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32 edición de la fiesta nacional del teatro

Panorama profuso y alentador


Las poéticas asociadas a las provincias centrales, entiéndase por tal a las que rodean a Buenos Aires, siguen siendo las que llegan a la Fiesta Nacional del Teatro, que cerró su 32ª edición en Mendoza tras la presentación de Perros de la belleza, espectáculo teatral-musical de La Joven Guarrior, con dirección de Juan Parodi, con trabajos que parecieran cubrir las expectativas de la mayoría, incluyendo dentro de esa “mayoría” no sólo al público, sino particularmente a los jurados de selección, prensa y críticos especializados en la materia.

De este modo, de la vastedad de poéticas, con sus arbitrariedades y desniveles históricos, que conviven en el panorama teatral argentino actual, donde la centralidad del país sigue aportando y algunas provincias por fuera de esa centralidad, inquietando con sus estéticas renovadas, el recorte que propone la Fiesta Nacional sirve para pensar cuáles son las virtudes del mismo modo que las carencias de la escena nacional independiente que, claramente, no lo es del Estado, que en este caso no sólo financió el encuentro que se extendió desde el viernes 19 hasta ayer, sino que cada uno de los elencos concreta sus montajes, quizás también junto a otros aportes, gracias al apoyo de los subsidios que año tras año otorga el Instituto Nacional del Teatro (INT), cuya ley de creación está cumpliendo por estos días sus primeros veinte años.

“Gurisa”, dirigida por el talentoso actor, director y clown Toto Castiñeiras.

Así lo demostraron a lo largo de una vasta grilla que reunió 32 espectáculos y por orden de aparición, montajes tales como Volver a Madryn, de Rodrigo Cuesta, de la ciudad de Córdoba, acerca de tres personajes que se disponen en escena a remontar una y otra vez un suceso que cambió sus vidas en un pueblo costero donde nada pasa, del mismo modo que Nenúfares. Un espectáculo puto, de Sergio Abbate y Pablo Tibalt, montaje creado a partir del universo de Copi, que llegó de la ciudad de Santa Fe y que, junto con el elogiado trabajo rosarino Laurita tiene muchas cosas que hacer, ficción autobiográfica de Laura Copello y Ricardo Arias, pusieron en lo más alto a la producción de la provincia por sus incuestionables puestas en escena, actuaciones y búsquedas poéticas.

Amor sin tiempo

Quiero decir te amo, la fructífera reunión del premiado dramaturgo Mariano Tenconi Blanco y de Juan Parodi (Mau Mau o la tercera parte de la noche, Rosa brillando) como director invitado del grupo Humo Negro de San Martín de Los Andes, se posiciona en lo más alto de los montajes presentados en la fiesta. Con las poéticas y elaboradas actuaciones de Jorgelina Balsa y Clara Miglioni, la obra pone en tensión en un espacio-tiempo que responde a la impronta literaria de Manuel Puig, a dos mujeres que de modo casual encuentran el amor. Refugiadas en la escritura y la ficción como un modo de salvación, algo que marca la propuesta dramatúrgica del autor de La Fiera, el material conjuga en ese espacio poético una especie de máxima que aparece como referencial y que sostiene que “el mundo real no está preparado para el amor”.

Bello periplo

Con El Cruce, bajo la dirección de Gabriela Trevisani, a partir del cuento homónimo del misionero Sebastián Borkoski, además de fragmentos de algunos de los relatos de Horacio Quiroga con los que la obra de Borkoski pareciera dialogar, el emblemático grupo Teatro del Bardo, de Paraná (Entre Ríos), creado en 1999, dijo presente en la Fiesta Nacional. Se trata de un espectáculo despojado, apoyado singularmente en las estupendas actuaciones de Juan Kohner, Toño López y Andrés Main, con Valeria Folini como dramaturgista, que relata el periplo de tres hermanos, Berger, Francis y Paulo, en un recorrido en el que desde el humor no le escapan al horror y a la tragedia, atravesados por una estética asociada a la Comedia del Arte en el contexto de una multiplicidad de recursos entre los que brillan el uso de instrumentos especialmente creados para la ocasión.

