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Newell’s 0 – Central 1

Pasión e incidentes en el Coloso

Los hinchas pusieron el color, aunque en el final la furia por la derrota empañó el espectáculo.


Color y música. Delirio e ilusión. Locura y vergüenza. La fiesta deportiva más importante de la ciudad volvió a tener de todo un poco. Positivo y negativo. Es que muchos de los miles de hinchas leprosos que llenaron el Coloso Marcelo Bielsa volvieron a ser víctimas de ese grupito de violentos de siempre que al final del encuentro logró salirse nuevamente con la suya para empañar lo que hasta ese momento había sido un espectáculo realmente maravilloso.

Corridas, piedrazos, policías a los tiros, alrededor de once detenidos y al menos cinco efectivos de seguridad heridos fue el saldo que dejaron los lamentables incidentes que se registraron en los alrededores del estadio tras el triunfo de Central dentro del campo de juego, ahí donde los dirigidos por Lucas Bernardi ofrecieron una pobre imagen y terminaron quedando en deuda con su público.

Un público que acompañó como de costumbre y de entrada le puso un marco impresionante a la previa del partido más trascendental de Rosario, ese que paraliza la ciudad por completo y que pone a todos, fanáticos y desinteresados, simpatizantes o neutrales, en uno u otro bando.

Pero el abrasador calor de semejante comienzo no duró eternamente. Las bengalas se fueron consumiendo, las bolsas de papelitos habían sido arrojadas y muchos ya habían reventado los globos de pura ansiedad conforme las cosas se le complicaban a Newell’s dentro de la cancha. Y así, la euforia inicial fue dando paso a una enorme frustración. Y en algunos casos, a una ira desmedida.

Como ese puñado de delincuentes que se enfrentó con las fuerzas de seguridad en la zona del playón en un intento por colarse a la zona de vestuarios o aquellos que se metieron a la sala de prensa ocasionando algunos destrozos.

En deuda. Así quedó otra vez Rosario en su fiesta más importante. Que empezó de la mejor manera pero terminó de la peor: con los violentos copando nuevamente la parada.

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