Ciudad

Miles de personas desafiaron el frío y mostraron su fe a Ignacio

El párroco volvió a convocar a una multitud en barrio Rucci. Estuvo Gendarmería y hubo un gran operativo de control.


Una vez más miles de personas se acercaron ayer al populoso barrio Rucci, en el noroeste de la ciudad, para ver y escuchar al sacerdote carismático Ignacio Periés y hacer el recorrido “paso a paso de los sufrimientos de Jesús”. La ciudad volvió a congregar fieles que se movilizaron desde distintos puntos de la región impulsados por su fe en el cura conocido ya a escala nacional por su poder sanador. Este año la particularidad estuvo dada por el fuerte operativo de seguridad, que incluyó la presencia de gendarmes y efectivos de Prefectura Naval Argentina.

Desde bien temprano, de a poco los fieles fueron llegando hasta la iglesia Natividad del Señor para recorrer las 14 estaciones que conforman el Via Crucis del Viernes Santo, que refleja los pasos y castigos que dio y sufrió Jesús en camino a su crucifixión.

Este medio desembarcó en la zona pasadas las siete y media de la tarde. A esa hora  por avenida Circunvalación una gran cantidad de agentes que formaban parte de la organización ubicaban los vehículos que iban llegando, mientras más atrás algunos jóvenes comenzaban a ofrecer sus productos.

De la organización participó, como siempre, personal municipal (con agentes de Tránsito, Defensa Civil, Control Urbano, y la Guardia Urbana) y provincial  (a través de la Policía). El despliegue fue importante y el acceso al lugar rápido y nada dificultoso.

La particularidad esta vez estuvo dada en la gran presencia de móviles de fuerzas nacionales como Gendarmería y Prefectura, quienes desembarcaron en la ciudad hace algunos días en el megaoperativo que encabezó el ministro de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.

Algunos colaboradores de Ignacio explicaron que los agentes federales se ubicaron conformando un primer anillo de “protección” en la zona del Via Crucis. “Detrás” de ellos y acompañando a la multitud desarrolló su tarea la Policía.

La tarde-noche también estuvo marcada por un clima que no acompañó como otras veces. No fue una jornada invernal, pero el frío a medida que corrían los minutos se fue haciendo sentir con más fuerza en barrio Rucci.

En tanto, en el lugar predominaron las mujeres por sobre lo hombres. En ese marco las personas mayores de edad fueron mayoría, pero la presencia de los jóvenes también se hizo sentir.

El otro hecho saliente tuvo que ver con el número fino de asistencia. Los fieles fueron otra vez miles, pero todos los organizadores consultados señalaron que hubo menos presencia que años anteriores. El de 2013 coincidió con la reciente designación de Jorge Bergoglio como Papa, por lo cual la concurrencia fue superior a la que se venía observando. “A ojo te diría que hay un 30 por ciento menos de gente que el último Via Crucis. Ahora, si me preguntás por qué, te digo que no sé”, relató un efectivo policial que conversó un largo rato con este medio.

A su lado, una agente de la misma fuerza ensayó una conjetura: “Ayer hablaban mucho de que eso podía pasar por el tema de la inseguridad. Pero si es por nosotros eso no debería influir. Este año al estar Gendarmería es mucho más grande el operativo”, sostuvo la mujer de uniforme. Las fuentes hablaron de al menos 200 mil filigreses.

Los que aprovechan el día para rebuscárselas económicamente a pie o con los clásicos puestos de venta de velas, cruces, estampitas y más también notaron una merma en el público. Entre esos vendedores ambulantes pudo encontrarse de todo; de quien a los gritos ofrecía praliné hasta los clásicos colgantes y rosarios.

“La baja de gente ya la notamos también los fines de semana. Ignacio está atendiendo menos personas que antes. Cambió el sistema de turnos. Ahora hay que anotarse para ir a verlo. Igual, la presencia de gente no determina siempre la cantidad de ventas”, señaló un muchacho que ofrecía bidones de agua bendita.

En el inicio de la procesión El Ciudadano fue oído de relatos e historias que en muchos casos tenían cierta semejanza. La postal que entregaba el lugar era la de muchos feligreses que, como acostumbran cuando van a ver al padre Ignacio, llevaban fotos de familiares enfermos o aun sanados, en “milagros” que adjudican a la mano del célebre Ignacio. Las solicitudes y agradecimientos se repartieron en cuestiones vinculadas con la salud y el pedido de trabajo.

Anoche la multitud recibió la bendición de Ignacio con dos cruces de madera, mostrando otra vez las fotos de sus familiares y seres queridos. El cura condenó los linchamientos y opinó que quienes atacan a golpes “reaccionan ante el miedo”. Y pidió resolver conflictos con “diálogo y amor”.

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