Un policía de 49 años mató a un joven de 22 que, según la Policía, actuaba de campana de otro chico que había entrado a robarle en su casa ubicada en el barrio Triángulo. El fiscal a cargo de la investigación consideró que el uniformado actuó en legítima defensa y ordenó su libertad provisional. El presunto ladrón murió en el acto de un disparó que le ingresó por detrás de su oreja.
De acuerdo a lo informado por voceros policiales, el domingo a las 21, Pedro G., un policía de 49 años que trabaja en los Tribunales provinciales, se encontraba en su casa de Matienzo al 3400, en el barrio Triángulo, cuando un joven entró a la fuerza rompiendo la puerta de ingreso de un balazo. El chico exigió que le entreguen los objetos de valor, pero enseguida Pedro le dijo que era un empleado policial y se trenzaron en una pelea que se trasladó a la vereda.
Siempre según la versión oficial, un pibe de 22 años identificado como Jonatan Domingo Berloti esperaba afuera al presunto ladrón en una moto, haciendo de campana. Cuando los dos hombres salieron a las piñas a la vereda, su compañero le dijo que le tire, que el dueño de la casa era policía. Jonatan sacó un arma calibre 38 y disparó, pero la bala no salió. Ante esto, Pedro apuntó a Jonatan con su arma reglamentaria y efectuó una detonación.
Balazo mortal
El tiro ingresó por detrás de la oreja y Jonatan cayó muerto al piso en el acto. Su cuerpo presentaba un orificio de entrada y salida de una bala nueve milímetros. Luego de la detonación, el otro muchacho, que hasta ayer no había sido identificado, se dio a la fuga corriendo. En la calle, quedó la moto Yamaha Cripton 110 color azul en la que llegaron los dos pibes.
En diálogo con El Ciudadano, Florentino Malaponte, el fiscal de Homicidios Dolosos a cargo de la investigación, sostuvo que Pedro llamó a la Policía minutos después del hecho e informó lo ocurrido. Malaponte contó que esa noche se hizo presente en Matienzo al 3400, donde se encontraba el cuerpo de Jonatan, y que el policía colaboró con la investigación “desde cero”. De hecho, el mismo llamó al 911. En este sentido, el fiscal consideró que Pedro G. actuó en legítima defensa y ordenó que quede en libertad provisional. Asimismo, reveló que diez minutos antes de los sucesos en la casa del uniformado, se registró una entradera a pocas cuadras protagonizada por dos jóvenes de similares características.
En la vereda de la casa del agente, la Policía secuestró un revolver corto calibre 38 y la motocicleta Yamaha Cripton 110, indicó un pesquisa. Ahora deberán analizar las pruebas para ver si todo coincide con el relato del policía que trabaja en Tribunales.
El caso es investigado por la Fiscalía de Homicidios Dolosos y la comisaría 19ª con jurisdicción en la zona.
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