Por Javier Hernández
“El arte debería interpretar el sistema pero excederlo, no aceptarlo”. La máxima pertenece a Gina Valenti, creadora del 404 Festival Internacional de Arte y Tecnología que esta tarde, en el Espacio Cultural Universitario (San Martín 750), dará el puntapié inicial de una nueva edición, la décima, del encuentro que supo trazar un quiebre a la hora de pensar y cuestionar la realidad desde el arte. La muestra se podrá visitar, con entrada libre y gratuita, desde esta tarde y hasta el sábado, de 10 a 21.
Arte y sistema parecen ser las dos variables que a Valenti le despiertan mayor interés desde hace años pero que, en esta edición, la convocan con mayor ahínco.
“El primer invento del hombre es el ser humano, quien tropezando con el fuego se ha inventado a sí mismo inaugurando su relación con lo que desconoce”, escribe la también artista y licenciada en Bellas Artes en su manifiesto titulado “Reset Art”, que sirve de marco teórico para una de las ediciones más revolucionarias de las que se tenga memoria.
Debatiendo la realidad, el tiempo, el estado actual del arte y el sistema en sentido universal, la nueva edición del 404 se inscribe en lo que su organizadora define como Reset Art, una idea que busca –como posible escapatoria, si se quiere–, tratar de remontarse a los orígenes primarios del hombre para comprender, desde allí, el presente. “Desde ahí parte la propuesta, un manifiesto que tiene que ver con el origen de la interacción”, contó Valenti a El Ciudadano porque, como dijo, “la idea es que el arte viene funcionando como un sistema operativo al mercado y un sistema operativo al sistema”.
Continuación de los manifiestos “El error es creación” e “I=RPM (“Las ideas son revoluciones por minuto)”, “Reset Art” dejará latente una serie de interrogantes: “¿Cuándo el arte dejó de cuestionar al sistema? ¿Cuándo dejó de interpretarlo para aceptarlo si su capacidad consiste en excederlo?”.
“El crear es un acto hereje porque, en definitiva, contradecimos la naturaleza de las religiones que dicen que el hombre es creado por alguien. Lo que yo planteo es que el hombre es una creación del mismo hombre y todo su mundo también”, contó la organizadora.
Con la presencia de reconocidos artistas e investigadores de Alemania, Canadá, China, Colombia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Inglaterra, Japón, Kazajistán, Rusia, Taiwán y Argentina, el Festival 404 reunirá una veintena de obras en diversos soportes como instalaciones robóticas, instalaciones con realidad aumentada, esculturas lúdico-mecánicas, imágenes fijas, videos y animaciones. Pero, además, ofrecerá conferencias, charlas con artistas y visitas guiadas para escolares. A nivel curatorial, Valenti abrió el abanico a una multiplicidad de técnicas, “para poner en jaque lo que significa el adelanto tecnológico. En realidad, vuelvo a plantear lo de siempre: no se presenta una última tecnología que absorba a todas las obras sino que lo que prevalece es el ingenio del que puso la idea por sobre la técnica”, confió.
Recomendación y balance
Para Gina Valenti es importante que quienes se acerquen al ECU no deberán contar con dispositivos tecnológicos para disfrutar lo que allí se exponga porque, según dijo, todo está preparado para que cualquiera que no los tenga pueda ver las obras. “La tecnología no tiene que ser un impedimento, tiene que ser democratizada. Si yo le pido a la gente que traiga un dispositivo para ver esta muestra estaría cayendo en mi propia trampa y restringiéndole la comunicación. Si la tecnología sirve para la comunicación y ella es restringida estamos restringiendo la comunicación”.
“La gente se va feliz del festival”, contó Valenti, quien ostenta una década de dedicación al 404, que lleva estrenadas más de mil obras en diversas disciplinas, que pasó, itinerante, por Austria, Bélgica, España, Italia, Suiza y Taiwan, y que convocó a artistas de casi cincuenta países. Dice también que la búsqueda es compartir, “que uno no esté solo”, y para eso es importante, concluye, “expandir (el festival) como un virus para replicar lo que siento cuando estoy sola en mi laboratorio y pienso que lo que veo debería verlo todo el mundo”.
Cubie Kids es una instalación interactiva creada por Sadam Fujioka que consiste en un sistema de composición con interacciones a modo de rompecabezas. Funciones musicales son asignadas a cada letra del alfabeto lo que posibilita que cada participante pueda componer música respondiendo al orden de las letras. “Cuando lo presento, observo que los niños se sienten realmente involucrados al jugar”, describió el artista.
Las Hysterical Machines son instalaciones robóticas interactivas creadas por Bill Vorn, tienen cuerpo esférico y ocho brazos que poseen sistema sensor, motor y de control que funciona como sistema nervioso autónomo. Las maquinas son accionados por válvulas y cilindros neumáticos. Sensores ultrasónicos les permiten detectar la presencia de humanos y reaccionar ante éstos de acuerdo a la cantidad de estímulos que reciben.
Rosario, ¿bailamos?. Continuación de la instalación interactiva Shanghai, ¿bailamos? que Hsin-Chien Huang presentó en la novena edición del Festival, la obra se propone reeditar aquella utilizando imágenes de Rosario cuyo registro estuvo a cargo del fotógrafo Lucas Casatti. Los que se paren delante de una pantalla y comiencen a moverse, verán que su silueta se transforma en edificios que se desplazan en sincronía con sus movimientos.
Guardianes naturales
El artista rosarino Carlos Ducler presentará esculturas lúdico-mecánicas pertenecientes a su serie “Guardianes naturales” y “Mutantes del Paraná marrón y sus afluentes” con las que invita jugar como niños, “para recordar y recobrar nuestros lugares, valores y buenas costumbres perdidas”, dice. Retrofuturista, su obra representa a seres mitológicos y es creada con técnicas de oficios casi extintos como la relojería y ebanistería.
Supermajor
Del estadounidense Matt Kenyon, Supermajor hace un planteo sobre la domesticación de los combustibles fósiles para uso doméstico. La instalación exhibe un fenómeno inexplicable: de un anaquel con latas de aceite, una de ellas tiene una fisura visible por la cual el líquido fluye, pero lo que ocurrirá es que éste no fluye hacia fuera de la lata sino, por el contrario, parece volver gota a gota y lentamente hacia adentro de ella.
Un salto en la oscuridad
De los estadounidenses Haylee Bolinger y Muharrem Yildirim, esta obra es una instalación audiovisual interactiva donde el acto de saltar en un trampolín se ve aumentado por la retroalimentación sonora y visual. A medida que se salta, los mínimos cambios que ocurren sobre la superficie de la cama elástica son detectados y la información se utiliza para crear una animación proyectada por mapeo en la superficie circundante.
Quiene es “Renti”
La inauguración del festival que se realizará hoy, a las 19.30, estará encabezada por Renti, un holograma de la organizadora del evento, Gina Valenti, que co-conducirá la presentación. “Renti es un archivo borrado que ha logrado quebrar las leyes de la Papelera de Reciclaje de forma misteriosa y parece rehusarse a ser desechada de modo permanente. Así, comienza a construir su propio mundo a partir de los archivos que la rodean, es decir, los que como ella han sido borrados y constituyen sus únicas referencias. Pero Renti nunca puede pasar demasiado tiempo junto a los mismos archivos porque luego de cierto período éstos son eliminados”, se describe en el programa que acompaña el lanzamiento del 404.
Y a modo de cierre concluye: “Por tal motivo es que debe reunirlos y elegir la forma de sujetarlos a ella para que pasen desapercibidos ante el inevitable destino que les espera en el sistema”.
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