“El único lugar que tiene tierra firme en este momento es la escuela, porque está en un terreno elevado. Es por eso que estamos ofreciendo las instalaciones para que sean usadas como centro de operaciones, porque es el referente de la comunidad. No habiendo un club o una vecinal, es el centro de la actividad social en esta zona de la isla”, describía ayer Rubén Ferreyra, director de la escuela de la isla del Espinillo.
Precisamente ayer, el centro educativo, que lleva el número 1139 y el nombre de “Marcos Sastre” fue el escenario de reunión de autoridades de Protección Civil, el Sies y otros funcionarios para evaluar la situación de la creciente del Paraná. Es que aunque la altura del río ya viene retrocediendo considerablemente en el norte –frente a las costas misioneras y correntinas bajó medio metro en los últimos 15 días– la onda todavía no llegó al sur. En Rosario, con una cota de 4,96, el agua estaba a 4 centímetros del nivel de alerta, y en la zona de islas ya 20 familias debieron autoevacuarse al llegar el agua a sus casas.
A la escuela Marcos Sastre concurren normal y diariamente unos 23 chicos, pero ahora la asistencia se redujo con la salida de familias de sus casas. “Algunos se han ido a la ciudad y a otros lugares para ponerse a resguardo. Ahora estamos dando clases para unos 15 chicos y muchos de ellos igualmente tienen problemas para llegar”, retrató el director.
“Yo vivo en San Jerónimo Sur y viajo todos los días para ir a la escuela. Voy hasta la guardería de Rosario Central y ahí cruzo en mi embarcación. La escuela está justo frente al nacimiento de avenida Francia y tiene un puerto bastante accesible, es por eso que la hemos ofrecido para que sea usada tanto por la provincia como por personal de la Municipalidad de Rosario”, añadió Ferreyra.
Por su parte, el director del Centro de Operaciones de Emergencias del municipio, Raúl Rainone, recordó que en la víspera se concretó un operativo de asistencia en otra zona:
“Estuvimos en el Paraná Viejo, al lado del puente Rosario-Victoria y llevamos a 18 familias mercadería, frazadas y demás cosas, ya que están también con una situación comprometida”.
De igual modo, la esperanza es que el agua empiece a aflojar. “Estimamos que no va a crecer mucho más el río. Lo que queda ahora es esperar que baje y estar atentos a cualquier necesidad”, agregó Rainone.
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