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Para Buscaglia, “la esencia de uno es inalterable”

El músico uruguayo Martín Buscaglia, uno de los nombres destacados de la nueva canción del Río de la Plata, desembarca en el Gran Salón de Plataforma Lavardén con "Somos libres", álbum grabado en vivo en Buenos Aires.


El músico uruguayo Martín Buscaglia, uno de los nombres destacados de la nueva canción del Río de la Plata, desembarcará esta noche, a partir de las 21.30, en el Gran Salón de la Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) con Somos libres, su nuevo trabajo discográfico.
En esta oportunidad, según se adelanta, el músico sorprende con un álbum sólo de guitarra y voz grabado en vivo durante cuatro conciertos realizados en Buenos Aires en junio del año pasado. Somos libres incluye otros temas inéditos y ofrece la versión más despojada del artista.
Con cinco discos editados como solista, Buscaglia se encuentra en plena actividad y llega a Rosario en el marco de una gira que también incluye La Plata y Buenos Aires después de dos semanas en Madrid donde estuvo grabando videos (uno dirigido por Isaki Lacuesta y otro por Albert Plá) para el lanzamiento en España de El veneno indomable, el disco ya editado en la Argentina que grabó en colaboración con el gran Kiko Veneno.
“Todo lo que se genera con una banda electrificada o con diversos instrumentos y artilugios, continúa manifestándose al tocar solo y desenchufado. La esencia de uno es inalterable. Al final, pareciera que se trata de salir hacia otros lares, para descubrirse a sí mismo por sorpresa en un recodo del camino”, señaló Buscaglia en charla que mantuvo con la agencia de noticias Télam, hablando sobre el formato mínimo y casi artesanal que utilizó en Somos libres.
“Por otra parte –agregó–, la guitarra es un instrumento que conozco de toda la vida; en ese sentido, no es una novedad sino una relación íntima que ahora hacemos más pública”.
Autor de trabajos como Ir y volver e ir, El evangelio según mi jardinero y Temporada de conejos, entre otros, Buscaglia precisó: “Ningún método o formato es mejor o más pertinente que otro a priori, lo que importa es otra cosa, surja donde surja”.
Y respecto de la canción, remarcó que priorizarla no es algo que le interese “de modo talibán”.
“También puede ser bello deconstruirla, dinamitarla u olvidarse de ella, que de todos modos no nos necesita. Lo primero es la música y todo lo que despliega, que en mi caso suele darse en forma cancionera”, precisó.
Hijo dilecto del candombe beat, con una herencia que reconoce como propia en Eduardo Mateo, Hugo y Osvaldo Fattoruso, Urbano Moraes, Rubén Rada y su propio padre, Horacio (integrante de Kinto y pareja creativa de Mateo en muchas canciones), Buscaglia cuenta que el disco se hizo con una mezcla natural donde se registra la presencia del público que estaba en la sala.
“Está mezclado fuerte o, más bien, natural, del modo en que yo oía al público, que en esas noches estuvo muy cercano, no solo, literalmente”, sostuve.
“El sonido de la gente es al show en vivo lo que el sonido a fritanga a los discos de vinilo”, destacó el músico.
La muy bella “Visionarios”, “Altas horas”, que hizo a dúo con Nicolás Ibarburu una noche en Buenos Aires; “De tan libre”, de Alberto Wolf; “Todos somos raros”, que Buscaglia hizo con Kiko Veneno, y “Camiones”, de su padre y Eduardo Mateo, son algunas de las canciones que el músico cantó en esa noche de Vinilo y que quedaron en el disco registradas por el fallecido Osqui Amante.
“Lo cotidiano y la creación son inextricables. Soy la misma persona componiendo que haciendo cualquier otra cosa. Eso sí, la intensidad concentración y reflejos que se mueven sobre un escenario no son necesariamente aplicables a otros órdenes de la existencia”, contestó Buscaglia, consultado sobre su modo de registrar marcas y situaciones de todos los días en sus canciones junto con apuestas poéticas diversas.

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