Espectáculos

Flojos de papeles

Por irregularidades contractuales, peligra el show de Ricardo Arjona en Rosario

En el marco de una conferencia de prensa realizada este jueves, el flamante presidente de Rosario Central, Gonzalo Belloso, dijo: "No creo que Arjona toque en Central". Allí dejo entrever que hay un ilícito entre la dirigencia anterior y la productora que trae al artista guatemalteco el 1° de marzo


En el marco de una conferencia de prensa en la que este jueves la nueva dirigencia de Rosario Central estaba presentando los resultados de una auditoría que se realizó en el club a tan sólo trece días de asumir, el flamante presidente del club, Gonzalo Belloso, hablo del recital que está previsto que el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona realice en el estadio local el 1° de marzo. El dirigente aseguró que el contrato firmado es irrisorio (menos del 10 por ciento de lo que debería ser para las arcas del club) y alegó un hecho ilícito entre la dirigencia anterior del club y la productora que trae el concierto a la ciudad, un hecho que pone en riesgo su realización.

“Hay un contrato con un artista, Arjona, que valdría unos veinte millones de pesos y está firmado por dos. No creo que Arjona toque en Central”, dijo Belloso. Y agregó: “Yo voy a defender los intereses de Central. El firmante y la productora, los dos cometieron un ilícito”.

Cabe recordar que el compositor y cantante guatemalteco Ricardo Arjona tiene previsto llegar a Rosario en marzo, en el marco de su gira latinoamericana Blanco y negro. Los conciertos de ese periplo cuentan con una imponente banda internacional con siete instrumentistas y dos coristas que se disponen sobre el escenario, y con la interpretación de temas como “Si yo fuera”, “Vivir por morir” y “Ella” en medio de una larga lista de hits.

Si bien aún no hay comunicado oficial que suspenda el show o cambie la locación echando por tierra un contrato que está firmado hace meses, cuesta pensar que otro espacio de la ciudad cuente con la capacidad del Estadio de Rosario Central, del mismo modo que una suspensión generaría una lluvia de reclamos por las entradas vendidas, que en muchos de los sectores ya están agotadas.

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