Ciudad

Rosario: logran reducir abuso de psicofármacos

Por Agustín Aranda.- Es para evitar el uso de medicamentos con fines “recreativos”. En 2013 se extenderá a toda la provincia.

El nuevo régimen de expendio de estupefacientes y psicotrópicos recetados impuesto por el Ministerio de Salud santafesino junto con los colegios de Farmacéuticos y de Médicos ocasionó que disminuyera el consumo general de algunos analgésicos y ansiolíticos en la ciudad. La prueba piloto se realizó en Rosario desde noviembre del 2011 hasta el pasado mes y derivó en una sensible disminución del expendio de estupefacientes y psicotrópicos que aparecen dentro de analgésicos y ansiolíticos aunque sólo en porcentajes bajos. Los más “demandados” por la población son la codeína y la hidrocodona. La más perseguida fue la venta del Dolofrix, nombre comercial del analgésico que contiene ambas drogas. La lógica de consumo abusivo es tomar sustancias que aunque estén presentes en bajas proporciones, en grandes cantidades de comprimidos se vuelven drogas recreativas.

Las autoridades de la Salud provincial explicaron que hubo buena aceptación de los médicos y farmacéuticos, al punto que no se recepcionaron manifestaciones contrarias ni quejas de la población en general. Mismas fuentes aseguraron que en los primeros meses del año próximo la “prueba piloto” ya no será tal, sino un plan que se implementará en toda la provincia.

Para el gobierno santafesino, además, el programa probado en Rosario es un primer paso al que le seguirá la ampliación a otros estupefacientes y psicotrópicos de la denominada lista 3. “Relevamos que al restringir una droga, los usuarios se vuelcan a otra en busca de efectos similares”, explicó Beatriz Martinelli, directora de Farmacia provincial en diálogo con El Ciudadano.

Según los datos del Ministerio de Salud, durante la prueba piloto disminuyó en un 75 por ciento la distribución de los medicamentos derivados de la hidrocodona, presente en los antitusivos como las cápsulas contra la tos. “Es uno de los medicamentos que relevamos como de mayor abuso”, apuntó la directora de Farmacia santafesina sobre los remedios cuyas marcas locales son Dionina e Hidrova. En segundo lugar, cayó un 36 por ciento el expendio de analgésicos que incluyen la sustancia dextroproxitreno. “Conocido por su nombre comercial Codelasa, la sustancia provoca adicción por lo que también veníamos aconsejando que los servicios públicos no lo usaran”, detalló Martinelli.

Las estadísticas sobre consumo abusivo se tomaron visibles en los últimos meses a partir de las declaraciones a este medio de la directora de Salud Mental de la Municipalidad de Rosario, Débora Danielli, quien remarcó el rápido crecimiento de psicofármacos a la par del alcohol. “En la ciudad el psicofármaco se consume mucho porque está aprobado culturalmente y porque está instalado en la sociedad el pensamiento de que todo se soluciona con una pastilla”, advirtió la funcionaria sobre el flagelo, que afecta a pobres y ricos sin distinción alguna.

De acuerdo a la directora, dentro del sistema de salud los psiquiatras son los profesionales con mayor demanda por la franja adulta. “Los jóvenes suelen arrancar por el circuito más ilegal, consiguiéndolas de cualquier modo”, agregó Danielli.

Usos y abusos

Desde la dirección de Farmacia del Ministerio de Salud provincial argumentaron que la potencial peligrosidad de las sustancias que formaron parte de la prueba piloto y la existencia de un aumento en el consumo, tráfico y falsificación por parte de la población hizo necesaria la intervención estatal. “No es un trabajo independiente sino que convocamos a los colegios de Farmacéuticos y Médicos para realizar un control y vigilancia completo”, apuntó Martinelli, quien relativizó las incomodidades sufridas por los farmacéuticos y médicos de la provincia a raíz del cambio de paradigma durante el fin de año pasado. “Si bien para ellos pudo ser una pequeña complicación hay que entender que el uso abusivo de estas sustancias nos afecta a todos como sociedad”, insistió.

En las sucesivas inspecciones de rutina del Estado provincial sobre los 1.600 establecimientos –droguerías y farmacias– se registró en los últimos años un preocupante número de recetas falsificadas, ya sea escaneadas –las más difíciles de detectar a primera vista– o con sellos adulterados. “Había algunas con errores ortográficos”, agregó Martinelli. Luego de detectarlos se llamaba al profesional que firmó la receta que corroboraba la naturaleza apócrifa del documento.

Desde la segunda circunscripción del Colegio de Médicos aseguraron que si bien no existe un porcentaje preciso de lo que representan las recetas relacionadas a psicotrópicos, en los últimos años ha habido un aumento sostenido de falsificaciones y adulteraciones de sellos de estos medicamentos que motivó la campaña. “Había una necesidad de poner un control efectivo en la instancia de recetario y de venta por la demanda”, explicó el presidente de la institución en Rosario, Armando Smuckler.

Según el profesional médico, durante la campaña hubo una favorable disminución en la venta de algunos de los medicamentos de la lista 3, donde la droga de efectos hipnóticos Rinol era la estrella.

A pesar de que se piensa que estos medicamentos sólo lo recetan los psiquiatras –existen 363 activos en el colegio–, los médicos clínicos y hasta los ortopedistas pueden prescribir medicamentos asociados a la lista 3.

En lista negra

Las listas de estupefacientes y psicotrópicos surgen de organismos internacionales (ONU) a los cuales la Nación y luego la provincia, adhieren mediante sendas leyes. En el caso de Argentina por la ley 17.818 y Santa Fe a través de dos decretos de la década del 70. La clasificación se realiza en función de los efectos que producen en el organismo –afectación, duración, capacidad de producir adicción– y hasta incluyen aquellas drogas solamente destinadas a investigaciones médicas. A modo de ejemplo, en la lista 1 de estupefacientes están la marihuana, cocaína, morfina y heroína. En la lista 2, se incluye la codeína y el dextropoxiceno en estado puro.

En la lista 3, que entró en la modificación de la prueba piloto, se repiten estas drogas aunque cuando están incluidas en no más de 100 miligramos por comprimido y con una concentración de menos del 25 por ciento. La lista 4 está expresamente prohibida y destinada a la investigación médica. La normativa 19.303 que regula los psicotrópicos es similar a la anterior, prohíbe en su lista 1 unas 30 sustancias –entre ellas el ácido lisérgico–, en la lista 2 otras 27 sustancias –entre ellas las anfetaminas y la quetamina–, en la lista 3 más de 245 sustancias, entre ellas muchas con efectos antidepresivos.

Comentarios