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Estreno teatro

Miserias y fragilidades de un grupo de vecinos frente un hecho trágico

La directora Claudia Piccinini y la actriz Mariana Valci hablan de “Caída Libre. Final de obra”, del escritor Ariel Zappa. Esta noche, a partir de las 22, en La Sonrisa de Beckett, de Entre Ríos al 1000.


Hace algún tiempo, en pleno boom de la construcción rosarina donde los edificios emergían como hongos casi con la misma desazón con la que el centro y macrocentro de la ciudad modificaban para siempre su impronta histórica, se conocían a diario las situaciones de desprotección en la que muchos albañiles debían trabajar; incluso algunos de ellos perdieron la vida en esos mismos ámbitos por no contar con las mínimas condiciones de seguridad que exige la ley. “En un carrusel eterno, cada época de la humanidad entroniza a su propio becerro de oro. Y el boom de la construcción no podría dejar de hacerlo, aunque para ello tengamos que esconder tanta basura debajo de la alfombra”, escribe Ariel Zappa, dramaturgo y escritor local, autor de Caída Libre. Final de obra, nuevo trabajo de la directora y docente teatral Claudia Piccinini que se conocerá esta noche, a partir de las 22, en La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051).

Con las actuaciones de Soledad Palomeque, Romina Bozzini, Emiliano Marcos, Raúl Santángelo, Mariano Moreno, Mariana Valci, Silvina Scarpolini y Jorge de la Rosa, la obra está basada en un hecho real. Es parte de un diálogo que se establece entre dos personas que acuerdan realizar un arreglo en un departamento ubicado en el octavo piso de un edificio. Como los albañiles necesitan trabajar desde afuera, se plantea la posibilidad de “colgar” a uno de ellos desde el techo. De allí, comienzan a barajar cifras para “asegurar”, en caso de que hubiera algún accidente, la vida de esas personas. A partir de este hecho “fortuito” comienza un devenir donde se gesta la idea de Caída Libre. Final de obra.

“Este proyecto empieza con una iniciativa de Mariana (Valci), que quería trabajar a partir del encuentro o desencuentro de un grupo de vecinos. Esa idea inicial nos llevó a convocar a Ariel Zappa, escritor local que es el autor de la obra que estrenamos, y es él quien decide trabajar esa problemática que nosotros les proponíamos, conjuntamente con la del abandono y la desidia en la que trabajan algunos albañiles que caen de los edificios en construcción por no contar con las más mínimas condiciones de seguridad y porque además, en lo personal, él estaba cruzado por un suceso familiar muy importante: uno de esos hechos le había tocado de cerca y la conmoción que eso le generó lo llevó a investigar sobre el tema”, contó Piccinini, quien aclaró que por entonces corría el año 2011, uno de los más paradigmáticos en relación con el boom de la construcción rosarina, hoy algo atenuado.

“Fue un momento muy trágico por esta problemática; los noticieros locales lo reflejaban y esa continuidad y repetición en la pantalla parecían correr el foco del sentido de la vida; hubo un momento en el que esa información nos dejó de sorprender, parecía todo lo mismo”, agregó la actriz Mariana Valci, quien de este modo regresa a la actuación tras su valioso debut en la dirección con Call Center, mujeres fuera de servicio, donde también transitaba una problemática vinculada con el mundo del trabajo.

