Cultura

Amplio espectro de exploración femenina

Ocho autoras rosarinas convergen en “Desnudeces”

El trabajo será presentado este jueves 19 a las 19, en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080), y contará con la participación de las escritoras participantes.


“Gradualmente asistimos a estas desnudeces, el exhibir lo que se recubre, donde cada cuento nos permite también a nosotros, los lectores, desprendernos y apartarnos del ropaje diario para discernir los senderos de sus palabras”, afirma Magdalena Aliau en el prólogo al conjunto de cuentos escritos por ocho mujeres rosarinas. Diana Luz Bravi, Egle Frattoni Romano, Ada Gil, Angélica Gorodischer, María Gutiérrez, Lili Muñoz, Jorgelina Paladini e Inés Santa Cruz son las autoras de Desnudeces (Editorial Laborde, 2016, 160 páginas) un libro que propone un amplio espectro de exploración femenina. El trabajo será presentado este jueves 19 a las 19, en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080), y contará con la participación de las escritoras participantes.

Diana Bravi abre el libro con un relato sencillo sobre una mujer en el norte argentino. Aurora, la protagonista, mezcla su ser entre Tilcara y sus propios valles. La geografía y las costumbres son los elementos, entre otros, que Bravi elabora para contar su primer relato.  La escritora Egle Frattoni propone con imágenes cotidianas, de barrio, de esquinas de Rosario, de personajes rosarinos. Se trata de dos relatos sobre la relación entre jóvenes, y la de una madre y una niña enferma.

Ada Gil, a través de su historia, se mete en la piel de Helga, una joven en el Gueto de Varsovia. “Helga sabe” muchas cosas sobre, principalmente, la existencia de un hombre y de su destino final en Treblinka. En su segundo relato, la autora elige introducirse en la piel de una viajera, en un viaje que puede ser mental, un viaje a  los “misterios orientales”.

La reconocida Angélica Gorodischer también forma parte del colectivo de mujeres con su cuento “Adsum”. Su propuesta “está presente con una llamativa protagonista que, como un personaje de Virginia Woolf, atraviesa el tiempo”, afirma Aliau.

María Gutiérrez escribe “Estenia”, donde recrea el sepelio de una mujer ligada al mar, a los pescadores, y sus sensaciones dentro del ataúd. Gutiérrez también propone la historia de una “pasión amorosa que despoja y reaparece a modo de un fantasma…”.

Lilí Muñoz, según Aliau, “desmenuza los oficios que, a manera de flotadores, creamos los seres humanos en el dilema trágico de nuestras elecciones…”.  Jorgelina Paladini “retrata a un hombre viejo y su historia, esos seres que a veces llaman nuestra atención al verlos pasar y desaparecen con su mundo…”, describe el prólogo.

Por último, Inés Santa Cruz reflexiona sobre los sucesos de 1935 en Barranca Yaco, cuando asesinaron a Facundo Quiroga y elige como tópicos de abordaje “la violencia, el miedo y lo azaroso de la historia”.

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