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Militar presidirá Guatemala

El general derechista Otto Pérez Molina asume como presidente de un país sumido en la pobreza, con grandes problemas de desigualdad y desnutrición, gracias al discurso de “inseguridad”, otro mal del país.

El polémico derechista Otto Pérez Molina será desde hoy el octavo presidente de Guatemala desde la restauración democrática y el primer militar en alcanzar la jefatura de Estado desde 1985, quien deberá enfrentar una compleja situación socio-económica, quizás la más grave en la historia del país.
Tras cuatro años de gobierno socialdemócrata de Álvaro Colom, los guatemaltecos giraron a la derecha esperando un “cambio radical” tras un discurso que promete resultados, en los primeros seis meses, en la reducción de la pobreza pero sobre todo de la inseguridad.
Pérez “tiene que hacer consultas más efectivas para que no se retrasen las tomas de decisiones, porque en Guatemala hay retos coyunturales y estructurales que tienen al país en esta situación” precaria, afirmó el politólogo Marco Antonio Barahona.
El analista independiente consideró que la desigualdad que existe en Guatemala, donde el 8 por ciento de sus habitantes son dueños de casi el 90 por ciento de las tierras más fértiles, es “causante de males” como la pobreza, la discriminación, la inseguridad alimentaria y la desnutrición.
Pero aunque el 53 por ciento de los 14,3 millones de guatemaltecos vive en pobreza y el 49 por ciento de los niños menores de cinco años padece desnutrición crónica, el tema de la inseguridad, en un país con 38 homicidios por cada 100.000 habitantes, centra la angustia de la gente.
“La percepción ha cambiado, ahora a la población le preocupa mucho más la violencia, que la misma pobreza en que viven”, dijo Barahona, para quien la  penetración del crimen organizado, como el narcotráfico, es la amenaza más fuerte que enfrenta el país.
No obstante, el futuro gobierno se fija metas a corto plazo. “En seis meses los guatemaltecos van a sentir un cambio. Queremos entregar un Estado con un índice de 20 o 22 homicidios por cada 100.000 habitantes”, dijo Pérez, de 61 años.
El próximo ministro del Interior, Mauricio López, promete rápidos resultados con la creación de un viceministerio contra el narcotráfico y de cinco equipos especiales para enfrentar las extorsiones, homicidios, pandillas, asaltos y femicidios.
Pese a las críticas, Colom asegura que su gobierno logró cerrar 2011 con un crecimiento de 3,8 por ciento del PIB, un alza de 23 por ciento en el comercio, y además redujo la tasa de homicidios en sus cuatro años en el poder.
Afirma además que golpeó al narcotráfico con la captura de 12 de los 15 capos más buscados en Guatemala y requeridos por Estados Unidos, así como la detención de 130 integrantes del violento cartel mexicano Los Zetas, que controla vastas regiones del país.
Debido a la falta de representantes propios en el Congreso, se cree que Pérez deberá realizar alianzas y acuerdos. “Ahora no habrá un gobierno militar como en el pasado cuando llegaban generales por medio de un golpe de Estado y acaparaban el poder total”, como sucedió en la época de guerra civil (1960-1996), que dejó 200.000 muertos y desaparecidos, consideró el director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo, Mario Polanco.

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