Así, la obra describe a un grupo de vecinos de un edificio que contratan, sin seguridad alguna y en negro, a un albañil para realizar un arreglo en el techo. El trabajo de riesgo provoca su caída; el cuerpo queda tirado en el medio de todas las discusiones y contratar un seguro falso parece ser la solución que encuentran frente a la tragedia. Pero cuando ya casi han “abrochado” el arreglo, surge un imprevisto. “Aquel hecho conflictivo que nos detonó para empezar a trabajar, después de tanto tiempo, porque son tres años, vemos que pasa a ser una cuestión casi descriptiva que se vuelve aplicable a un montón de otros hechos. Sucede que, en el campo de lo social, en este momento, la muerte aparece en un primer plano, y me refiero a la muerte por múltiples razones, más allá de un albañil que muere porque cae de un edificio. La muerte es algo que pasó a ser moneda corriente en nuestro medio y no se busca solidariamente saber qué es lo que realmente sucede y cuál es la posible solución. Creo que un ejemplo válido es el linchamiento de un chico en un barrio hace algunos meses (en relación con el caso de David Moreira, acontecido en marzo de este año). Frente a esto, se mira para el costado o se prioriza lo individual, como pasa con este grupo de vecinos o en cualquier otro grupo de personajes cuando tienen que empezar a tomar decisiones serias. Lo interesante de esta propuesta, y que es aplicable a cualquier otro hecho conflictivo de los que pasan a diario, es cómo se habla y cómo se llega a un acuerdo para poder resolver las cosas; en ese sentido, esta obra plantea una fuerte metáfora”, analizó Piccinini.

“El texto nos planteó una serie de desafíos en cuanto a la puesta en escena –continuó–, algo que estamos sorteando para el estreno, en particular el trabajo con el espacio, que llevó a los actores a asumir un compromiso poco habitual y a un entrenamiento corporal muy fuerte para lo cual contamos con la ayuda de Patricia Ghisoli y Soledad Verdun; también un trabajo con la escenografía (de Ramiro Seghezzo), del mismo modo que con el universo sonoro que se propone, que estuvo a cargo de Daniel Soso y Claudio Bolzani, y que tiene que ver con el desafío de recuperar los sonidos que, en términos del conflicto, hacen a los vínculos entre los personajes”.

Los personajes trabajan dentro de un marco de palabras mordaces, de humor negro, tragicómicas, y en algunos pasajes se intercalan textos en verso. La tragedia estriba en que todo se puede comprar o vender, todo se puede solucionar con dinero o a un buen precio, incluida la vida y la muerte. “Son personajes que transitan entre el absurdo y el grotesco, que desde el conflicto tienen una impronta vinculada al humor negro, y están llevados a los bordes pero no a un extremo, porque uno puede ver personajes así cotidianamente; están tratados desde la búsqueda de un verosímil y se parecen bastante a cualquiera de nosotros. De todos modos, es una obra teatral, y entonces opera el hiperrealismo como un recurso para poder describirlos tanto en sus miserias como en sus fragilidades, porque en definitiva ellos mismos terminan cayendo en su propia trampa”, apuntó la directora.

En uno de sus aspectos, la obra plantea que todos los seres humanos tienen su precio. “A nivel dramático, hay un anclaje en este punto; un antes y un después de este día en el que sucede la tragedia que termina generando el conflicto entre estos vecinos, abriendo una brecha. Más allá de lo absurdo de los personajes o de las situaciones planteadas, lo que pasa, bien podría pasar en la realidad, y las reacciones de cada uno de estos personajes bien podrían ser reacciones reales”, explicó Valci.

“Ariel Zappa, a través de su investigación, deja en claro que, tal como están planteadas las cosas en la realidad, es mejor pagar un seguro de vida cuando alguien trabaja que tener una mirada de humanidad sobre esa persona y su realidad, y entonces preocuparse realmente por su seguridad. Pareciera que, cuando aparece la plata, todos, incluso la familia de esa persona, están de acuerdo, se ponen de acuerdo. En ese sentido, la obra pone de manifiesto la gran pregunta acerca de si todos los seres humanos tenemos un precio;  en muchos casos, aunque resulte paradójico, el dinero de un seguro por un ser querido que murió trágicamente se vuelve una «bendición» para esa familia que queda en la desprotección, lo que llena aún más de contracciones toda la problemática”, completó Piccinini acerca de esta propuesta que cuenta con asistencia de dirección de Julia Rodríguez, asesoramiento y realización de vestuario de Cristian Ayala, maquillaje de Jorge de la Rosa y animación de Lorena Méndez.

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