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Estreno teatro

“Nadie muere en Navidad”: el sustento dramático de la sorpresa

Se conoce la comedia dramática de la actriz y directora Carolina Torres. Este sábado, a partir de las 21, en el Cultural de Abajo, de Entre Ríos y San Lorenzo.


La hipocresía irrumpe con la misma ferocidad con la que los problemas se barren debajo de la alfombra cuando las campanadas anuncian la llegada de la Navidad. Es un clásico: todas las familias, en todas sus formas y “disfuncionalidades”, se ven atravesadas por la misma situación. Pensando en las particularidades que encierra este “evento” anual regado de sidra y pan dulce que pareciera seguir atado a tradiciones que, sin embargo, año tras año se desvanecen, la actriz y ahora directora local Carolina Torres estrenará este sábado, a las 21, en el Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos) Nadie muere en Navidad, una comedia con algún toque dramático que aborda desde el grotesco esas forzadas situaciones familiares que generan las fiestas de fin de año.

Con las actuaciones de Mario Vidoletti, María del Carmen Sojo y Luciano Ciarocca, asistencia de dirección de Aldo Bruzzo y vestuario de Florencia Marting, el espectáculo, que seguirá en cartel todos los sábados hasta mediados de noviembre, se mete en la intimidad de la casa de Claudia, que para que sea una “buena Nochebuena”, prepara la mejor fiesta para regalarle a su hijo Julián. El que va a venir es Jorge, compañero de oficina de Claudia, y será la ocasión perfecta (o no) en la que le presentará a su hijo. Sin embargo, a la hora acordada, suena el timbre de la casa y llega un hombre disfrazado de Papá Noel. Claudia está convencida de que Jorge está detrás del disfraz de “Santa Clothes”, como dice llamarse. A partir de allí, “zambullidos en el vithel toné y en el calor de diciembre”, se producen una serie de peripecias que transformarán esta velada, por varios motivos, en una noche inolvidable.

“El proyecto surgió de un interés común por trabajar sobre determinado tipo de lenguaje actoral, inspirado en los seminarios del director y docente porteño Alejandro Catalán. Desde 2010, vengo tomando clases con él y produciendo sus seminarios en Rosario, lo que me permitió encontrarme con dos de los actores del proyecto, Luciano y Mari. Teníamos como pretensión producir una obra que cuente una historia, y luego de un largo trayecto de búsqueda, se sumó Mario”, adelantó Carolina Torres.

“Es una historia cotidiana de una madre y un hijo contada con los elementos del teatro. Es un año donde la madre de Claudia pasará la Navidad con su hermano, y entonces ella prepara toda una gran fiesta e invita a un compañero de trabajo con el que, evidentemente, tiene alguna relación, y quiere llevarlo a su casa y presentárselo a su hijo adolescente, adicto a los videojuegos. En el fondo, ella pretende instalar una figura paterna en una casa donde no la hay”, sostuvo Vidoletti, actor de vasto recorrido en la escena local, al tiempo que agregó: “Ella espera a su compañero e hizo mucho para que esa noche sea especial; cuidó los detalles de los adornos, de las luces, pensó en la comida. Finalmente, aparece un hombre en la casa vestido de Papa Noel. Para ella es su compañero de trabajo, su tan esperado Jorge, pero es algo que no se termina de definir, más allá de que este hombre revoluciona la casa con una alegría por momentos real y por momentos ficticia. A partir de esta llegada, se generan una serie de equívocos que determinan pasos de comedia y que en el contexto de la cotidianeidad de esta madre y su hijo provocan una Navidad muy distinta a las habituales”.

El proceso de trabajo

“Decidimos lanzarnos a la creación de un espectáculo propio, a partir de la improvisación como procedimiento de búsqueda y espacio dialéctico con la dirección, y la posterior reescritura de las escenas. El resultado es una comedia dramática; apuntamos a contar una historia con humor y emotividad, permitiéndole al espectador identificarse con las situaciones y ser cómplice, como si espiara por la ventana de una casa la intimidad de los protagonistas”, analizó la directora, que agregó que otro de los ejes del trabajo “fue la búsqueda de un verosímil en relación con las actuaciones; la intención era lograr personajes que estén viviendo un «quilombo afectivo», es decir, que tengan contradicciones, que les estén pasando cosas, que piensen y sientan en escena, y toda una serie de mecanismos que aparecen en el cuerpo de los actores, no como un gesto técnico, sino como afectaciones concretas”.

“Fue un proceso de trabajo que llevamos adelante los actores junto con la directora, quien finalmente reescribió la obra. Allí fue surgiendo algo muy interesante con el humor que potenció todo. Y si bien es muy gracioso todo lo que pasa, sobre el final, tiene un toque de ternura o de nostalgia: la Navidad es esa mezcla de luces, fuegos artificiales, gente que se ríe y otra que llora”, dijo Vidoletti, que agregó finalmente: “Todo eso está; es un espectáculo que propone un acercamiento con el público que es para quien finalmente uno hace teatro, no entiendo al actor actuando sin público o desentendido de eso; el tema es cómo llegar a otro público desde el teatro independiente sin rescindir la calidad de nuestros espectáculos”.

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