Crítica a la legitimación

También en el contexto de la fiesta irrumpieron algunas sorpresas como es el caso de Ud. está siendo interpretado por Luis María Carnicetti, de Leandro Menéndez, que llegó al encuentro desde el Conurbano Sur de la provincia de Buenos Aires. El grupo Ceta Teatro arremete con inusitado efecto sobre el poder de los medios de comunicación, en particular la televisión, y posa su mirada en la idiotización que supone todo aquello que los discursos televisivos parecieran legitimar, en particular, un presente socio-político fuertemente atravesado por esa variable. Leandro Menéndez, acompañado en escena por el músico Federico Meier, bajo la dirección y puesta en escena de Santos Gabriel Raso, consigue momentos verdaderamente formidables en su devenir, donde interpreta a un singular presentador de noticias o a un rugbier que muestra los resultados de su singular dieta, entre otros personajes.

Violencia de género

Resulta muy interesante ver cómo algunas provincias llegan a la fiesta resignificando, en un contexto poético-politico como el que encierra el teatro, algunas de sus problemáticas estructurales. Tal es el caso de Akllasumaq: la elegida por su belleza, de Diego López, con las actuaciones de María Eva Ferreira, Telma Jeréz, Mariana Enriquez y Rosalía Rodríguez Yonson, con textos surgidos de la improvisación y poemas de Rosa Machado, que trabaja desde lo antropológico acerca de la problemática de la violencia de género y los femicidios en Salta. Resuelto de una manera ingeniosa, y repasando algunos de los rituales que constituyen y edifican aún hoy el pensamiento y la violencia machista, el material se interroga acerca de cómo se lo encara desde lo colectivo y atraviesa algunos pasajes que si bien rozan lo panfletario, se vuelven un gran hallazgo sobre todo en un tiempo donde es imprescindible que la problemática aparezca, también, en la escena.

Clásico de Loza

Nada del amor me produce envidia, de Santiago Loza, llegó esta vez a la fiesta de la mano del grupo La Neutra, de provincia de Buenos Aires, con la elocuente actuación de Gabriela Pérez Cubas y dirección de Marcela Juárez. Se trata de un monólogo conocido por la versión que en su momento estrenó la dupla integrada por la actriz María Merlino y el director Diego Lerman, que instaló una forma y una impronta en relación al material. Sin embargo, este equipo sale airoso del desafío de confrontar aquella versión para poner en escena una lectura propia y personal del bello y desafiante texto de Loza, que relata la disyuntiva de una costurera que en los años 50 se debate entre darle un vestido que ha confeccionado a Eva Perón o a Libertad Lamarque, rivales históricas, y ambas interesadas en esa bella pieza, lo que se vuelve una excusa para mostrar el mundo gris de esta mujer que frente a la demanda tomará una decisión sin vuelta atrás.

Mujeres de la tierra

Con Gurisa, el talentoso actor, director y clown marplatense Toto Castiñeiras, referente del Cirque du Soleil, dirige en Buenos Aires a un equipo de talentosos actores que si bien residen en Caba, llegaron a esa ciudad desde distintos puntos del país y el exterior. Se trata de un ensayo sobre la resistencia del cuerpo de un grupo de mujeres encarnadas por hombres, en la Pampa Argentina a instancias del paso de la Conquista del Desierto. Material singularizado por un modo personalísimo de entender y atravesar el relato entre el danza y el teatro, apoyado por un potente vestuario y un modo único de entender el uso de la luz, Gurisa se inscribe en lo más alto de la escena argentina contemporánea no sólo por su bella y desafiante manera de parodiar un romance, sino porque además propone una nueva manera de poner en escena la gauchesca, donde resuenan bellamente La Cautiva, de Esteban Echeverría o La Intrusa, de Borges, entre otros textos.

Más teatro

Entre otras propuestas destacables aparecen La Revoluta, de Diego de Miguel, a cargo del grupo Viejo Almacén El obrero, de la provincia de Buenos Aires, con dirección de Diego de Miguel, acerca de un grupo de afiebrados militantes en los años 70 ante la muerte de su líder; Barroco americano, de Alberto Moreno, por el grupo La Corredera de Catamarca, una especie de absurdo apocalíptico sobre el mundo contemporáneo, o la presentación del sábado último de la murga La Traficante, de Formosa, con dirección de Alejandro Risso. También, El Edipo, una disparatada versión de la tragedia clásica de Sófocles en “tono de infantil”, bajo la dirección de Natacha Saez, de San Juan, al frente de Lanotannegra Taller.

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