Un hombre de 38 años fue condenado a tres años de prisión efectiva por reiterados hechos de violencia de género contra su ex pareja y su propia hermana.
El tribunal unipersonal presidido por el juez Carlos Leiva condenó este jueves a Néstor Fabián Anchaval a tres años de prisión de cumplimiento efectivo, mientas que la Fiscalía había solicitado al inicio del proceso cuatro años y seis meses de reclusión.
Anchaval estaba acusado de cinco hechos considerados de violencia de género que tuvieron como principal víctima a su ex esposa, identificada como Jéssica B. (29), y en un caso a su hermana Nora.
El condenado y la mujer se conocieron en 2003 y tras convivir un tiempo se casaron en 2007, para separarse tres años después con cuatro hijos en común.
Los hechos de violencia física y psíquica ventilados durante las audiencias corresponden todos al año pasado, cuando ya estaban separados, y fueron encuadrados por la fiscal Raquel Almada como amenazas simples (tres casos), desobediencia (dos casos), una violación de domicilio, daño y amenazas coactivas.
Durante los últimos años la mujer tuvo que mudarse en seis ocasiones para evitar la persecución de su ex marido, a la vez que llevaba consigo un botón antipánico, dijo la fiscal.
Según consta en la causa, el 26 de marzo del año pasado Anchaval llegó hasta el domicilio de la madre de Jéssica –violando una orden judicial de prohibición de acercamiento– y la amenazó diciéndole “te voy a matar a vos y a los chicos, vos te lo buscaste, esto va a terminar así”.
En agosto el hombre averiguó dónde residía e ingresó al domicilio contra la voluntad de su ex mujer, rompiendo una cerradura, y en una pared dejó escrita la leyenda: “Te tengo”.
Y en octubre, mientras cumplía prisión domiciliaria en la casa de su madre, Anchaval llamó por teléfono a su ex pareja y la amenazó de muerte si no levantaba la denuncia, violando la prohibición de hostigamiento, hecho que repitió el 2 de noviembre.
El 12 de ese mes el ahora condenado amenazó a su hermana Nora: “Te va a pasar lo mismo que a Jéssica”.
Durante las audiencias, la fiscal trazó un cuadro dramático del calvario que vivió la mujer desde la separación de su marido y dijo que existía “un grave riesgo” para la víctima.
“Mi vida depende de un papel y de un botón”, sostuvo Jéssica durante el juicio, que comenzó el 27 de abril pasado.
La fiscal dijo que el caso se encuadra en la ley de protección a las mujeres ya que la joven sufrió y sufre violencia de género “porque su dignidad, integridad física y psíquica, libertad y propiedad han sido permanentemente vulnerados” por su ex marido.
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