El próximo miércoles 20 de agosto, las CGT opositoras de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo realizarán un plenario en el que acordarán la fecha del paro nacional que llevarán a cabo en la última semana de este mes o en la primera de septiembre, para retomar la presión contra el Gobierno por los reclamos no atendidos.
Luego del anuncio la semana pasada desde Bulgaria por dirigentes de sindicatos del transporte, que habían viajado para participar de un congreso mundial de gremios del sector, pasado mañana se realizará un encuentro en la CGT Azopardo, en Capital Federal, donde se prevé la presencia de dirigentes de filiales de todo el país, para fijar la definitiva del paro.
La primera opción que se maneja es realizar una huelga por 24 horas, entre el martes 26 y el jueves 28 de agosto, aunque hay versiones que indican que se evalúa extenderla a 36 o 48 horas o postergar la medida de fuerza para la primer semana de septiembre.
En tanto, la CTA de Micheli convocó por su cuenta a una jornada de paro con cortes de calle y movilización desde la Plaza de Mayo hacia el Congreso para el martes 26, al tiempo que se sumaría a la huelga de las CGT opositoras en caso de que elijan efectuarla en los días posteriores.
“Si la CGT hace el paro el miércoles, nosotros entonces hacemos el paro desde las 12 del martes y terminará siendo una huelga por 36 horas”, detalló el dirigente de la CTA michelista Juan Carlos Matassa.
Voceros de las CGT opositoras adelantaron que ya está definida la adhesión de la mayoría de los gremios del transporte público (maquinistas de trenes de La Fraternidad, colectiveros de UTA y Señaleros, además de Camioneros y varios de los sectores aéreo y marítimo), por lo que los organizadores dan por descontado el éxito y el impacto de la medida de fuerza, especialmente en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
La no actualización del Impuesto a las Ganancias es uno de los principales reclamos del paro, compartido incluso por las centrales más afines a la Casa Rosada, que ya dan por hecho que el Gobierno no anunciará un cambio al respecto en lo que queda del año.
Un dato relevante de la futura huelga es la posibilidad concreta de que se pliegue también el sindicato de Bancarios, que conduce Sergio Palazzo (más del 80% de sus afiliados están afectados por Ganancias), gremio que integró la CGT de Moyano luego de que se produjera la fractura, pero que posteriormente tuvo un acercamiento al Gobierno y decidió retirarse de la central opositora.
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