Ciudad

Ni una menos

“Queremos cambiarlo todo, tenemos otro modo de construir”

La ocupación del espacio y el repudio a las políticas represivas son ejes que se suman a las reivindicaciones feministas.


“Las calles son nuestras. Nos queremos vivas pero también libres”. Bajo esa premisa colectivos feministas y organizaciones de mujeres palpitan lo que será la tercera convocatoria a la marcha “Ni una Menos”, el próximo 3 de junio. La ocupación del espacio público y el repudio a las políticas represivas serán dos de los ejes que este año se sumarán a las reivindicaciones tradicionales. El reclamo por una ley de educación sexual integral, la paridad económica con respecto a los hombres, políticas públicas estatales y financiamiento para las situaciones de violencia contra las mujeres completan los reclamos de una manifestación que pretende ganar las calles como desde hace dos años. La edición 2017 convoca a concentrar a las 16 en la plaza Montenegro para marchar hacia las escalinatas del Parque España (las reformas en el Monumento a la Bandera obligaron a cambiar el habitual recorrido) donde se leerá un documento consensuado por las organizaciones y habrá un recital.

“Los últimos femicidios de Micaela y Araceli generaron mucho debate. Vemos que se nos sigue responsabilizando, sobre todo a las más jóvenes, acerca de cómo transitamos el espacio público en un intento más conservador y machista de querer volvernos al ámbito de lo privado y doméstico. Venimos a exigir respuestas concretas del Estado pero también a interpelar a la sociedad en conjunto”, explicó a este diario María José Gerez, integrante del colectivo Ni Una Menos y Mala Junta.

Organizadas

“El 3 de junio será feminista y en la calle, pero también antipunitivista y antirepresivo”, señaló Gerez en miras a la nueva convocatoria. La gesta que las mujeres llevan adelante en las comisiones y las asambleas organizativas abrió el debate hacia las reivindicaciones más urgentes. Uno de los temas más resonantes tiene que ver con el cuestionamiento de la agenda nacional que propone un recrudecimiento de las penas y condenas. “Nuestra agenda de demandas siempre fue otra. Siempre estuvo abocada a la prevención y protección de las mujeres. Queremos políticas por la vida. Con más cárcel y endurecimiento de penas no hay una respuesta”, explicó Gerez y agregó: “Hay que trabajar cómo los hombres y las mujeres somos socializados de manera desigual y cómo el poder se expresa con la violencia machista. Si no tenemos respuestas claras hacia lo que vivimos las mujeres no nos van a imponer una agenda que está en las antípodas de lo que pedimos”. La feminista cuestionó el avance de ciertos sectores conservadores que proponen una restricción de derechos y un aumento en las penas, en nombre de la defensa de las cuestiones de género. “El machismo usa la baja de la edad de punibilidad y la reforma del código procesal penal en nuestro nombre. Son las peores respuestas que no creemos que resuelvan nada”, agregó.

El ajuste que aprieta

En un contexto social y económico con políticas de ajustes y despidos, las feministas denunciaron una mayor exposición a la precarización y a las desigualdades. A eso se suma el no reconocimiento de las tareas de cuidado cotidiano. “Hay un corrimiento del Estado como garante de políticas públicas de las que somos beneficiarias y eso profundizó la feminización de la pobreza. Las mujeres seguimos teniendo peores trabajos que los hombres. Sin trabajo y sin autonomía económica, quedamos expuestas a todo tipo de violencia”, puntualizó Gerez.

La activista remarcó la necesidad de respuestas concretas a nivel local y provincial, que incorporen nuevas herramientas acordes a las demandas actuales. “Tenés más mujeres, nuevas demandas y las herramientas son las mismas. Tienen que cambiar la mirada y los abordajes”, señaló Gerez y remarcó: “Queremos cambiarlo todo. Tenemos otro modo de construir, de relacionarnos, de buscar respuestas de forma colectiva. Nuestras propuestas vienen por la necesidad de transformar todo lo que hoy está generando que este mundo sea tan hostil hacia nosotras”.

Varones se reunieron para pensarse

“Hacemos Patria traicionando al macho que llevamos dentro”, dijeron los varones que en la tarde de ayer se congregaron en el primer encuentro de varones feministas que se realizó en La Toma, organizado por el colectivo Mala Junta. El encuentro nació al calor de los debates sobre género que se vienen gestando desde hace dos años a raíz del movimiento Ni Una Menos y tuvo su punto de resonancia tras la muerte de Micaela cuando se exhortó a los varones a “cortase el mambo”.

“Necesitamos cortarnos el mambo, a nosotros mismos y entre nosotros, reconociendo aquellas prácticas que aún tenemos naturalizadas y que son las que nos mantienen en un lugar de superioridad respecto a las mujeres, lesbianas, bisexuales y trans. Y que también reproducen jerarquías y desigualdades entre quienes habitamos la categoría varón”, señala el texto de la convocatoria.

El encuentro contó con más de 180 inscriptos a quienes se invitó a repensar el rol del hombre, a traicionar la “complicidad machista”, y a organizarse. Pero aclaran: la idea no es discutir cómo debe ser la lucha de las mujeres, ni copar el movimiento feminista. Lo que buscan es interpelar a otros hombres y cuestionar los privilegios desde la igualdad de género.

“Mientras nos preguntamos si podemos o no ser feministas, si seguimos siendo o no varones, si nuestros costos o nuestros privilegios, a ellas les arrebatan la vida. La radicalidad del movimiento feminista se está encontrando con una reacción patriarcal que busca disciplinarlas con crueldad. Y ante eso, los varones no podemos ser meros espectadores, comentaristas ni megusteadores”, agregó el comunicado.

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