Ciudad

Entrevista

“Preocupa que Macri se amigue con Tinelli y no con Lifschitz”

El secretario de Gobierno municipal, Gustavo Leone, se sumó a la polémica tras las críticas del presidente al gobernador.


El secretario de Gobierno municipal, Gustavo Leone, fue una de las apuestas más importantes del gabinete que armó la intendenta Mónica Fein para su segundo mandato. Con su presencia, y la de Pablo Javkin en la Secretaría General, la mandataria buscó darle una nueva impronta a su gestión. Licenciado en Economía en la UNR, el funcionario llegó al cargo luego de ser tres años secretario de Servicios Públicos municipal con Miguel Lifschitz y de estar después al frente de la cartera de Hábitat provincial, durante toda la administración de Antonio Bonfatti.

En una larga charla en la redacción de El Ciudadano, Leone habló de todos los temas de agenda: la caída en la actividad económica local y las cuentas municipales, el impacto de las medidas nacionales en Rosario y la relación con el gobierno de Macri, las obras en marcha y las que se avecinan y también de la inseguridad.

—La recaudación del Drei cayó en términos reales los primeros seis de meses del año, lo que marca una merma en la actividad en la ciudad. ¿Es preocupante la situación?

—El primer trimestre fue de estancamiento. Los números mostraban que la situación no estaba tan clara de para dónde iba a ir. Y ya el segundo trimestre reflejó una caída en la actividad, de locales habilitados y respecto de las estimaciones previstas. Todavía son cifras incipientes. Pero la tendencia es a la baja. Lo que preocupa, básicamente, son los aspectos que tienen que ver con el empleo. Lo vemos en los distritos con las oficinas que tenemos allí. Y cuando vas a un barrio ves que en los comedores y centros de asistencia social también hay un impacto directo. Cuando hay una merma en la actividad rápidamente los números en estos lugares empiezan a modificarse hacia arriba. La asistencia creció allí los primeros meses del año.

—Es decir, el cambio en el escenario social es muy importante…

—Sí. Hay una situación compleja. La inflación tampoco ha cesado. Y cuando hay ajuste y tenés recesión con inflación la salida no es sencilla. Hay que agudizar el ingenio para ver de qué manera se trabaja.

—¿Cómo están los ingresos vía los otros recursos propios y por coparticipación de Patente y el Inmobiliario provincial?

—En el último mes tuvimos alguna baja de tributos.

—¿Eso está impidiendo avanzar con las obras previstas o afrontar gastos corrientes?

—Estamos cumpliendo con todas las obligaciones. Siempre hay variables de ajuste que son normales en situaciones de restricción. Lo que uno hace es acordar con los proveedores algún esquema de pago diferido. Se modifican los días de pago. Generás un fuelle que te permite resolver. En general eso se hace con los proveedores que tienen mayor espalda, que son los que tienen obras y servicios más grandes.

—Hace poco dijo que el gobierno nacional está llevando adelante un fuerte ajuste en la economía. ¿Sigue pensando lo mismo?

—Hay ajustes. Es un esquema muy similar al de la década del 90. Yo creo que el modelo está planteado en un esquema en el que primero tienen que cerrar las cuentas para después ver los resultados hacia adelante. Se ajustaron las tarifas de servicios públicos fuertemente porque estaban desactualizadas, pero sin ninguna gradualidad. La necesidad era recomponer las inversiones a futuro. Pero son tiempos distintos. El ajuste de la tarifas se hizo de un día para el otro pudiendo haberse hecho de forma gradual. La realidad de las inversiones viene más adelante. Esa situación de ajuste plantea lo que hoy se está viendo: algunas limitaciones en la actividad y el empleo. El modelo prioriza el ajuste de las ecuaciones económicas por sobre la realidad social. Y nosotros estamos en las antípodas de eso.

—Y en ese marco, ¿cómo es hoy la convivencia con Nación?

—Es buena. Creemos que, más allá de las diferencias desde lo político, tenemos que trabajar para resolver los problemas de la gente. Les estamos llevando proyectos para obtener recursos como lo habíamos hecho con el gobierno nacional anterior, del que hemos tenido escasas respuestas. En estos seis meses tuvimos buena recepción y reuniones. Contamos con la posibilidad de que nos financiaran parcialmente la obra del Monumento a la Bandera que ya estaba comprometida por el gobierno anterior y había que darle una vuelta de tuerca para que se materializara. Y después también Nación nos planteó que estaban dispuestos a financiar los proyectos de cloacas, que hasta ahora tenían un esquema de pago en cuatro años con la provincia. Lo que propusieron es llevar las tareas adelante de un modo más rápido. Nosotros, así y todo, seguimos avanzando en la lógica de los convenios provinciales porque hoy es lo que tenemos como realidad concreta. Cuando lleguen los recursos nacionales, si es que llegan, modificaremos la fuente de financiamiento.

—¿Observan entonces que Rosario está siendo más valorada a nivel nacional?

