Edición Impresa

Pobreza y violencia

Piden perpetua para una pareja por la muerte de un niño

La víctima tenía 3 años y fue asesinada a golpes. Murió en abril de 2015 en el hospital Roque Sáenz Peña.


Ian tenía 3 años cuando llegó al Hospital Roque Sáenz Peña una madrugada de abril de 2015. Su pequeño cuerpo llevaba impresa la violencia que ejercieron sobre su humanidad. La autopsia no pudo determinar cuál fue el golpe fatal ya que una falla multiorgánica por politraumatismos varios lo llevó a la muerte. En su cuerpo se comprobaron lesiones de antigua, media y reciente data –incluso quemaduras de cigarrillos– que demostraron el calvario que vivió el niño. La foto del cuerpo golpeado sobre un chapón de aluminio en la audiencia oral que inició ayer mostró en su máxima expresión la crueldad ejercida sobre este pequeño, lo que llevó a algunas personas del público a quitar la mirada de la pantalla que la reprodujo. Pobreza, muerte y violencia marcaron los escasos años de esta víctima que no tuvo ninguna oportunidad. Su madre y la pareja de ésta están sentados en el banquillo de los acusados. Ambas defensas descargaron culpas sobre el otro imputado y pidieron la absolución de sus defendidos, mientras que la Fiscalía sostuvo la participación de ambos en el maltrato que llevó a Ian a la muerte.

El fiscal solicitó la pena de prisión perpetua para el dúo por homicidio calificado por alevosía y ensañamiento; para la madre además sumó la calificante del vínculo que los unía. El juicio es presidido por  los jueces Juan Carlos Vienna, Gustavo Pérez de Urrechu y José Luis Suárez.

Cerca de las 3 del 22 de abril de 2015 Ian Almada fue golpeado salvajemente. La pareja de su madre salió de la casilla donde se encontraban y corrió con el niño en brazos hasta Ayacucho al 2700. Allí detuvo una ambulancia privada que trasladó a la víctima hasta el Hospital Roque Sáez Peña donde llegó sin vida. Su madre y su pareja, identificados como Ayelén Salva y Marcos Leandro Carbonel, fueron detenidos en el  hospital.

Ayer inició un juicio oral en contra de la pareja donde el fiscal Adrián Spelta detalló este tortuoso homicidio que tiene como víctima a un niño de 3 años. Resaltó el sufrimiento al que fue sometido por parte de su madre y su padrastro. Sostuvo que el maltrato de Ian fue sostenido en el tiempo y describió el cuadro en el que se crió la víctima.

Cuando Ian tenía 5 meses su padre se suicidó frente a su familia y fue el blanco de los golpes de su madre, circunstancia que recrudeció cuando ésta se fue a vivir con su nueva pareja. En los dos meses que duró la convivencia la situación de la víctima se potenció con la complicidad de Carbonel, refirió. Spelta sostuvo que ese último período ambos lo maltrataban y golpeaban, hasta llegaron a quemarlo con cigarrillos. El fiscal refirió que durante el juicio se conocerán testimonios de la indiferencia, la desatención y la violencia ejercida sobre un niño que caminaba casi desnudo por los pasillos de la villa donde vivía.

El funcionario refirió que la autopsia no pudo determinar cuál de las innumerables lesiones que presentaba el cuerpo de la víctima le causó la muerte aunque sí postulo que el deceso se produjo por el cúmulo de ellas. Refirió que la familia de los imputados habla de malos tratos aunque cada parte deslinda culpas sobre el otro y solicitó la pena de prisión perpetua para ambos por el delito de homicidio calificado por alevosía y ensañamiento mientras que a la madre le sumó el agravante del vínculo que la unía a la víctima.

Echarse culpas

Por su parte las defensas públicas de ambos imputados tuvieron una estrategia similar: deslindar responsabilidades sobre el otro. La defensora Adriana Lucero refirió que su pupilo Carbonel no participó del crimen. Afirmó que su defendido vivía con sus padres y comenzó a levantarse una casilla en un pasillo ubicado en Ayacucho al 6700 donde conoció a Salva. Que tras una discusión con su hermano la mujer quedó en la calle y Carbonel le ofreció la vivienda para que estuviera con su hijo. Sostuvo que la convivencia duró entre 10 y 15 días.

En cuanto a la madrugada del crimen afirmó que su cliente estaba por irse cuando la mujer le pidió que se quedara. Cerca de las tres se despertó y “comenzó a ver el horror” sostuvo Lucero. La defensora refirió que Carbonel fue testigo de los golpes que le propinaba la madre al niño. Entonces lo socorrió y lo llevó hasta la avenida donde detuvo una ambulancia. Sostuvo que el niño presentaba golpes de vieja data, que era golpeado con antelación por su madre y solicitó la absolución.

Por su parte el defensor Iván Russo sostuvo que Salva es una madre joven, emprendedora y valiente a pesar del entorno de vulnerabilidad que la rodeaba. Afirmó que crió a su hijo en un hogar humilde, en un barrio estigmatizado y siempre luchó por salir adelante. Refirió que la mujer fue víctima de violencia de género a manos de Carbonel durante los 3 o 4 meses que convivieron y agregó que la muerte de Ian no se produjo por ninguna agresión de la madre; al contrario, resultó lesionada al intentar evitar los golpes al niño.

“Me contaba que le pegaba”

Durante la audiencia Carbonel decidió declarar. Dijo que no lo hizo antes por temor ya que su familia fue amenazada por allegados a la coimputada. Afirmó que desde que la conoció su vida fue de mal en peor. Refirió que Salva le contaba cosas que no pueden salir de la boca de una mujer. A modo de ejemplo dijo que hizo que su marido se matara porque la había engañado con otra y le dijo que un día iba a matar a su hijo porque le hacía acordar a su marido, aseguró. Sostuvo que no tenía pensado juntarse, que le ofreció lugar cuando su hermano la echó. Dijo que estuvo dos semanas con la mujer y que el niño le contaba que le pegaba con un rebenque o una madera de un cajón de verdura, que no le daba de comer y cuando le preguntaba Salva le decía que estaba empachado.

“Yo nunca pensé que ella iba a terminar matando a su hijo en mi casa y delante de mis ojos” refirió. Sostuvo que esa madrugada se levantó a las 3 y la mujer estaba parada en el pasillo. Le dijo que esperaba que Ian vaya al baño. Y observó que la mujer con una mano lo levantaba y con la otra le pegaba en la cabeza, la panza y la espalda, “Estaba como alicaído, lo saco, lo mojo y estaba como desmayado. Salí con el nene y no había nadie. Fui a la avenida y paré la ambulancia”, declaró. La mujer fue detrás de él y  le pidió que no la dejara; una vez en el vehículo le dijo: “Ahora vas a ver, te vas a quedar en cana”. El juicio continuará hoy.

Comentarios