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Perspectivas de la intervención estatal

La historiadora Mirta Z. Lobato reflexiona acerca de la compilación de materiales de diversos autores que llevó a cabo sobre la historia de la ingerencia de los gobiernos, a través de sus instituciones laborales, sobre el universo del trabajo.


HISTORIA
La sociedad del trabajo. Las instituciones laborales en la Argentina (1900-1955)
Mirta Z. Lobato y Juan Suriano (compiladores)
Edhasa / 368 páginas

El peronismo se presenta como un importante umbral en la historia argentina que, en muchos casos, hace difícil pensar y observar lo que sucedió antes. Si se aborda la cuestión del trabajo y la regulación por parte del Estado, el pasado se hace más penumbroso. Sin embargo, los historiadores Mirta Zaída Lobato y Juan Suriano se lanzaron a la tarea de rastrear la ingerencia gubernamental en el mundo del trabajo. En su libro La sociedad del trabajo. Las instituciones laborales en la Argentina (1900-1955), los investigadores compilaron una serie de trabajos que abordan distintas perspectivas que tienen como eje la relación del Estado y su inserción en el ambiente laboral.
Mirta Lobato pasó por Rosario invitada por el Instituto de Educación Superior Nº 28 “Olga Cossettini”, en particular por las profesoras María Pía Martín y Laura Pasquali, para colaborar en el “Proyecto de investigación Género, Memoria e Identidad: Historias de las trabajadoras de la carne del Swift Rosario”, en el marco del Programa de Apoyo y Estímulo a proyectos de investigación entre los Institutos de Educación Superior provincial y el sistema científico radicado en el territorio provincial. La investigadora en temas sociales también brindó una conferencia sobre esta misma temática. En una entrevista con El Ciudadano, Lobato reflexionó sobre el rol del Estado y dilucidó los pormenores de su texto, sobre todo a partir de la historia, el entramado y la conformación de oficinas de regulación estatales.
—¿Por qué es interesante estudiar a las instituciones del Estado conformadas para regular el trabajo?
—Es interesante e importante estudiar las instituciones del Estado (en cualquiera de sus niveles: municipal, provincial y nacional) porque esas instituciones regulan e intervienen activamente en nuestra vida cotidiana. En particular, los organismos del Estado en materia laboral regulan las relaciones entre trabajadores y empresarios e intervienen activamente en temas salariales, en las condiciones de vida y de trabajo, y también en las protestas. De hecho, actualmente se está discutiendo qué rol tiene el Estado cuando diferentes actores sociales, económicos y políticos ocupan los espacios públicos.
—¿Dichas instituciones fueron puestas en marcha para controlar o contrarrestar los reclamos obreros?
—Cualquiera de los organismos del Estado surgieron y se conformaron dentro de la densa, compleja y heterodoxa trama de relaciones en la que se combinan problemas políticos, mediaciones burocráticas, intervenciones profesionales e ideas en circulación. Pero en el caso de las instituciones ligadas al mundo del trabajo debe agregarse la conflictividad social y laboral, la protesta, los reclamos y los conflictos. El Departamento Nacional del Trabajo creado en 1907 tenía múltiples objetivos aunque muchos de ellos pueden sintetizarse en el lema de “conocer para legislar”. Esos objetivos fueron cambiando a lo largo del tiempo cuando se produjo un proceso de centralización de funciones tanto en la Secretaría de Trabajo y Previsión, creada en 1943, como en el Ministerio de Trabajo, creado en 1949. Estos organismos fueron modificando los objetivos iniciales del original del Departamento de Trabajo. Esas transformaciones llevaron a un mayor control de las organizaciones obreras y a una pérdida de atribuciones por parte de las provincias. Al mismo tiempo ello implicó un mayor reconocimiento de las propias organizaciones sindicales y de sus demandas y la formación de una justicia laboral. De manera que vale la pena recordar que los procesos históricos, como la vida misma, no son unidireccionales. El estudio de las instituciones del Estado pone en la mesa de discusión el carácter complejo de organismos que no existían, que debieron crearse, organizarse, especializarse y que, de algún modo, tuvieron que construir el reconocimiento de su intervención y autoridad tanto por parte de los trabajadores como de los empresarios. También pone en discusión el tema de los recursos y del uso que se hace de ellos, tanto a nivel nacional como en las provincias.
—¿Qué diferencias van adoptando estas entidades a lo largo de la historia?
—Las diferencias a lo largo del tiempo son importantes aunque también hay líneas de continuidad. Esquemáticamente se podría decir que la etapa del Departamento Nacional del Trabajo (1907-1943) está bajo la impronta del conocimiento. Como dije antes, el lema que sintetizaba sus funciones era conocer para legislar. Con la Secretaría de Trabajo y Previsión (1943-1949) se van organizando los tópicos que luego formarán parte de la cultura política del peronismo, menos producción de conocimientos, mayor centralización de funciones y pérdida de atribuciones de las provincias. En contraposición creció la regulación e intervención del Estado nacional en los conflictos laborales. Ya con la creación del Ministerio de Trabajo en 1949, que con algunos cambios de nombre permanece hasta hoy, es claramente visible la constitucionalización del derecho laboral.
—A partir del estudio de estas instituciones, ¿qué cosas descubrieron de la historia de los trabajadores y de la Argentina en general?
—Más que sobre la historia de los trabajadores hemos pensado al Estado mismo y a su intervención en el mundo laboral. A partir de este libro creemos que se puede profundizar el tema del federalismo y lo que se hacía en cada una de las provincias y en los territorios nacionales, que estaban bajo la autoridad del gobierno nacional. De esta entidad frente a las condiciones de trabajo y de vida, y frente a la situación de las clases trabajadoras. También se puede pensar mejor qué saberes son importantes para ser funcionarios del Estado, y de qué manera se arman las rutinas administrativas que a nuestros ojos resultan agobiantes cuando hay que realizar largos y complicados trámites. Desde el punto de vista historiográfico el libro permite también revisar temas de historia política y sus vínculos con la cuestión social. Muchos de estos problemas están analizados en los capítulos referidos a las situaciones provinciales como Santa Fe, Mendoza, Córdoba o Tucumán. Además nosotros tenemos una idea muy fuerte que sostiene que las instituciones estatales ligadas al mundo del trabajo y de las relaciones laborales están estrechamente relacionadas con los conflictos sociales y laborales. En 1902, un abogado que luego será funcionario del Departamento Nacional del Trabajo, decía: “Fue con los movimientos [huelguísticos] de 1902 cuando la cuestión [social] se nos muestra palpitante a la vista; no porque ella no existiera antes; sus causas son remotas, la cuestión nace cuando ellas se exhiben y los luchadores de las contiendas del capital y del trabajo muestran sus elementos”. Si el conflicto social aparece como un motivador para la formulación de políticas sociales por parte de los gobiernos, la puesta en marcha de esas políticas es más compleja y de todo eso habla este libro.

