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Reflexiones

Petróleo: baja del precio genera interrogantes

La baja en la cotización internacional del petróleo de alrededor de un 25 por ciento desde su pico en junio pasado multiplicó en las últimas semanas análisis y pronósticos sobre el impacto económico y político a nivel global de este nuevo escenario.


La baja en la cotización internacional del petróleo de alrededor de un 25 por ciento desde su pico en junio pasado multiplicó en las últimas semanas análisis y pronósticos sobre el impacto económico y político a nivel global de este nuevo escenario. ¿Cuáles son algunos de esos principales planteos?

La mesa editorial de The New York Times trazó hace algunos días un primer panorama de ganadores y perdedores: así, el nuevo escenario es “malo” para los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), que en nuestro continente integran Venezuela y Ecuador.

Para el diario norteamericano, en una situación aún peor quedan Rusia e Irán, ya que enfrentan también sanciones estadounidenses y europeas.

Entre los “perdedores” también puede ubicarse al medio ambiente: “Petróleo más barato significa menos incentivos para desarrollar fuentes de energía alternativas y menos carbón-intensivas”.

La clave de la interpretación parece ser que si bien los países de la Opep se ven perjudicados, de la nueva situación sale indemne Arabia Saudita –por lejos el mayor jugador de ese club–.

“Arabia Saudita tiene amplias reservas de dinero en efectivo para aguantar una caída en sus ingresos, no muestra inclinación a reducir sus niveles de producción y parece preferir poner en aprietos a sus rivales geopolíticos en Irán y Rusia”, explicó.

Esta semana, la agencia Reuters dio a conocer supuestas internas entre los países de la Opep.

Según la versión, Arabia Saudita habría dejado trascender que no tiene problemas con mantener un precio más bajo del petróleo, mientras que Venezuela exigió recortes en la producción para sostener las cotizaciones.

The New York Times, en ese contexto, evaluó que para los Estados Unidos, el resultado del nuevo escenario es “mixto”: se podría volver más lenta la producción de gas y petróleo no convencional –tema que preocupa a la Argentina por su apuesta en Vaca Muerta–, aunque también hay un lado positivo por la reducción de costos para consumidores, comercio e industria –cuestión que también puede beneficiar a algunos países al sur del Río Bravo–.

La revista The Economist también hizo una evaluación, mediante la división entre países que principalmente son consumidores y otros que se dedican a producir petróleo.

Para los consumidores, la caída en los precios ofrece “espacio presupuestario”: los subsidios a la energía alcanzan “niveles escandalosos en muchos países en desarrollo –20 por ciento del gasto público en Indonesia y 14 por ciento en India, por ejemplo–.

“Precios más bajos le dan a los gobiernos la oportunidad de gastar el dinero de manera más productiva o devolverlo a los contribuyentes. Esta semana, India lideró ese camino al anunciar el fin a los subsidios al diésel. Otros deberían seguir al presidente Narendra Modi”, recomendó The Economist.

Del lado de los perdedores, la revista ubicó a los gobiernos que han usado las ganancias petroleras para “llevar adelante políticas exteriores agresivas” y en ese lugar ubicó a Venezuela, Irán y Rusia.

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