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Madrugada fatal

Recrearon el crimen del Pájaro Cantero

Con una inspección ocular se cerró la etapa de prueba del juicio que se lleva a cabo contra cuatro personas acusadas por el asesinato de Claudio Cantero, perpetrado el 26 de mayo de 2013 en la puerta de un local nocturno villagalvense.


Cuatro años atrás, el ranking de homicidios se modificó en la ciudad con el asesinato del líder de Los Monos. El hilo de sangre que desató la muerte de Claudio “Pájaro” Cantero el 26 de mayo de 2013 reconfiguró el mapa del crimen rosarino. Pero las huellas del episodio que dio origen a la pérdida de una docena de vidas permanecen inscriptas en las paredes de Villa Gobernador Gálvez. Al menos tres balas impactaron en la puerta, ladrillo y ventana de la fábrica de repuestos Sabino, a metros del boliche Infinity Night, en colectora de Circunvalación y San Martín, y terminaron con la vida del jefe narco. Cuatro años después, un círculo de óxido bordea uno de los orificios sobre el azul desteñido de la reja de una ventana. El paso del tiempo no pudo con las huellas de una madrugada que cambió la historia del clan para siempre.

En la intersección de colectora y San Martín, en el límite con Rosario, el ex boliche devenido salón de fiestas infantiles fue el escenario para que el tribunal que juzga el asesinato de Cantero volviera sobre los últimos pasos del líder de la banda Los Monos, su acompañante Lisandro Mena –luego asesinado en diciembre de 2013– y los de Milton Damario y Facundo “Macaco” Muñoz, ambos acusados de la autoría material del crimen. La inspección judicial para la reconstrucción de los hechos fue pedida por los fiscales Cristina Herrera y Enrique Paz. Estuvieron presentes además los abogados defensores Hilda Knaelblein y Claudia Burgos (por Damario) y Fernando Sirio (por Luis “Pollo” Bassi, quien es enjuiciado como instigador); en tanto, Jorge Funes (defensor de Macaco Muñoz) y Graciela Sanmiguel (de Osvaldo “Popito” Zalazar, por acopio de armas) no asistieron a la observación.

“El objetivo es que ellos pudieran tener una real dimensión de lo que estamos contando en la acusación: la mecánica del hecho, las distancias, los lugares donde impactaron las balas, de las que todavía se pueden ver algunas improntas”, señaló la fiscal Herrera, en diálogo con la prensa.

Este jueves por la tarde fue la clausura de la prueba y el martes será el turno de los alegatos de clausura, pese a que un testigo –que a la vez está llamado a declaración informativa en sede de instrucción–, Luis Paz (padre de Martín “Fantasma” Paz asesinado en septiembre de 2012 y quien era cuñado del Pájaro), no se presentó a declarar. Según advirtió la fiscal, Paz no pudo ser localizado, aunque un informe de la secretaria del Tribunal, basado en una consulta a la Dirección de Migraciones, indicó que Paz viajó a Chile los primeros días de marzo. La sentencia está prevista para el lunes 27.

Balazos

Durante unos 20 minutos, los jueces Julio Kesuani, Ismael Manfrín y María Isabel Mas Varela; los fiscales Paz y Herrera, y los defensores Knaelblein, Burgos y Sirio recorrieron el lugar de los hechos para identificar la mecánica del crimen. Guiados por la fiscal Herrera, los jueces comenzaron el itinerario en la puerta del ex boliche Infinity Night, en colectora al 1600, y caminaron hasta el ingreso de la fábrica de repuestos Sabino, en cuyas inmediaciones el Pájaro fue ejecutado. Sobre el borde derecho de la puerta de chapa azul permanecía la marca de uno de los tres balazos que impactó en el cuerpo de Cantero. En la pared de ladrillos y las rejas de la ventana contigua, la marca de otros dos plomos marcaron el lugar en el que Cantero y Mena habían bajado a orinar alrededor de las cinco. Según explicó la fiscal, el auto en el que viajaban Cantero y compañía ingresó en contramano por una de las dos vías que desembocan en colectora. “Según la hipótesis, Cantero y los acompañantes estacionaron sobre la explanada con la trompa del auto orientada hacia el lado de la pared, pero un poco torcida haciendo una curva. A los pocos minutos bajaron. Estaban tomando bebidas alcohólicas y orinando. Ahí comienza la balacera”, explicó Herrera. La fiscal indicó que en lugar se encontraron 10 vainas. “Cantero recibió tres disparos, según la autopsia, y su compañero, Lisandro Mena, recibió un disparo confirmado y otros en la entrepierna que podrían ser roces”, agregó Herrera.

Vías de escape

Señalando hacia Uriburu, la fiscal mostró a los jueces las posibles vías de escape de los agresores. Una de las posibilidades es que hayan cruzado colectora para tomar Vélez Sarfield hacia Circunvalación o que hayan tomado hacia el centro de Villa Gobernador Gálvez, pasando enfrente de donde estaba –a unos 100 metros– el boliche La Brújula, propiedad del Pollo Bassi. El auto que trasladó a Cantero dobló para el lado de Rosario y lo llevó herido al Heca.

Los jueces regresaron a la puerta de Infinity, caminando por la vereda, y junto con la fiscal marcaron la puerta del boliche. Mientras la atención de los magistrados pareció centrarse en el camino que va desde la disco a la entrada de la fábrica, y en los impactos de balas, los defensores se apartaron de la escena primaria del crimen y recorrieron la cuadra desde la calle, tratando de dilucidar la cantidad de autos que podrían haber estacionado esa noche. Según advirtió Herrera, la curva que se traza entre el boliche y la fábrica bloquea la visión desde Infinity hasta el lugar donde ocurrió la balacera.

Limítrofe

La secretaria del tribunal advirtió que a partir de un informe de la Dirección de Migraciones, Luis Paz, quien tampoco se presentó a la declaración informativa impulsada por Fiscalía, salió del país los primeros días de marzo. El destino elegido fue Chile, desde donde se cree que no regresó. La misma hipótesis se maneja para su hija, Mercedes –pareja del Pájaro hasta el momento del asesinato–, quien habría salido del país los primeros días de enero. La fiscal Herrera informó que quedó una copia de esta causa en el Juzgado de Instrucción 11a ya que hay otros sospechados de participar en el hecho.

Venganzas

Tras la muerte del Pájaro se produjeron cuatro crímenes en 72 horas como presuntas venganzas por la caída del jefe narco. Entre ellos el de Diego “Tarta” Demarre, dueño del boliche Infinity y señalado por los Cantero como entregador, y tres familiares de Milton César, al que erróneamente habían identificado como ejecutor del asesinato. Entre fines de 2013 y principios de 2014 también fueron asesinados dos hermanos del Pollo, y en octubre de ese último año su padre. También fueron asesinados a balazos los padres de Damario y Muñoz.

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