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Su primera fuga fue en Rosario

Recapturaron a Meteoro, el preso de los múltiples escapes

El reconocido estafador fue atrapado en la capital cordobesa, cuando intentaba cometer un nuevo fraude.


Víctor Ignacio “Meteoro” Suárez, el preso que se hizo famoso por sus múltiples escapes, fue capturado este jueves en Córdoba. Su última fuga había sido en enero, cuando se escapó en silla de ruedas de una cárcel mendocina.

El estafador fue detenido en una playa de estacionamiento ubicada frente al Paseo del Buen Pastor, en el barrio Nueva Córdoba de la capital provincial, en el momento en el que cometía una estafa.

Según informó la prensa local, Meteoro quedó detenido a disposición de la Unidad Judicial de Casos Complejos, a cargo del fiscal de Distrito 1, Enrique Gavier.

Su primera fuga, en Rosario

El 1º de noviembre de 2003, Meteoro estaba en un bar de Güemes y Oroño, en Rosario, cuando una de sus víctimas se le abalanzó, forcejó con el estafador y como éste se le escurría, otros parroquianos terminaron dándole una mano para retenerlo y entregarlo, algo estropeado, a la Policía.

Un mes antes Meteoro le había dicho a una chica con la que salía –a la que le dio su verdadero nombre, aunque le dijo que se dedicaba a la venta de perfumes importados– que viajaría a Córdoba a pagar deudas porque había cobrado una plata que le debían, justo el día en que, bajo la identidad de Marcelo Iván Molina, esquilmó a un vendedor de un auto.

La doble operación incluía la compra de un Fiat Palio 97. Bajo el alias de Molina, Meteoro juntó a las partes: compraría el auto y en el acto se lo vendería a un comprador con el que ya había realizado una transacción inmobiliaria. Consiguió del vendedor la documentación para los trámites de transferencia y las llaves del vehículo y le hizo firmar a la hermana de éste (titular registral) el formulario 08 ante escribano público. Al comprador le dio los papeles y recibió a cambio el dinero correspondiente a la operación. Sin embargo, desapareció sin abonar lo acordado al dueño del Palio: 12.200 pesos. Eso sí, Meteoro estuvo en los detalles: corrió con los gastos del escribano.

El juez de Instrucción Juan José Pazos primero apuntó contra el vendedor, pero al determinar que el intermediario, Meteoro, se había quedado con el dinero, le dictó orden de captura. Tras ser detenido, el estafador dijo trabajar en una distribuidora en un edificio de Corrientes y Córdoba y vivir en un departamento de barrio Martin. Como su identidad, estos datos también resultaron falsos.

Por este caso le dieron en noviembre de 2005 dos años y medios de prisión, por lo cual la primera acusación por estafa en Rosario terminó mal para Meteoro; para entonces ya había sido penado a tres años de cárcel en Córdoba por encubrimiento.

Más tarde Meteoro enfrentaría al menos cuatro acusaciones similares en Rosario, una de las cuales lo trajo a declarar ante un Juzgado de Instrucción. En octubre de 2013 Meteoro llegó proveniente de Córdoba –donde estaba preso desde 2010 acusado por estafas con un botín de 1,5 millón de pesos–, a la Alcaidía Mayor de la Jefatura local, el penal de las fugas escandalosas.

Según la versión oficial que la Policía entregó a la Justicia, Meteoro había llegado dos semanas antes, aunque aquella tarde fue llevado a la oficina de reidentificación, donde aprovechó que le quitaron las esposas para empujar a un guardia, poner primera, correr a través de un patio y ganar la calle por el portón principal. Claro que no pocos calcularon que Meteoro había comprado su fuga, la segunda en una semana en ese penal policial, lo que motivó el desplazamiento del jefe de Alcaidía.

Recapturado en Mendoza

Meteoro estuvo prófugo hasta el 10 de mayo de 2014, cuando –una década después– vivió un episodio similar a aquel por el cual cayó preso en Rosario: una víctima lo reconoció en un bar mendocino y lo golpeó.

El timador corrió y casi escapa en un auto tras sacar a empujones a su conductora, pero fue detenido por la Policía. Le achacaban una decena de hechos en los últimos meses en la ciudad de Mendoza haciéndose pasar por un abogado: Ignacio Castillo. El verso, el de siempre: compraventa de autos.

Al año siguiente, el 4 de agosto, el maestro de la estafa logró escapar de la cárcel de Boulogne Sur Mer, de Mendoza, con la documentación de un hombre que lo había ido a visitar, aunque dos semanas más tarde fue atrapado en la vecina provincia de San Luis.

El 16 de octubre del mismo año reincidió en ese penal, aunque de una manera mucho más ingeniosa, ya que se valió de una careta y aspecto de anciano para ganar la calle, aunque esa vez fue detenido minutos más tarde.

Su última fuga fue el 25 de enero pasado, cuando Suárez se escapó por cuarta vez de una cárcel, y esta vez lo hizo con una silla de ruedas, del complejo penitenciario Almafuerte, de la localidad mendocina de Cacheuta, en el departamento de Luján de Cuyo.

Suárez fue filmado por las cámaras de seguridad del penal cuando era llevado por un cómplice en la silla de ruedas.

Nueva fuga de Meteoro, quien supo escapar de la Alcaidía local

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