El proyecto de ley de paridad de género aparece como uno de los principales focos de controversia en la discusión de la reforma electoral que se da en la Cámara de Diputados, en tanto que el Senado podría modificarlo en base a una iniciativa propia.
Así se lo hizo saber la semana pasada el jefe del bloque de senadores del PJ-FpV, Miguel Ángel Pichetto, al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, según supo NA, con lo cual la paridad de género, que es parte integral de la reforma electoral que impulsa el gobierno, podría ver demorada su sanción.
Ocurre que el proyecto de la Cámara de Diputados dispone que la paridad se aplique en las listas de candidatos para las elecciones primarias (Paso) y generales, mientras que la iniciativa del Senado, presentada por la senadora Marina Riofrío (PJ-FpV) alcanza también a la elección de parlamentarios del Mercosur y a la estructura interna de los partidos políticos.
Al igual que la iniciativa de Diputados, la del Senado (que ya tiene dictamen de comisión) dispone que las listas de candidatos deben integrarse por hombres y mujeres de manera intercalada, pero agrega que en las elecciones de autoridades de partidos políticos las listas también deben estar integradas mitad por hombres y mitad por mujeres.
Si el proyecto sobre paridad de género es aprobado por la Cámara de Diputados tal como está, pero el Senado lo modifica de acuerdo a su propia iniciativa, deberá devolverlo para que sea debatido nuevamente y esto dilataría la sanción de la ley definitiva.
La advertencia de Pichetto a Monzó es clave para el oficialismo porque el gobierno quiere que la reforma electoral sea aprobada antes de noviembre, para tener tiempo de tomar las medidas que permitan que la boleta única electrónica (principal proyecto de ley del paquete) se aplique en las elecciones de 2017.
Desacuerdos por paridad
De todas maneras, en la Cámara de Diputados tampoco hay consenso respecto del proyecto sobre paridad de género debido a que algunos legisladores advierten dificultades en su aplicación práctica, especialmente después de las Paso.
Los desacuerdos –que atraviesan a casi todos los bloques de la Cámara baja– se apoyan en el hecho de que el esquema “uno y una” de dos listas del mismo partido en las elecciones primarias complicaría la integración de la lista definitiva.
Esto es así porque al primer candidato de la lista ganadora de las Paso debería seguirle el primero de la nómina que salió segunda, pero si ambos son del mismo género debería ocupar su lugar alguien que fue más abajo en la lista.
La alternativa que planteó el oficialismo macrista en el Congreso nacional es establecer que hombres y mujeres tengan la misma cantidad de lugar en las listas sin la obligación de intercalar “uno y una”, pero hasta el momento no hay consenso sobre esto.
“Problemas de tiempo”
El diputado del PRO Pablo Tonelli confió ayer en que el proyecto de reforma electoral que tendrá tratamiento el próximo miércoles 19 de octubre en la Cámara baja sea aprobado luego en el Senado “en los mismos términos”, ya que existe un “problema de tiempo” para la instrumentación del nuevo sistema de votación en todo el país antes de las elecciones intermedias de 2017.
El legislador, titular de la comisión de Asuntos Constitucionales y uno de los principales impulsores de la iniciativa, advirtió que si el Senado dispusiera modificaciones al proyecto deberá devolverlo a Diputados para un nuevo debate, lo que dilataría la sanción de la ley, acortándose peligrosamente los plazos para la puesta en marcha del voto electrónico. “Es una posibilidad que el Senado encuentre algún detalle que le parezca que merece ser corregido. Esperamos que esto no ocurra y que apruebe en los mismos términos en los que lo aprobemos nosotros. Porque tenemos un problema de tiempo para poner en práctica este sistema”, alertó. Ocurre que las Paso de 2017 están previstas para el 9 de agosto, con lo cual si el oficialismo no logra sancionar la ley antes de noviembre, se podrían complicar los tiempos para la puesta en marcha del proceso licitatorio para la compra de las máquinas electrónicas de votación, el desarrollo del software y la logística, y el despliegue tecnológico que requiere el nuevo sistema.
Piden discutir por separado la implementación de la boleta electrónica
La diputada nacional de La Cámpora Mayra Mendoza pidió ayer tratar por separado en el Congreso la iniciativa de paridad de género respecto de la ley de voto electrónico, al considerar que este sistema de votación que impulsa la oficialista alianza Cambiemos es un “capricho” y que forma parte de un “negocio” con la compra de las máquinas de impresión de las nuevas boletas.
En este sentido, la legisladora kirchnerista calificó como una “estafa” la estrategia del oficialismo macrista de utilizar el cupo femenino –que consagraría un piso de representación del 50 por ciento en las listas de candidatos– como “prenda de cambio” para que algunos sectores a priori reacios al voto electrónico “se sienten a votar la reforma electoral”.
“A mi entender la forma de votación es nada más que un capricho de Cambiemos que forma parte de un negocio de comprar máquinas de votación”, sentenció la legisladora nacional camporista en declaraciones radiales.
“La paridad lamentablemente está incorporada en ese proyecto (de reforma electoral) que como todas las leyes que está enviando Cambiemos al Congreso nacional forman parte de una estafa. No es más que un retroceso y un daño a la vida democrática argentina”, analizó Mendoza, quien integra la mesa de conducción de la agrupación juvenil liderada por Máximo Kirchner.
La legisladora camporista explicó, en este marco, que la posición del Frente para la Victoria es que la paridad de género sea “tratada fuera del proyecto que aborda el voto electrónico”.
Despenalización del aborto
Por otra parte, Mendoza –que participó del multitudinario 31º Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en Rosario durante este fin de semana– se pronunció a favor de la despenalización del aborto, una postura que predomina en La Cámpora y en la mayoría de los espacios de la juventud kirchnerista pero que no es compartida por todo el Frente para la Victoria (FpV), empezando por la propia ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de quien se conoce su opinión en sentido contrario.
“El aborto es una injusticia que sigue estando impunemente garantizada por la Justicia, por la obsesión de médicos y médicas, porque el machismo no diferencia entre hombres y mujeres”, apuntó Mendoza.
Comentarios