El pánico se apoderó del centro de Londres luego de que un helicóptero se estrelló contra una grúa, provocando la muerte a dos personas y heridas a otras 11. Una de ellas fue internada en grave estado. Según confirmó Scotland Yard, los muertos son el piloto y su acompañante.
El temor de que pudiera tratarse de un atentado terrorista se mantuvo durante largos minutos, aunque esa posibilidad más tarde fue descartada.
La Brigada de bomberos de la capital británica señaló que recibió numerosas llamadas de emergencia sobre el accidente ocurrido por la mañana cerca del río Támesis, en pleno centro de Londres.
El incidente se produjo cuando el helicóptero colisionó contra una grúa ubicada en el edificio St George Wharf Tower de Vauxhall en medio de una espesa niebla en la ciudad, y luego se desplomó en llamas a la calle.
El fuego de la colisión provocó una columna de humo negro que se veía por todo Londres. Unos 60 bomberos fueron desplegados a la zona para aplacar las llamas, que provocaron un caos vehicular en plena hora de mayor tráfico en Londres.
Sherna Noah, una británica que pasaba por el lugar, contó a la BBC que escuchó una explosión y luego vio la columna de humo.
“Estaba cruzando un puente aledaño cuando escuchamos el ruido y vimos el humo negro salir de un costado de los edificios”, contó.
Tras el incidente, que también provocó daños en un costado del edificio, la avenida Wandsworth Road fue cerrada, como también la estación de metro cercana de Vauxhall.
En el lugar del hecho se encontraba la parlamentaria Nicky Morgan, quien presenció la colisión.
“Caminaba hacia la estación de metro de Vauxhall desde el Palacio de Lambeth “, contó la legisladora. “De repente escuché un estruendo enorme, y creí que algo había explotado. Luego vi la columna de humo negro que salía del lugar. De inmediato me comunicaron que un helicóptero había chocado contra una grúa de un edificio, en medio de muy mala visibilidad”, agregó.
Otros testigos dijeron que cuando el helicóptero se desplomó en llamas, cayó cerca de dos vehículos, aunque se desconoce si sus conductores resultaron heridos.
Luego del hecho, Scotland Yard informó que descartaba que se tratara de un atentado terrorista.
Londres fue blanco de un ataque suicida el 7 de julio de 2005, cuando cuatro personas detonaron sus mochilas cargadas con explosivos en tres vagones del metro y un autobús de la ciudad, provocando la muerte de 54 personas y heridas a más de 700.
Esos fueron los actos de terrorismo más sangrientos en el Reino Unido desde la muerte de 270 personas en el atentado de Lockerbie (Escocia) en 1988, y los más mortíferos en Londres desde la Segunda Guerra Mundial.
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