Policiales

Narcotráfico

Piloto va a juicio por organizar el tráfico de más de diez kilos de cocaína por semana desde Piñero

Conocido como Peruano, tiene 27 años y está preso desde junio de 2019 por otra causa federal; ahora la fiscal Adriana Saccone pidió llevarlo a juicio, junto a otras siete personas, como organizador de una red de venta a la que en noviembre pasado le secuestraron 15 kilos de esta droga


Granthon, de 27 años, es piloto comercial.

Julio Andrés “Peruano” Rodríguez Granthon, un joven piloto de avión oriundo de Perú que en los últimos años cobró notoriedad como organizador del tráfico de droga, irá a juicio junto con otras siete personas a la que les fueron secuestrados en Rosario y Funes 15 kilos de cocaína en noviembre de 2019. Este jueves se conoció el pedido de elevación a juicio de la titular de la Fiscalía Federal 3, Adriana Saccone contra la organización dirigida por el Peruano Granthon desde una celda de la cárcel de Piñero donde –sostienen investigadores– tejió vínculos con pesados del hampa local e incluso está mencionado en el legajo del homicidio del ex concejal Eduardo Trasante.

De acuerdo con la investigación de la fiscal federal Saccone, el Peruano fue el encargado de organizar junto al resto de los imputados, identificados por el rol de proveedores, intermediarios y vendedores, la comercialización de cocaína en Rosario. Preso en la Unidad Penal 11 de Piñero por otra causa de narcotráfico desde junio de 2019, al Peruano le atribuyeron haber delegado tareas a su segundo Iván Gastón Ramírez, alias Loro, de 29 años.

La investigación señaló que la cantidad de droga que la banda movía era importante y producía réditos millonarios. Los propios imputados expresaron, de acuerdo a escuchas de teléfonos pinchados, que la cantidad era de doce o catorce kilos por semana. En esas conversaciones –advirtió la Fiscalía– Loro mantenía al Peruano informado sobre la contabilidad del negocio.

Otros dos hombres, Ramón Luis Larrea, de 62 años, y Claudio Héctor Manrresa, de 49; y una mujer, María Cristina Manrresa, de 62, están señalados como los encargados de mover la cocaína entre una red de vendedores minoristas.

Una foto de pesquisas de la Policía Federal tomada el 24 de septiembre de 2019 los captó haciendo ese mandado en distintos puntos de la ciudad y reabasteciéndose desde una vivienda de Espinillo al 4000, el escondite de Loro, un lugar que era aludido en las conversaciones telefónicas como “la base”, según la pesquisa federal.

En el rol de abastecedores de cocaína la Fiscalía ubicó a Rodolfo Héctor “Eri” Masini, de 49, y sus presuntos colaboradores Maximiliano Daniel Acosta, de 26, y Sara Antonella Blanco, de 20.

La requisitoria de elevación a juicio señaló que la causa surgió a partir de una denuncia. Según el informante, el Peruano para operar en zona oeste, en la zona Vía Honda, le pagaba una especie de cánon a una mujer identificada como Doña que mantendría lazos con un hombre importante del clan Cantero. “El llamado Chuky, quien sería menor de edad sería la persona encargada de cobrar el dinero a los búnkers correspondiente al «uso del territorio» para llevarle ese dinero a Doña y residiría en una casa con impactos de arma de fuego ubicada cerca de una canchita de fútbol en Felipe Moré al 2400”, se reconstruyó en el pedido de elevación a juicio de la causa.

A partir de escuchas teléfonicas, rastreos en las redes sociales y seguimientos en la calle, el 5 de noviembre de 2019 la División Antidrogas Rosario de Policía Federal allanó once domicilios en barrio Martin, Echesortu y la zona sur de Rosario, en la ciudad de Funes y en dos celdas de la cárcel de Piñero, en el marco del operativo bautizado Coronas Blancas, por el sello que llevaban la droga.

En Castellanos al 900 secuestraron ocho kilos y medio de cocaína distribuidos en panes que se sumaron a otros siete incautados el día anterior en la esquina de Amenábar y Avellaneda que estaban en el baúl de un Peugeot 207.

La droga compactada, conocida como ladrillos, estaba identificada con el logo en bajo relieve de una corona que daba cuenta de la calidad de la droga, y fueron incautos unos 12 millones de pesos y 110 mil dólares cuyos fajos fueron exhibidos por el Ministerio de Seguridad de la Nación junto con una visita del entonces jefe de la Federal, Néstor Roncaglia.

Acosta, uno de los imputados, tenía un anillo dorado con el logo de una figura de una corona y otro plateado con la misma imagen de los ladrillos de cocaína secuestrados.

A criterio de la fiscal Saccone se corroboró la existencia de una organización dedicada al tráfico ilícito de estupefacientes y se ha reunido elementos suficientes para que la causa continúe su curso en un juicio oral. Así lo dispuso, en consecuencia, el juez Carlos Vera Barros.

De 27 años y oriundo de Bellavista, Perú, Rodríguez Granthon, apodado Coco o simplemente Peruano, está oficialmente inscripto en Argentina como piloto de avión civil y comercial, y pasó del anonimato a ser un jugador importante dentro del hampa local por la red de contactos que tejió en las calles y dentro del penal de Piñero, donde según detectives del fuero provincial sigue operando. “Es un proveedor que no tiene piedad con quienes le deben: le pagas o morís”, confió un investigador provincial.

Además, el Peruano Rodríguez Granthon se encuentra procesado en otro expediente federal, la causa por la que fue detenido el 14 de junio de 2019, cuando cayó en Fraga y José Ingenieros mientras transportaba en un auto 3 kilos de cocaína por un operativo conocido como Septiembre Blanco que evidenció su conexión con la banda Los Monos, de acuerdo a ese expediente.

Fueron 30 allanamientos ordenados por el juez federal Marcelo Bailaque en Rosario, Funes y Unidades Penitenciarias de Santa Fe y Buenos Aires que derivaron en la detención de una decena de personas y el secuestro de tres kilos de cocaína, entre otros elementos de interés para la causa.

Entre las celdas requisadas figuró la de Ariel Máximo “Guille” Cantero y la de Gustavo “Toro” Martinotti, un ex barrabrava de Central del barrio 7 de Septiembre al que vincularon en una época con el líder de Los Monos, aunque luego se dijo que algo en ese vínculo se había roto.

En el fuero provincial, el Peruano Rodríguez Granthon está en la mira de los investigadores de homicidios por la causa del pastor evangélico Trasante, ya que, según ese legajo, comparte pabellón con personas sospechadas de gestionar la compra del Peugeot 308 utilizado para cometer el crimen y antes de ser allanado destruyó su teléfono celular con supuesta intención de evitar un peritaje sobre el aparato.

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