Federalismo, análisis y características

La sociedad del trabajo. Las instituciones laborales en la Argentina (1900-1955) es una compilación de trabajos de investigadores sociales que tiene la particularidad de representar varios puntos del país, un aspecto que está en consonancia con el federalismo que descubrió que existía durante la primera mitad del siglo XX en Argentina. “Sí, es importante la ley 1480 (de educación primaria), pero rige en Capital Federal y en territorios nacionales”, aclara Lobato y agrega: “En el caso del Departamento Nacional de Trabajo es igual, tiene jurisdicción en Capital Federal”. Entonces, ¿qué sucedía en las provincias con la reglamentación del trabajo? Varias respuestas ofrecen Silvana A. Palermo, cuando analiza la huelga ferroviaria de 1917, que tuvo resonancia desde Rosario; o Alejandra Landaburu, quien analiza los conflictos obreros en Tucumán. Otro tanto agrega Laura Caruso cuando estudia las huelgas marítimas en Mar del Plata. Bajo el título “La institucionalización del conflicto en Santa Fe”, Susana Piazzesi observa el desarrollo y desenvolvimiento del Departamento Provincial de Trabajo, que fue creado en nuestra provincia en 1927. Se suman a estos trabajos los de Mariana Garzón Rogé, María Ullivari, María José Ortiz Bergia, Mariela Rubinzal, Hernán González Bollo, Enrique Mases, Karina Inés Ramacciotti y María Paula Luciani. Este grupo indaga en el pasado de las provincias de Mendoza y  Córdoba; así como en otros aspectos que complejizaron el pasado de las instituciones estatales ligadas al trabajo en nuestro país.

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