—Lo que creemos es que tenemos que defender que haya más recursos para la ciudad. Recientemente se firmó un decreto por el cual se destinarán 98 mil millones de pesos en proyectos de inversión en cuatro años en todo el país. Es bueno que Rosario esté ahí. Pero estamos sólo con 125 millones de pesos. Eso es inexistente. Es el 0000,1. La mayor parte de esas inversiones están previstas en la provincia de Buenos Aires. Además, por ejemplo, se prevé soterrar el tren Sarmiento y construir una playa de estacionamiento debajo del Obelisco. Nosotros creemos que si es posible hacer esas obras también es viable que la Nación pueda pensar en proyectos de financiamiento exclusivos para Rosario, que tiene una escala que amerita obras estratégicas. Hoy en materia de movilidad tenemos el proyecto del tranvía, que se podría pensar en financiar con recursos nacionales. En definitiva, lo importante es lograr un mayor equilibrio. Tenemos mucho por resolver en materia de asentamientos irregulares y servicios básicos. Hasta ahora hemos descansado mucho en la provincia, pero eso tiene sus limitaciones.

—¿Y cómo tomaron los grandes anuncios que hizo el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, el fin de semana pasado. ¿Ven viables esas obras y las nuevas autopistas en tan corto plazo?

—Primero, no sabíamos que (Dietrich) venía. Ojalá que lleguen esas inversiones. Todo lo que sea inversión nacional que el Estado local no puede resolver por una cuestión de escala es bienvenido. Pero bueno, nos enteramos de la llegada de Dietrich por los diarios. Está bueno que cuando vengan nos avisen porque, de ese modo, podemos llevar acciones en conjunto. Es ideal eso. De hecho, cada vez que nosotros vamos a un barrio de la ciudad lo hacemos acompañados de las instituciones de la zona.

—Dietrich repitió lo que había dicho Macri: Lifschitz es el gobernador menos dispuesto a colaborar con la Nación. ¿Cree que todo eso tiene sólo un condimento político o hay algo más detrás?

—Todo tiene condimento político. Sí, lógico. Yo veo con preocupación que el presidente tenga vocación de amigarse más rápido con Tinelli porque tiene 3 millones de televidentes que con Lifschitz, que representa a 3 millones de santafesinos. A mí me preocupa más eso.

—¿Y cómo analiza ese “juego paralelo” de resaltar la vocación de trabajo conjunto con Fein?

—Somos parte de un proyecto político en el cual provincia y municipio trabajamos con un modelo de gestión que, entendemos, soluciona cosas a la gente. No somos cosas diferentes. Siempre Lifschitz tuvo vocación de diálogo. Hemos tenido buenas reuniones con la Nación. Y Fein también. No sé qué es lo que hay detrás de esas declaraciones. Puede haber alguna diferenciación en materia política. Lo que creo es que así como se pudo llevar adelante una reunión con Tinelli y ponerse de acuerdo, puede pasar lo mismo en términos políticos con Lifschitz. Y salir adelante con todos los proyectos que tenemos en carpeta.

Descanso dominical

Leone también fue consultado por este medio sobre el conflictivo escenario que se avecina una vez que culmine la conciliación obligatoria que rige tras los 119 despidos de las grandes cadenas nacionales e internacionales de supermercados. Todo por la puesta en marcha en Rosario de la adhesión a la ley provincial de Descanso Dominical.

“La idea es monitorear y ver qué pasa. La ordenanza está sancionada. Y no veo hoy una posibilidad de modificarla. Las cadenas nacionales e internacionales tienen la posibilidad de resolver sin despidos y con un mecanismo de ajuste y compensación los domingos, como hicieron las locales”.

“La verdad es que yo veo mucho mejor el tema de la seguridad”

—¿Qué diagnóstico hace de la situación de la seguridad en Rosario, sobre todo en los barrios? ¿Han mejorado los índices este año?    

—La verdad es que yo lo veo mucho mejor al tema. Se percibe que hay mucha más dedicación. Se ha ido avanzando en el uso de tecnología tanto en materia de seguridad provincial como en cuestiones de orden local. Nosotros estamos incorporando las cámaras en los colectivos como parte de un esquema de acuerdo con Santa Fe. Y estamos expandiendo la Movi en los taxis, lo que disminuye los riesgos con relación a hechos delictivos. Además, veo que el hecho de generar una reunión semanal de la que muchas veces participa Fein y en las que está siempre el secretario de Control y Convivencia, Gustavo Zignano, ha sido muy positivo. Del otro lado se sientan Pullaro con el secretario de Seguridad. Esto nos va permitiendo trabajar con el “mapa del calor”. Uno va marcando las zonas conflictivas allí. Aunque es como todo, ajustás en algún lugar y el delito se va corriendo. Estamos arriba del tema. Creo que en la medida que va avanzando el tiempo se van viendo los resultados. Aunque siempre falta.

—En definitiva, están conformes con el trabajo de la Policía. Hay muchas críticas… 

—No es que no tenés críticas. Siempre vemos cosas que se pueden corregir y las volcamos en esa mesa de trabajo. Es un proceso continuo. Siempre hay cosas para mejorar. Lo mismo de ellos para con nosotros. Van apareciendo temas más allá de la planificación que va generando nuevas prioridades. Por ejemplo, controlar determinado barrio con más frecuencia. O los accesos a tal lugar. Y lo mismo a nivel municipal. En el control de la noche, por ejemplo, se trabaja sobre una mesa en donde se priorizan zonas que tienen más dificultad. Claramente todo es perfectible. Es verse todos los días y ver de qué forma se va mejorando.

—¿Que pasó con Gendarmería y la Policía Federal? ¿Están en Rosario?   

—La verdad es que me parece que han priorizado destinos más complicados. Tenemos menos. Los datos más precisos los tiene el Ministerio de Seguridad santafesino. Yo no tengo datos de cuántos hay. Pero es visible que son menos.

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