa de extorsión y privación abusiva de la libertad agravada por haberse cometido con violencia contra Fernando Andrés Caminos, quien finalmente fue imputado por el crimen de Carlos Juárez, ocurrido en diciembre de 2016 en la zona de Olegario Víctor Andrade y Grandoli.

Acusación

Livio M., de 28 años, quien llegó a la audiencia en calidad de detenido, fue imputado por otros dos hechos además de la tentativa de extorsión. El 19 de febrero pasado, cerca de las 4, el uniformado, con su compañera Ingrid Magalí M., de 21 años, patrullaba zona sur. Cuando circulaba por Batlle y Ordóñez hacia San Martín observaron a dos parejas caminando. Según la imputación, Livio M. bajó del coche y sin decir palabra redujo a uno de los jóvenes y lo puso contra el capó. El otro muchacho que estaba con su novia le pidió explicaciones al efectivo, quien le dijo a su compañera que le alcanzara la escopeta y le pegó un culatazo en la boca al joven, para luego patearlo en el piso, sostuvo la Fiscalía.

Un vecino intentó interceder pero no hubo caso. Los tres muchachos terminaron detenidos y en la subcomisaría 20a fueron golpeados por el uniformado mientras permanecían arrodillados, refirió la Fiscalía y le achacó apremios ilegales. También a su compañera, por participar del hecho y alcanzarle el arma. Livio M. declaró: sostuvo que le tiraron un piedrazo al móvil y tras detenerse fue golpeado, por lo que pidió refuerzos. Se declaró inocente.

El perro, a autopsia

El 19 de marzo, también cerca de las 4, un grupo de muchachos que se encontraba en Solís al 600 discutió con la Policía. Uno de ellos les tiró una botella y los uniformados respondieron con balas de goma. Varios de los jóvenes fueron detenidos. Un rato más tarde Livio M. volvió a buscar las vainas servidas y la hermana de uno de los arrestados estaba en la puerta. El policía le dijo que entrara a la casa y, como su mascota no dejaba de ladrar, le disparó en la cabeza con su arma.

Actualmente el cadáver del can se encuentra en el Instituto Médico Legal a la espera de la autopsia, que realizará el próximo martes por un veterinario. El objeto es determinar si la bala del efectivo se encuentra en el cuerpo del perro. A ello, la fiscal Bartocci sumó escuchas donde el sospechoso habla del incidente y de la reacción que tuvo ante el can, a la vez que solicitó instrucciones sobre cómo cambiar las estrías de su arma para que no coincidiera la bala testigo con la del cadáver del perro, sostuvo la Fiscalía.

Dinero por libertad 

Según la pesquisa el 23 de enero, cerca de las 14.30, dos móviles participaron en la detención de Caminos en Lamadrid al 100. Según el acta policial el sospechoso iba en moto con otra persona y le pasaron a unas mujeres que estaban en la vereda una bolsa rosa con lo que parecía un arma. Cuando intentaron detenerlos, se inició una persecución. Uno de ellos se bajó y huyó mientras que el otro logró fugarse. El que iba a pie fue detenido e identificado como Caminos. Siempre según el acta, cuando lo detuvieron y le preguntaron por qué había querido escapar, el muchacho sostuvo que tenía deudas con la ley y su abogado le había cobrado 40 mil pesos para hacerle desaparecer las causas. También mencionó a un superior de la Policía de Acción Táctica, sin dar nombre, a quien le daba dinero en forma periódica para que dejara trabajar tranquilos a sus soldaditos. Luego llegó otro móvil con Diego V. y Jonatan A. Una vez interiorizado del tema elo primero ordenó el traslado a la División Judiciales.

Según se pudo determinar, en los primeros dos móviles involucrados estaban Livio M., Julio César C., de 29 años, Germán Marcelo V., de 31, y Pablo César M., de 37. Luego se incorporó al procedimiento el inspector Diego Carlos V., de 35. superior de los otros cuatro, y su chofer Jonatan David A., de 23.

De la investigación fiscal surge que la persecución que dejaron asentada los uniformados en el acta nunca existió. La detención, si bien se efectuó en Lamadrid al 100, para la Fiscalía el joven fue trasladado por la Policía hasta Belgrano al 5800, donde se ubica una arenera. Allí lo retuvieron por una media hora mientras le solicitaban 400 mil pesos a su familia, a través del celular del detenido.

Según la Fiscalía la línea telefónica de Caminos estaba intervenida, por lo que se determinó que entre las 14.30 y las 15 se produjeron cuatro comunicaciones negociando el dinero. Lo que finalmente no se concretó, atento a que la familia no logró reunir ese monto. A las 15.10, los móviles ingresaron a Jefatura con el detenido. A ello las fiscales sumaron algunas cámaras de seguridad, puntualmente la que se encuentra ubicada en Gutiérrez y acceso sur, donde se observa –a las 14.17– dos móviles circulando. En uno de ellos, un policía va en la caja de la camioneta. Otro dato que brindó la Fiscalía fueron los registros de los GPS de los móviles, que se detienen casi dos minutos en Lamadrid al 100 y luego vuelven a estacionarse, esta vez en Belgrano al 5800, por unos 29 minutos; finalmente la última parada la realizan en la Jefatura. El tercer móvil involucrado, en el que circulaban el inspector Diego V. y su chofer, se detiene directamente en Belgrano al 5800, donde permaneció unos 15 minutos y de allí se dirigió a Jefatura con el resto de las patrullas, sostuvo la Fiscalía.

Además de la tentativa de extorsión y la privación de la libertad agravada, la fiscal le achacó a Pablo M., que realizó el acta policial, y a Livio M., Germán V. y Julio C., que la rubricaron, falsificación de documento público. Todos se declararon inocentes y reservaron su derecho a declarar.

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